28 de Enero de 2018
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Al principio todo es semilla, que quiere crecer y convertirse en lo que tiene que ser. Sol, brisa, malos y buenos vientos la acompañaran en su ascenso hacia arriba, mirando al cielo y dando fruto. El agua la regará, que es como una emoción y le sirve para estar y sentirse viva. La tierra le sirve de soporte pero no es su destino.Somos como olmos y como sauces, como olivos y robles, algunos son devorados por las malas hierbas y las plagas de insectos, otros están alzados majestuosos, desafiando al tiempo y a la adversidad, disfrutando a ratos de la existencia y dando cobijo, su carne para mil usos y sombra.La luz nutre y transforma el barro en vida, por un proceso mágico en que las estrellas son las amigas de todo lo que existe.Y es posible que lo que se malogre se transforme al final, y el éxtasis sea el destino de todo, fue su fuente y es su mar.Hay vericuetos y meandros en las esquinas del tiempo, el sufrimiento es un daño que se siente de muchas maneras, pero todo lleva a crecer en percepción de la sensación de ser. Las buenas sensaciones que alimentan el alma y ahondan sus raíces en sí mismo, son como rayos de sol que penetran en el mar.No obstante, es imprescindible conocer y comer las uvas de la verdad. A veces los dioses lanzan sus flechas dentro de la mente, y estallan como fuegos de artificio mostrando luces de conocimiento, de sabiduría latente, con pulso, que empuja la sangre de una vida nueva. Otras la pena y la oscuridad es una cueva en la que se crece abrigado aunque de manera más umbría.La vida tiene un solo cauce pero muchos afluentes, y todos van haciendo ver el error que hay, que no tapa la distracción por mucho que quiera, toda sabiduría es desprenderse de lo falso, la verdad es la negación de la mentira.Pero los momentos son muchos y los paisajes variados, hay muchas ocasiones de ser transparentes y tranquilos para que se vea el fondo, donde está el tesoro que amanece sin dudas y es la encarnación de la certeza. Sin embargo, ese tesoro solo surge cuando la armonía lo muestra, o en tiempos de amor y de mérito.Las ramas del árbol de la vida están hechas de buenas obras y el tronco de buena voluntad, los pájaros se posan en él, buscando perspectiva al mismo tiempo que descanso, son como algunas personas que miran desde lo alto, y esperan su momento para volar por el placer de sentirse libres de los celos de la Tierra, que es una madre protectora, pero a veces no quiere que sus crías crezcan y se alejen de ella. Y el ser humano es más que humano, lleva dentro de si un océano para nadar sin principio y sin fin, donde no hay más noción que si mismo despojado y pleno. 
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