Perro Sánchez pasará a la historia como el dirigente político más sátrapa, corrupto y mentiroso que haya ostentado el cargo de presidente de la nación Española desde que en el año 78 un grupo de bufones al servicio de la mafia usurera internacional pusiera en marcha esta pantomima a la que algunos llaman "democracia"
Si tenemos en cuenta que sus predecesores son personajes tan sombríos y siniestros como Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, Zapatero o Rajoy habrá que admitir que nos encontramos ante un auténtico maestro del bulo y la estafa institucional.
Llama la atención su innegable talento para la interpretación, su absoluta carencia de escrúpulos, su deslealtad, su falta de honorabilidad y el extraordinario desprecio que profesa hacia sus semejantes.
En apenas cinco años Perro Sánchez ha implantado una dictadura del pensamiento único con sanciones millonarias y penas de cárcel para todo aquel que difunda o promueva pensamientos o ideas contrarias a su régimen.
Todo ello por supuesto en nombre de la libertad, la democracia y el progreso, para combatir el fascismo y la extrema derecha, apelando como siempre a su superioridad moral, al guerra civilismo y a todos esos espanta pajaros anacrónicos que todavía siguen cautivando a los fieles de la secta progre.
Jueces, fiscales, abogados del estado, medios de comunicación públicos y privados, periodistas, presentadores, empresarios y todo aquel que tenga algún tipo de influencia han sido presuntamente comprados con el dinero del contribuyente, para garantizar su permanencia en el poder por tiempo indefinido.
Todo lo que rodea a Sánchez está imputado, implicado o salpicado por la corrupción, su ¿mujer?, su hermano, su antiguo ministro de fomento, su fiscal general, pero Sánchez no se inmuta. Nos encontramos ante un auténtico dictador en el sentido más extenso de la palabra. Perro Sánchez ha erigido un monumento al cinismo, donde la verdad es un estorbo y el poder, un fin en sí mismo.

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