Julián Arroyo Pomeda

Deseos y realidades

16 de Febrero de 2022
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Mañueco

Fernández Mañueco adelantó la convocatoria de elecciones en Castilla y León con unos objetivos declarados, que se deberán tener en cuenta en el futuro.

Por su cabeza rondaba la desconfianza en su socio de gobierno, Ciudadanos. Temía el voto de censura, que pudiera caer sobre él como presidente, aunque no había datos que lo presagiaran. Su intención era destruirlos como partido y alcanzar una mayoría absoluta. Ha quedado bastante lejos de ese deseo, apareciendo, en cambio, como uno de los mayores fanfarrones en su territorio, porque Ciudadanos tenía ya escaso recorrido y la generalidad pensaba que no aguantaría la caída política. No ha conseguido la mayoría absoluta, manteniéndose tal y como estaba. ¿A qué vienen entonces tantas algaradas?

El segundo objetivo deseado era situar al presidente de su partido en Moncloa, destruyendo al presidente actual del gobierno, Pedro Sánchez. Tampoco lo ha conseguido: uno sigue presidiendo el Gobierno de España y el otro ha hecho mutis por el foro, a pesar de su locuacidad. Su partido ha quedado ahora mucho más dividido. Avanzada ya la campaña, empezaron a prescindir de Casado, porque restaba, y llamaron desesperados a su rival, Díaz Ayuso, como talismán triunfador. Esta se hizo muchas fotografías y proclamó con su fanfarria habitual que ganarían por mayoría absoluta. Tampoco acertó, pero sí consiguió humillar a Casado, su sempiterno rival.

Ni hubo necesidad de traicionar a Igea, ni tampoco de aumentar la brecha de los populares, abriendo una nueva lucha interna. Mucho menos era necesario hacer un importante gasto extra para celebrar las elecciones a la mayor gloria de Mañueco, elevándose por sí mismo a los altares de la política. No atendió las necesidades básicas de su región y tiró el dinero superflua y frívolamente para satisfacer su capricho. Ahora resulta que hablará con todos para gobernar. ¿Quiénes son todos, si solo tiene que ponerse de acuerdo con uno, que ya alardea de que exigirá la vicepresidencia?

Sin embargo, algo se cernía en el ambiente y lo ha conseguido del todo, aunque no lo pretendiera, hacer de valedor de la ultraderecha, impulsando a esta fuerza a gobernar en plenitud de funciones. Es lo peor que nos podría pasar, pero Mañueco lo ha logrado. Juan García-Gallardo será el vicepresidente de Castilla y León, un joven sin experiencia política, que trabaja en el bufete de su padre.

Se conocen algunas de sus declaraciones. Se incorporó a Vox para luchar “contra la dictadura progre”. Apoyó a González Blanco para la Selección, porque el fútbol es “un deporte repleto de maricones”. Y también, que “no es lo mismo un matrimonio que un mal llamado ‘matrimonio homosexual’ ”. Hay que reducir “todos los impuestos posibles” e impulsar la natalidad contra el “invierno demográfico”. El hombre es un angelito y aún no ha empezado.

¿De dónde procede tanta preocupación por dar entrada a Vox en el gobierno? A Ayuso no le inquieta ni lo más mínimo. Dice que se lleva bien con esa formación, aunque disienten en algunos puntos. El problema es que puede marcar tendencia para las elecciones generales. En el caso de que ganaran los populares quedarían en dependencia de la derecha radical, porque sacar mayoría absoluta es impensable. Esto podría producir la reacción de la izquierda. De no poder contener a Vox es alto probable que no ganaran después.

Además, se ha producido ahora la rebelión de las regiones menos pobladas, que han salido en tromba para conseguir representación contra un poder que las ignoraba. ¿Cómo es posible que el gobierno de la Autonomía a la que pertenecen no les hiciera caso? Ante tal realidad, Soria Ya ha alcanzado tres procuradores, lo mismo que Unión del Pueblo Leonés y un procurador ha llegado a Ávila. Soria Ya ha conseguido el 42,57% de los votos, ganando a  populares y socialistas. UPL es la formación más votada en León con el 28,45 de votos, superior a populares, socialistas y voxeros. La España vaciada ha protestado molesta y con la esperanza de que otros lo hagan mejor con ellos, lo que es una muestra más que evidente de que las cosas se estaban haciendo mal en la Comunidad. Algunas regiones prácticamente no existían.

Cara a la galería, ¿cómo valora todo esto el Partido Popular? Con el triunfalismo de siempre. Han ganado y deben gobernar. Es lo justo. Han conseguido, además, un cambio de ciclo, según proclaman, pero no es verdad. Ningún problema. Querían gobernar en solitario, pero no pueden. ¿Darán entrada a Vox, aunque no quieran? Solo si no tuvieron más remedio. La pelota está en el campo del PSOE. Que se abstengan y gobernarán con acuerdos puntuales desde el exterior y sin formar coalición con Vox. De no hacerlo, será señal de que apuestan por esta fuerza política. He aquí la demagogia de siempre. La responsabilidad es de Mañueco, que es quien ha creado el problema. Han ganado, luego les corresponde gobernar, sin responsabilizar a otras fuerzas. Ellos sabrán cómo hacerlo. Han cambiado un socio dócil por otro que les marca el paso. Ahora se impone un gobierno en dependencia, que se verán obligados a soportar, pero este es su problema exclusivamente.

Quedarán para la historia como los que normalizaron a la extrema derecha. Ya pueden agradecérselo. Esto irá en la cadena preparada para Madrid y Andalucía, de momento. Menuda herencia nos han dejado.

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