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La derechización de la izquierda británica…¿pero fueron izquierda en algún momento?

24 de Marzo de 2025
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La derechización de la izquierda británica…¿pero fueron izquierda en algún momento? Keir Starmer

El cambio de gobierno en Reino Unido, esperado tras los desastres causados por los conservadores durante los últimos lustros, no ha significado en ningún momento el volantazo ni el cambio de rumbo que muchos esperábamos y suena a continuismo y a falta de interés por traer políticas progresistas a las islas británicas.

El gobierno de Keir Starmer parece estar más centrado en no enfadar al electorado de la derecha con la esperanza, quizás de intentar arrebañar unos cuantos votos de los conservadores en futuras elecciones, que de representar los intereses de su electorado en Reino Unido.

El primer ministro británico está siendo una decepción en todos los sentidos con todas y cada una de sus decisiones desde que llegó al poder y esa esperanza que le aupó a derrocar a los conservadores ha mutado en desesperación por parte de gran parte de sus votantes al ver que parecen más conservadores que los conservadores.

Esta semana se ha lanzado a promover una caza de brujas contra los sectores más vulnerables y necesitados de nuestra sociedad y ha aprobado una serie de medidas para reducir las ayudas sociales a los desempleados británicos, muchos y muchas de ellas por razones de salud.

Keir Starmer, líder del Partido Laborista del Reino Unido, ha encendido la mecha con el fin cargarse el sistema de ayudas actual y sigue sumando más críticas y debates sobre sus políticas económicas y sociales.

Queda claro que Starmer no es Jeremy Corbyn, anterior líder de Labour, y busca presentar un enfoque más centrista (o derechista según como se le mire) y supuestamente moderado y no hace más que vendernos lo complicado que es lograr equilibrar sus promesas de mejorar el bienestar social con las presiones económicas actuales del país.

En cuanto a las ayudas sociales, a Starmer se le llena la boca hablando sobre la necesidad de ofrecer un sistema de bienestar más eficiente y sostenible con unos términos que en ocasiones parecen redactados por el partido de la oposición. Durante su liderazgo, ha planteado que es necesario abordar los problemas fiscales y la deuda pública y está claro que Starmer no ha oído hablar de Keynes o de la posibilidad de usar la inversión pública para reactivar la maltrecha economía del país…el bueno de Keir es más fan de los recortes y la austeridad.

Sus decisiones van a suponer restricciones y cambios en las ayudas sociales, en particular en lo relacionado con el sistema de bienestar para que sea más “dirigido” a quienes “realmente” lo necesitan, en lugar de ofrecer un sistema universal que, según él, podría ser insostenible a largo plazo.

No son los conservadores los que lo reducen, sino el supuesto gobierno progresista.

La falacia de que el sistema universal es fácilmente accesible se la cree el y los partidos de la derecha y distan mucho de la realidad en un país en el que si tienes ahorros y te quedas en el paro se penaliza tu capacidad de esfuerzo y ahorro con la imposibilidad de acceder a ninguna ayuda ni derecho a cobrar un paro “a la española”.

Esa idea de que por cada año trabajado te pertenecen un número de meses de paro nunca ha existido en Reino Unido, y las ayudas por desempleo como las pensiones publicas distan mucho de las cantidades que se ofrecen en España.

Algunos de los comentarios de Starmer sugieren que no está proponiendo recortes agresivos de bienestar social y asimismo ha criticado las políticas del gobierno conservador de Boris Johnson, especialmente en términos de la gestión de los beneficios sociales y la pobreza. Starmer también ha hablado de la importancia de un sistema de bienestar que apoye a las personas vulnerables y trabaje hacia una recuperación económica inclusiva tras la pandemia de COVID-19…pero lo que dice dista y mucho de lo que hacen y proponen sus ministros y ministras.

El primer ministro ha propuesto un enfoque que penaliza a los de siempre y que supone la reducción de ciertas ayudas o la reestructuración de las mismas, mientras se atreve por otro lado a sugerir la necesidad de una red de seguridad social sólida…y volvemos a la historia aquella de la manta corta que si la subes para taparte la cabeza deja los pies al aire y así hace Starmer abocando a muchas familias a la pobreza para equilibrar sus cuentas.

Sin embargo, las medidas que podría implementar seguirán evolucionando, dependiendo de la situación económica y las prioridades del Partido Laborista bajo su liderazgo.

El gobierno laborista ni se plantea hacer que la manta sea más larga a través de subir los impuestos a los multimillonarios…eso ni se lo plantean en su partido y hay que recordar que este mismo partido fue el que hace lustros comenzó a cargarse la educación universitaria que era gratuita a principios de milenio.

Hay muchos aspectos en los que el partido laborista evita mojarse demasiado y respecto al Brexit, por ejemplo, no se atreve a cambiar nada de lo que dejaron los tories.

El partido laborista ha mostrado un apoyo inequívoco a Ucrania desde su llegada al poder, pero no ha actuado de la misma manera con el genocidio en Palestina. Con su silencio sigue siendo un cómplice de Netanyahu mostrando una postura ambigua con respecto a la venta de armas a Israel o con su apoyo a la solución de los dos Estado. Es una decepción ver a un líder progresista no condenar a Israel y a sus continuas matanzas de civiles.

El primer ministro ha intentado equilibrar su apoyo a Israel con una postura de defensa de los derechos de los palestinos, pero no convence a nadie con su posición de “apoyar los derechos y la dignidad de los palestinos”, pero sin dejar de lado el “derecho de Israel a vivir en paz dentro de fronteras seguras”.

Todos sabemos lo que un partido progresista debería hacer en materia social, educativa y respecto a genocidas y quizás este partido laborista no quiere ser progresista…

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