Daniel Martínez Castizo

De la investidura a la reactivación de la izquierda alternativa en Almonte

14 de Junio de 2020
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01.ENCABEZADO

En breve, concretamente el próximo 15 de junio, se cumplirá en Almonte unaño de la investidura de una candidata que representa a un partido minoritariode izquierdas. Hasta ese momento, la alcaldía de la localidad siempre habíarecaído, de una u otra forma, en el partido con mayor número de concejales. Lallegada al poder político de Rocío del Mar Castellano cambió, por completo,esta tradicional inercia asumida por todos los partidos de la localidad y,sobre todo, por los componentes de la izquierda alternativa que han vistosobrepasado, ahora de una forma mucho más radical, el viejo tabú de limitar las alianzas puntualeshacia el PSOE.

El paso dado por Mesa de Convergencia (MdC), alcanzar la alcaldía bajola fórmula de un gobierno con PP, PSOE e Independientes, nos muestra la normalización de un nuevo contextopolítico en el que el papel de la izquierda minoritaria pasa, de meroespectador con prejuicios, a actor protagonista. Sin embargo, el caminorecorrido hasta alcanzar este hito, donde prima la estrategia y el empleo delas instituciones para la consecución de objetivos muy concretos, ha supuestoun alto coste a la izquierda alternativa como lo demuestra, durante las últimasdos legislaturas, el fuerte desgaste al que fue sometida IU (desde la mismaizquierda alternativa) ante su valiente posicionamiento institucional.

Sea como fuere, y por primera vez en la historia de Almonte, el 14% delelectorado local que apoyó a MdC e IU (aunque esta última no obtuvorepresentación), así como los simpatizantes de Podemos y la abstención quehabitualmente vota a alguna de estas opciones, deben entender que cuentan conun representante en la alcaldía de la localidad. Al fin y al cabo, eseporcentaje (para nada desdeñable), viene a representar desde hace décadas a unmismo grupo ideológico, aunque heterogéneo en siglas, que de una u otra formahan militado o votado a dichos partidos. Por tanto, a todos los actores que formanparte de este variado y reducido grupo, con representación institucional o sinella, se les presenta la oportunidad de mostrarse colaborativos para la obtenciónde resultados políticos conjuntos aunque, hasta la fecha, y como ha pasado enprocesos electorales anteriores (desde 2015 se lleva intentando sin éxito laconfluencia), dichos acercamientos parecen imposibles… ¿por qué?

A muchos les parecerá, empleando el típico tópico, que la ausencia deestos acercamientos se debe principalmente a la heterogeneidad propia de la izquierda.Quien así opina desconoce que, precisamente, es la pluralidad lo que da sentidoa la izquierda alternativa y enriquece sus postulados. La cuestión deldistanciamiento en Almonte no es política sino, más bien, se debe a las viejasrencillas personales y los correspondientes egos que enfrentan, en torno aposiciones diferentes ante un mismo tema, a todos sus miembros (entre partidosy dentro de los mismos). Quienes anteponen las cuestiones personales a lapolítica denotan, a todas luces, una clara ausencia de estrategia política ymadurez.

La reactivación de la izquierda alternativa pasa, irremediablemente, porsuperar esas limitaciones personales para, de una vez por todas, volver sobreel debate exclusivamente político. No se trataría de abandonar los profundosprincipios ideológicos con los que se piensa o construye la realidad futura deuna localidad sino, más bien, de entender que solo una estrategia institucionalbien planificada y defendida por todos sus miembros (aunque sea de mínimos),puede dar algún fruto a largo plazo. En ese sentido, el actual contextopolítico se muestra idóneo para superar el aparente impasse político en base, eso sí, a los principios de madurez estratégicay política.

En resumidas cuentas, el fracaso de MdC, de darse, también será, comoocurrió con IU, de todos aquellos que pudiendo aprovechar un contextoinstitucional favorable prefirieron anteponer su ego a la política. Cuando ungrupo es derribado otro toma ese espacio y, de nuevo, vuelven a reproducirse losmismos errores, discursos y propuestas que, pese a estar dirigidas hacia a lamayoría social, no encuentran ni apoyos ni defensores en la calle.

El problema no estriba en la idoneidad de uno o varios partidos políticossino, como bien se puede comprobar, de la ausencia de amplitud de miras (política,estratégica y reflexiva) en los miembros que forman dicho espacio plural. Porello, si la izquierda alternativa quiere sacar provecho de esta especialsituación, no le queda más remedio que poner freno a la dinámica antes expuestay abrir, para lo que resta de legislatura, un espacio de debate en torno a launidad de acción inmediata y futura.

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