No es esta la primera vez, ni será la última, que el líder del PP no ve claro el futuro de su partido ni el suyo propio, lógicamente. Estoy convencido, a riesgo de equivocarme, que, a estas alturas, en más de una ocasión se habrá planteado la duda de si acceder a la presidencia del PP fue una buena decisión o, por el contrario, no está seguro. La pregunta sigue en su cabeza, pero ni él sabe la respuesta.
En las actuales y trágicas circunstancias podemos decir que, al igual que después de una inundación las aguas se retiran y las calles quedan llenas de barro, escombros, cañas, madera, vehículos irrecuperables y material de desagüe en general, así también el debate político emerge colgado de todo tipo de miserias y excrecencias que me llenan de vergüenza.
Me refiero, claro está, al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo y su actuación en medio del drama y que, en su desesperado intento de transferir la culpabilidad de Carlos Mazón a Pedro Sánchez, ha dicho que la reconstrucción valenciana costará lo que le costará al Estado un año de la financiación singular pactada con los independentistas catalanes.
En absoluto, no me extraña nada la forma como se hace la comunicación política en España (que es deudora de la [in]cultura política), era solo cuestión de unos días que la culpa de la falta de reacción en el rescate de Valencia fuera de Cataluña. Sería materia de chiste si no fuera tan gastado, tan viejo, tan secularmente anticatalán.
La ciudadanía, al menos una parte de ella, tiene buena memoria y recuera las ocasiones en que el PP ha intentado decirnos que, en muchas desgracias, la culpa nunca es suya cosa que, mayormente, no lo han conseguido. Les invito a visionar un video-recordatorio de los casos en que el Partido Popular ha tratado de eludir su culpa, es decir, su responsabilidad.
Pero es obsceno cuando, ahora mismo, estamos enterrando a 215 personas y todavía buscamos a unos setenta desaparecidos. En estas circunstancias dramáticas, volver de nuevo, a los ladrones de cuatro manos catalanes para descargar a Mazón y dirigir la indignación popular hacia Sánchez es una salida de indigencia intelectual y política, que muestra hasta qué punto Feijóo y el PP ven con desespero que la DANA les ha hundido la ofensiva que preparaban contra el PSOE a cuenta de Errejón y Begoña Gómez.
Yo, personalmente, me dirigiría a él diciéndole: Feijóo lo que tú en verdad necesitas realmente es mejorar la selección del personal del que te rodeas, y después preguntarte para qué narices necesitas a Vox para gobernar. Quizás así sería posible que tú y tu partido fuerais capaces de encontrar un mínimo sentido de la dignidad política exigible a una alternativa que, verdaderamente, es lo único que os importa.