Lo más práctico para un país es que se divida en norte, sur, este y oeste. Y lo de las lenguas se arregla si hay ganas de entenderse. Con ello eliminamos gran riesgo de muertes pasionales ya que es difícil matarse por defender, por ejemplo, el este, porque el margen para no tomarlo a pecho es mayor. En EEUU la guerra norte-sur en realidad fue por intereses económicos; como el apedreamiento de Don Pelayo a los Moros que venían a cobrar impuestos, la reconquista fue otra patraña improvisada.Desde el Oeste tememos que de aquí a diciembre, y después, no se hable de más problemas que el catalán. Creo que parte de la estrategia de ambos bandos es que la partida se aplace después de las elecciones pues a ninguno de los dos conviene otro escenario. Acabar la partida es volver sobre la corrupción, los desahucios, las desigualdades, el paro, la deuda (puñalada que esconde Rajoy para el que le sustituya), la UE y la crisis económica y climática con la consiguiente desposesión de recursos a los ya más desfavorecidos.Sólo se puede hablar de política con la barriga llena, con hambre sólo se puede hablar de revolución. Cuando el hambre es de casta, la revolución es burguesa. “La burguesía, cuando hizo la revolución, no tenía un programa universal; servía a intereses particulares, los de su clase, y los servía con la mentalidad cerrada y mezquina de cuantos siguen fines particulares. El hecho violento de las revoluciones burguesas es doblemente violento: destruye el viejo orden, impone el nuevo orden. La burguesía impone su fuerza y sus ideas no solo a la casta anteriormente dominante, sino también al pueblo al que se dispone a dominar” (Gramsci).Desde el Oeste vemos que en efecto es una batalla entre dos burguesías y dentro de cada una de ellas a la vez hay dos familias enfrentadas, lo que hace más difícil adivinar los movimientos. Todo este debate impone que nos tengamos que definir por un modelo de país. Y por aquí hay mucho abanderado abducido por uno de los bandos, como allí por el otro. Y cuando hemos llegado a estos insultos y desafectos ya no habrá quien lo arregle. El país está destruido y ha salido lo peor de lo peor, y cada día amanecemos con nuevos casos de corrupción, de uso indebido de lo público, de amenazas a representantes políticos o institucionales y de chulescos gestos de túnel de vestuarios en la creencia que van a salir ganar, cuando ya hemos perdido el partido sin empezarlo: diciembre será frustrante para todos. Como país somos un fracaso. Grosero y ridículo.Lo ocurrido en el Parlamento Catalán, en el Senado, Piolín como mascota de fuerzas armadas, enviar tropas en clara minoría para que sean víctimas propiciatorias y hospedarlos en medio de los bombardeos, unos en la cárcel, otros en Bélgica, lo simbólico confundido con lo constitucional…y la gente buscando la terminación para navidad en 155. Como país ya no existiremos más.Desde el Oeste creemos que sólo queda construir un Estado. El Estado es suficiente para organizarnos como ciudadanos independientemente donde nazcamos, y para atender a las necesidades en función de dónde vives. Estado Social pendiente de los desprotegidos frente a los poderes económicos, lo que exige cierta intervención, límite y redistribución de cargas y riqueza. Un modesto Estado. Una res-publica sin alharacas. Que sepa que para que unas regiones hayan crecido otras han sufrido abandono estructural que las ha debilitado. Con un Parlamento ajustado a votos ciudadanos y no a territoriales.Y por último, les chocará, desde el Oeste proponemos un Estado organizado por y para los ciudadanos que viven en los cinco “ecosistemas” diferentes que existen en España: Grandes Urbes / Urbes con Alfoz / Comarca Rural / Comarca Montaña / y Zona Costa-Mar. Cada cual es fácil comprender que tiene distintas necesidades, modo de vida y singular capacidad de respuesta al mundo globalizado. Se lo sigo explicando en la siguiente.
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