Las manifestaciones del sábado en el país Valenciano fueron masivas, como el mal y la ofensa que los gobernantes del país han infligido a sus gentes. Se ha manifestado una conclusión dolorosa: el presidente Mazón y su gobierno dejaron morir a decenas de ciudadanos por desidia, incompetencia e inacción. Después, la respuesta de estos mismos gobernantes ha estado cargada de mala fe y de mentiras, a menudo contradictorias entre sí. Ahora, después de una manifestación en Valencia con ciento treinta mil personas en la calle (y otras multitudinarias, en diferentes ciudades valencianas), después de culpar los días anteriores a organismos estatales de la calamidad de la gestión de la DANA.
La respuesta de Mazón es señalar a la ministra Teresa Ribera y publicar tuits diciendo que el gobierno de Madrid no le envía camiones de desembolso, pidiendo ayuda a la CEOE o a cualquiera que pudiera salir de su imaginación o de sus colaboradores. Y por supuesto, como ya hiciera el PP en las redes el mismo sábado, intentar deslegitimar las manifestaciones afirmando que estaban politizadas y que eran de los catalanistas. Ridiculizar, menospreciar y criminalizar las protestas, en su contra, es una vieja táctica del PP.
La derecha mediática no sabe qué hacer con Mazón, en especial el PP. El Abc comenzaba a prepararle el pijama de madera de pino y abría su portada con esta frase: Las contradicciones de Mazón lastran su credibilidad y agobian al Partido. Ese mismo día los diarios consignaban que mientras la Comunidad Valenciana recibía a la DANA calamitosa él estuvo comiendo tranquilamente hasta las seis de la tarde con una periodista para ofrecerle la dirección de la TV autonómica, en un ejercicio que desgubernamentalizarían a los medios públicos). El Mundo también empezó a girar la rueda del garrote vil, con un subtítulo en el que decía: Para el PP, no era momento de cortar cabezas. O sea que la siega de collados llegaría, sólo que le concedía al presidente valenciano una piadosa prórroga vital.
Sim embargo, La Razón decía que toda esa música de órgano funerario no le gustaba, así que, al día siguiente, el domingo, contraatacaba con la siguiente portada. Feijóo sostendrá a Mazón para así no darle un triunfo a Sánchez. Me parece maravilloso que el órgano oficial de expresión de la derecha mediática española y popular, ya admita implícitamente que Mazón pertenece a la papelera de la historia que es, sin duda alguna, lo que dijeron las decenas de miles de manifestantes el pasado sábado en Valencia.
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En cualquier caso, Mazón y el Partido Popular que, ahora más que nunca, cierra filas con su presidente valenciano, públicamente, confían sus probabilidades de continuar en el poder a efectos de la polarización y la desinformación. Valiosa, no sólo entre sus medios de comunicación afines, que cada día y de forma incansable publican o emiten una indigesta ensalada de falsedades e insultos, sino también y quizás, sobre todo, en las redes sociales, chats y plataformas de supuestas temáticas de ocio o deportivas, que constantemente hierven la olla del odio social y de la anti política en su versión más cruda y violenta.
El sábado, al tiempo que la ciudadanía valenciana se manifestaba por las calles de Valencia, pidiendo la dimisión de Mazón, las redes sociales hervían con chats de derecha y ultraderecha que miraban de tergiversar los hechos en tiempo real, apuntando, como era de esperar y, no haría falta decirlo, al presidente Pedro Sánchez, su gobierno, los zurdos y, evidentemente, los catalanes.
Toda esta cantidad de basura se retroalimenta, por lo que cada vez es más frecuente ver supuestos intelectuales, escritores o periodistas serios jugando a divulgar barbaridades desde sus tribunas como si fueran youtubers con los auriculares y el micro dentro de su plató. Y a la inversa, también cada día son más frecuentes los medios tradicionales que fichan a influenciadores tóxicos, o imitan sus maneras de hacer, para enganchar más público.
Evidentemente, fenómenos como el triunfo de Trump en EE.UU. les inspiran y les dan coraje. También los anima la evolución de las redes sociales y el abandono de muchos conciudadanos respecto a su dignidad como ciudadanos adultos y escolarizados. En eso confían los “Mazones” que corren por todo el mundo.