Desafiando al olvido: Ona Planas y Sara Fernández, víctimas de vacunas, sin miedo a hablar

Nuria Montero
18 de Marzo de 2025
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Vacuna Covid-19

Si no entendemos el entorno que nos rodea, imagina entender el mundo en el que vivimos. Y paradójicamente, el funcionamiento del mundo en el que vivimos, determina el medio que nos rodea. En este contexto, consideramos tres fases vitales impulsadas por las críticas, el entorno y el dolor —dentro del marco tabú de los efectos secundarios de las llamadas «vacunas COVID-19»—.

Voces silenciadas e incluso autocensuradas, poco a poco van cogiendo fuerza para hacerse escuchar. Ona Planas y Sara Fernández, ambas víctimas de efectos secundarios graves, han compartido sus historias, lo que ha llevado a cientos de personas a contarles experiencias similares que les gustaría inmortalizar en un documental. Para cambiar algo, hay que tomar conciencia y acción.

Ninguno nos libramos de los ataques ni de las injusticias, un primer debate que nos sitúa ante el silencio, el grito de auxilio y/o la lucha por la verdad. Ante las distintas formas de afrontarlo, cabe considerar nuestra comprensión de las heridas ajenas y el manejo de las propias. ¿Pero qué sucede si cruzamos la cotidianidad y subimos un escalón?

Un pez en una pecera sucia puede tratar de convencer a otro para ser positivo, pero ambos dependen de que alguien les cambie el agua. Así, llegamos al segundo factor: cambiar de entorno, te cambia la vida. ¿Pero qué ocurre si las circunstancias no dependen de uno mismo, sino de una conciencia colectiva? En la enfermedad o dependencia, se suma la lucha por obtener apoyo y recursos para sobrevivir.Cuando hablamos de afectados por vacunas, las ayudas están siendo mayormente denegadas. A Ona, una joven catalana con el grado III de dependencia y un 75 % de incapacidad, se le deniega la incapacidad laboral una y otra vez. El desgaste emocional y económico que conlleva la lucha en los juzgados, es cada vez más duro y asfixiante. ¿Dónde están ahora los que aludían a la responsabilidad en 2021?

Esto nos lleva a un tercer nivel, cuando nos encontramos ante un dolor que trasciende el medio, la mente o las emociones y se presenta en su forma física, que en estos casos se une al abandono y desprecio absoluto. ¿Dónde está la mejor sanidad del mundo? Ante la falta de respuestas del sector médico, o en su forma absoluta, del sistema sanitario, cabe preguntarse: ¿qué hacemos cuando la ciencia, el conocimiento y la medicina no tienen una respuesta? ¿La solución es abandonar al enfermo a su suerte? Máxime si el abandono procede del mismo engranaje que te enferma: una mala praxis, diagnóstico erróneo, error en la prescripción, omisión de pruebas, falta de consentimiento informado y/o de seguridad en los medicamentos, o todo en un mismo paciente.

Estos ejemplos no son aislados, son miles. Víctimas del dolor, discriminadas y excluidas, como el caso de Sara Fernández, autora de Una historia de terror, basada en hechos reales. La malvida de ser una muerta viviente de la vacuna Covid. Sara, nos cuenta que la mayoría son mujeres, con antecedentes de estrés o que desarrollan esta condición debido a la situación de abandono tras la inoculación. Ahora, sus vidas transcurren entre diagnósticos de esclerosis múltiple o derivados (puede que se hayan desarrollado nuevas enfermedades por estos novedosos fármacos), un aumento de la incidencia de vasculitis del sistema nervioso central —como es su propio caso—, con daños neurológicos y, en definitiva, un cúmulo de síntomas o síndromes como el de Lyme, la mononucleosis, Guillain-Barré, acúfenos, alteraciones cardiacas… o como nos cuenta Alba, otra afectada, que la vacuna le produjo un derrame pericárdico con fibrosis y edema consecuencia de una miocarditis. La lista es tan infinita como las incógnitas.

Este periplo interminable de un médico a otro, a menudo culmina en un diagnóstico de ansiedad o depresión, quedando las verdaderas afecciones sin explicación. Estamos ante un nuevo escenario con pocas certezas, la más clara es la falta de interés en reconocer el daño y en buscar soluciones. Es imperioso pararse a reconsiderar el mundo que nos rodea, el olvido no es una opción. Cuando nos enfrentamos a situaciones sin una respuesta clara, la humanidad debe darnos motivos para creer que no todo está perdido.

Pinceladas del testimonio de Ona Planas en la obra Entender duele, pero es la única cura. (Vacunas, cambio climático e ingeniería social mundial) *Libro disponible en: https://tinyurl.com/entender-duele [Nº1 más vendido en Amazon en Impacto social y en Divulgación y consulta en medicina].

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