¿Hasta dónde llega la caradura de los responsables políticos, por la gestión de la DANA en Valencia. El PP valenciano y el nacional no tienen nada que decir? sobre lo inmoral que resulta para los ciudadanos valencianos y para sus votantes, la irresponsabilidad, la falta de ética y de moral, principalmente de Mazón (desaparecido toda esa tarde, y sin dar ninguna explicación creíble) y de su vicepresidenta: Salomé Pradas, quien tiene hoy la desvergüenza de declarar en el juzgado que ella "no tenía experiencia en su cargo" y no estaba preparada para ese cargo que desempeñaba con relación a la DANA. Si ella entiende que no estaba preparada ¿por qué toma posesión del cargo y por qué no renunció al cargo y al sueldo?, dado que efectivamente se ha comprobado sobradamente que no estaba preparada.
Ahora nos sale con que la responsabilidad es de los asesores y los técnicos, claro que ellos son los primeros en dar la voz de alarma, pero la que debe tomar las decisiones es ella como responsable de urgencias, por supuesto ellos le asesoran siempre que ella les haga caso. Es a ella a quien llama el técnico para decirle que el Barranco del Poyo estaba desbordándose a las 12,10, y ella se limita a decir :"jope, si necesitas algo me dices".
Pero ¿como que si necesitas algo me dices? Si te lo está diciendo, que el Barranco se está desbordando, ¿que más te tiene que decir para que reacciones? En ese mismo momento, tenía que haber convocado una reunión de emergencia y tomar las decisiones pertinentes, lo que habría evitado las muertes y muchos de los problemas que surgieron a partir de entonces. El técnico ya te está informando de lo que sucede, tú eres la responsable y cobras un sueldo por eso. Tú eres la que tienes que decir, y si no preguntar a todos los técnicos que para eso están.
Es una política inútil, incompetente,e irresponsable la ejercida por Mazón y Pradas, como se ha demostrado. Menos llanto, y más asumir lo que se ha derivado de tu inacción. Cuando menos, su actuación es para quitarles el sueño, solo con pensar que por no haber hecho su trabajo, ese que le otorgaron los ciudadanos valencianos, han muerto 228 personas. Demasiado bien se están portando los familiares de las víctimas, y aún se quejan de que les abuchean cuando van a algún acto o acuden a los juzgados. Su descaro y desvergüenza, no tiene límites.