Francisco Silvera

Cristianismo: La mayor mentira jamás contada (A)

04 de Mayo de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Recapitulemos,no estamos haciendo una Historia de la Filosofía sino repasando los lugarescomunes de la misma para sacar alguna utilidad práctica, pensando, no en usted,lectora avezada, erudito leedor, sino en quienes por lo que sea jamás separaron a pensar en estas “cosas”.

Porquela Historia es una modalidad del cuento tradicional. Ejemplarizantes, en elsentido de servir de modelo, los cuentos educan para la vida transmitiendoadvertencias. La Historia es lo mismo, quizá un poco más sofisticada, a veces.Los hechos, la realidad: no interesan a nadie. ¿Qué porcentaje del oro queconforma nuestras riquezas contiene restos de dientes judíos? Ese dato seríarelevante, pero ¿quién renuncia al oro?: nadie; no queremos los hechos, sí laHistoria, bonita y autojustificante.

Paraentender el origen del Cristianismo debemos empezar casi trescientos añosdespués de su supuesto inicio, porque en realidad los primeros siglos de la EraCristiana son la superposición paulatina (de “Paulus”, se verá lo ingenioso enla broma) de una religión grecorromana sobre un culto de origen judío-gnósticohasta su total destrucción. O sea, lo que acabo de afirmar en modo caldo gordoes que el cristianismo es un invento de Roma que nada tiene que ver con elcristianismo. ¿Cómo ha llegado esta gran mentira a consolidarse? Poderpolítico, dinero y violencia hacen mucho más que la fe en mil setecientos años;la Iglesia, a pesar de sus divisiones y batallas intestinas, ha sido un Estadotransnacional con todas sus ventajas y ningún inconveniente, ha podido trabajarsus intereses manteniendo sus “leyes” incrustada en la mayor parte de lossistemas político-jurídicos, lo que le ha permitido jugar simultáneamente milpartidas de cartas con todos los bandos, lo mismo puede ser acusada de criminalcomo encomiada por pacifista, lo mismo fue cooperadora integrante del nazismoque adalid en la defensa contra el “judenrein”, mártir que golpista...

Peroademás, una religión tiene un contexto ideológico y cultural; o, si está enposición de imponer, es ella misma la que lo conforma. Asumir que el cristianismodel siglo IV es la misma religión de hoy es formar parte de esa secta, es tenerfe en la imperturbabilidad del dogma y la providencia divina; por cierto, lapalabra “secta” responde perfectamente como definición de religión, sonsinónimas, no se engañe, depende sólo de la intensidad y de cómo se hacepresión para doblegar (dinero, moral, política...), nada más. Y tampoco existendiferencias entre la religión y la magia, son lo mismo disfrazado de otramanera; sólo los sectarios propenden a justificar las diferencias.

Hastael racionalismo cartesiano del siglo XVII, que distinguirá intelectualmente demanera radical dos sustancias, dos realidades diferentes (lo extenso y lo“no-extenso” y que no sabrá cómo conectar ni explicar pero que inauguran un“más allá” nuevo) el cristianismo es materialista: no concibe ni necesita lo“espiritual” (entendido como hoy lo explican). Un señor colocado en un cohete,teóricamente, en el siglo VII podría atravesar las esferas de los planetas yllegar hasta el fogoso Cielo Empíreo “Habitaculum Dei et Omnium Electorum”.Nótese como el cristianismo popular actual es una religión politeísta en la quese mezclan magia, animismo, tradiciones, política, enfermedades mentales...

Seamosbrutos por partes, en concreto tres partes.

PRIMERAparte: si quieren entender Roma, han de ver El Padrino de Coppola; laadorada civilización romana, permítanme epatar, no es más que unadesproporcionada venta de protección estratificada, como una mafia gigantesca,lo diré al revés: si quieren entender a la mafia actual: estudien Roma; porquejunto con El Vaticano la Cosa Nostra es arqueología viva y visible del ImperioRomano. La referencia civilizada del romano (rico, claro) era el mundo griego;Roma es la USA de la época, capaz de lo mejor por poseer ingentes toneladas detiempo libre (“Otium”... y “Negotium” para los que no podían), formación,capacidad de inversión, etc., pero amoldada ideológicamente a sostener elsistema que les genera esa felicidad aparente, sin otra base que laexplotación. Chomsky y Trump. Una mezcla extraña de orgullo y frustración, laimposición mundial de un modelo cultural que curiosamente es deudor de aquelloa lo que aniquila mientras lo imita. Roma y USA generan basura intelectualporque son sistemas en los que las bases (y cada capa estructural de laciudadanía es base de la superior) pagan por ser protegidas, hasta el “Capo ditutti capi” que cobra de todos, protege a todos y emana (como un dios) lajustificación del sistema, no tolerando contestación. Las mafias son ilegales,los Estados dictan leyes. Conste que prefiero lo segundo, pero con plenaconsciencia. Roma era ecléctica por definición, se dejó permear por todacreencia o idea que satisficiera su poder.

SEGUNDAparte. El mesianismo judío coetáneo de Jesús en Nazaret es complejo. Saben queno hay un sólo dato o testimonio histórico de la vida de Cristo fiable. Elmagma en el que pudo moverse era una mezcla, o a veces una convivencia forzadasin misceláneas, de creencias mistéricas del helenismo, paganismo romano,religiones orientales a veces en desbocado sincretismo, grupos judiostradicionales dispuestos a usar la sica o espada corta contra los opresoresimpíos (de ahí viene “sicario” y es el posible apodo de Judas Iscariote)... Lainvasión romana asentó la idea del Fin de los Tiempos y la llegada del Mesías:fariseos, saduceos y esenios representan las tendencias generales del judaísmo,resumo a mi manera: tradicionalistas, racionalistas y rigoristas; entre estosúltimos, en la rama ebionita (pobrista) habría que situar a Jesús, de haberexistido: limitación del sexo a lo reproductivo, bautismo en el agua porinmersión como preparación al bautismo de fuego del Fin del Mundo, el culto aseres intermediarios con Dios, condena de las posesiones y las riquezas, antihedonistas,misóginos, amantes de la purga y el sacrificio, desprecio por lo corporalespecialmente por sus secreciones... Prácticamente son un resumen de lamentalidad cristiana tradicionalista hasta hoy.

TERCERAparte: la Gnosis. Sumándome a una tendencia cada vez más generalizada, voy anegar que los cultos gnósticos sean derivas sectarias del cristianismo, aunqueen algún momento la creencia cristiana llegara a ser muy variada y confusa .Pero antes expliquemos que el término “Gnosticismo” es moderno, la “Gnôsis” esel conocimiento o revelación para alcanzar la verdad; en el contexto del primercristianismo, designa a la religión verdadera y se habla de “gnosis falsas”.Vean cómo se estructuran estas doctrinas: 1. Hablan de conocimiento (gnosis) orevelación de la verdad, no es una mera creencia. 2. Dualismo anticósmico, elCreador es la verdad, la bondad, y por tanto el mundo material la maldad y elengaño pergeñado por un dios menor, la gnosis o sabiduría nos enseña quenuestra aspiración está en los cielos con el Dios verdadero, no aquí. 3. Laclave está en el alma; el alma es una especie de chispa divina atrapada en lamateria, para eso nos mandan a un Salvador con la misión de revelarnos laverdad: abriéndonos camino de vuelta al cielo con su Padre: la negación delmundo, nos libera de la opresión de éste y sus maldades.

Adelantomi tesis: la conjugación de Roma, mesianismo judaico y religiosidad gnóstica dealguna manera es el cristianismo, nunca nada fundado por el mito de Jesús. Esteperíodo, la Antigüedad Tardía, curiosamente ha sido la época quetradicionalmente acumula más oscuridades desde el punto de vista del estudio.Roma fue el Oriente Próximo y el Norte de África mucho más que Europa, a pesarde que la metrópoli fuera “italiana”; los estudios económicos y geográficos(bastaría ver un mapa señalando las ciudades en el año 300) muestran que lamayoría de la población y de la actividad radican en esas zonas, respecto deuna “Europa” semivacía e intransitable, y tiene su lógica, el Mediterráneo fueel medio por el que la civilización romana se expandió; las invasiones bárbaraspor aquí realmente no lo fueron, salía más barato dejarse asimilar, eso de ladecadencia y caída es muy relativo, sí hubo refriegas en la Roma de verdad, lade África y el Oriente Próximo, lejos de esta idea europeizante que estudiamos.Esta idealización históricamente tiene mucho que ver con la centralización delpapado en la capital y nos impide ver y entender cómo, dónde sucedió elcristianismo y qué importancia tuvo; recuerden que la imagen iconográfica deJesús es el resumen del racismo y los complejos de nuestro continente: rubio,ojos claros, piel blanca, rasgos germánicos... un palestino del siglo I, vamos,¿no?.

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