Julián Arroyo Pomeda

Un desafío permanente

27 de Enero de 2025
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Un desafío permanente

Las espadas siguen en alto. Esto sí que se sabe a ciencia cierta. Por qué se han levantado ahora, es otra historia. Ahora que acostumbran a alzarse en cualquier ocasión, si es oportuna.

El dato es que PP, Vox y Junts han rechazado el decreto ómnibus el miércoles pasado en el Parlamento. Hay que preguntarse por qué, sin rabia ninguna, por mucha que dé.

La presentación se hizo por parte del Gobierno, confiando ingenuamente en que Junts cedería al final. No lo hizo. Puigdemont juega sus cartas como quiere, y se ríe del Ejecutivo, cuando no le complacen en sus demandas, sean cuales fueren.

Esta vez no lo ocultado. Ya anunció que harían cosas, que podrían no gustar al PSOE. Por tanto, estaban advertidos y actuaron en consecuencia. ¿Se apresuraron demasiado? ¿Creyeron que no se atreverían a hacerlo los populares? Nadie lo sabe.

Sin embargo, Puigdemont quiere que la ley de amnistía le sea aplicada, pero el Gobierno en esto no puede hacer casi nada. El tema no avanza y depende la Sala Segunda del Tribunal Supremo y del juez Manuel Marchena, que lleva la trama judicial y no cede, ni cederá, probablemente. Puigdemont debe aprender a quién hay que atacar. En lugar de hacerlo así, se conforma con machacar a otro más débil.

Era muy difícil no votar el decreto ómnibus, porque contiene un bono social eléctrico, protección contra desahucios a las familias más vulnerables, revalorización de las pensiones, etc. Los populares no podían votar en contra de esto, su desprestigio será importante. Ahora dicen que están dispuestos a votarlo, si lo trocean, porque saben que no lo van hacer.

El Presidente lamenta el “dolor social” causado por Junts y el PP. A Junts le importa poco, pero sí al PP. Por eso dice que está dispuesto a votar algunas cosas.

Las otras izquierdas quieren que se presente de nuevo en el Congreso, pero podrían equivocarse de nuevo otra vez. El daño ya está hecho y las acusaciones también: “Tienen que responder ellos” Es muy probable que lo hagan de la misma manera. Quitemos algo, dice Óscar López, como el palacio de París al PNV, a ver si entran. Tampoco vale, porque el Palacio es de los vascos hace tiempo. Esto es de torpes, cómo acusa el PNV al PP, llamándolos torpes.

La labor de desgastar al Gobierno sigue imparable. Ahora han conseguido una de las peores derrotas parlamentarias, que los socialistas más han sufrido. Los decretos ómnibus son peligrosos, aunque esta vez lo han recubierto con el escudo social para venderlo.

Lo que yo creo, más bien, es que el desafío acabará cuando uno de los dos contendientes muera. Ya no es solo desgaste, sino mucho más. El día que no se pueda ofrecer algo más, uno tendrá que retirarse. Y en esto consiste la dureza del combate. Ahora está llegando lo definitivo.

¿Acaso será necesario un acuerdo nuevo, retirando a los que no han respondido, como el independentismo de Junts? Sin duda. No se puede depender de media docena de votos. Esto no es justo de ninguna manera.

Además, para meter en un paquete asuntos de gran calado como el de ahora, requiere una base firme de votos, sin posibilidad de que se escapen. No basta acordarlo el pasado mes de diciembre, según informa el ministro Justicia. Hay que disponer de otra alternativa por si falla esta. De lo contrario, fracasa, como ha ocurrido ahora, porque los socios no son fiables. Depende de si consideran que han hecho lo suficiente por ellos.

Ahora bien, nunca es suficiente. Esto es muy volátil, porque siempre se puede hacer más. ¿Hasta dónde llega el límite? Podrán pedir tonterías, sí, pero para ellos son fundamentales y, por eso, están dispuestos a romper los compromisos y dejarlos con culo al aire. ¿Hasta cuánto tiempo se puede seguir así?

Se entiende que la situación con los socios puede ser frustrante, especialmente cuando no tienes la opción de cambiarlos. Si preguntas a los expertos, solo te ofrecerán algunas estrategias que podrían ayudarte a manejar la situación y mejorar la colaboración, pero poco más.

Incentivar el Cumplimiento, es decir, introducir incentivos para aquellos que cumplen con sus compromisos a tiempo y de manera efectiva. Los incentivos pueden ser tanto financieros como no financieros.

Desarrollar un plan de contingencia para situaciones en las que los socios no cumplan con sus responsabilidades. Tener un plan B puede ayudarte a mitigar el impacto de los incumplimientos.

Pensar en tu propio papel dentro de la sociedad. ¿Hay algo que puedas hacer para facilitar el cumplimiento de tus socios? A veces, pequeños cambios en la gestión pueden tener un gran impacto en la dinámica del grupo.

La clave para manejar socios que no cumplen con sus compromisos es la comunicación y la claridad en las expectativas. A través del diálogo abierto, la documentación de acuerdos y la implementación de estrategias específicas, puedes mejorar la colaboración y aumentar la probabilidad de que todos cumplan con sus responsabilidades. La paciencia y la perseverancia son esenciales en estas situaciones.

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