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¿Dónde esta la buena política?

29 de Mayo de 2016
Actualizado el 02 de julio de 2024
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A poco más de treinta días para lo que será la nueva cita con las urnas la precampaña electoral parece fijar ya las líneas maestras sobre las que discurrirá el debate político, que ya hasta cierto punto sufre de una obsolescencia programada en lo que a los temas de confrontación programática e ideológica se refiere, máxime cuando los mismos se acompañan de una permanente pose impostada de tacticismos basados más en los quince centímetros del titular que en la planificación estratégica a medio y largo plazo sustentada en el interés general de España. Ese que afecta a la mayoría de la ciudadanía cansada y hastiada hoy de la incapacidad del acuerdo entre una clase política, que en su proceso de “rejuvecimiento político” parece haber olvidado por el camino lo mejor de aquellas generaciones de políticos y políticas en donde el liderazgo y la visión de estado, superaban con creces al ego partidista en la búsqueda del consenso y el acuerdo entre diferentes pero iguales.Así, es curioso observar como hoy la generación nacida al abrigo del ejemplo de quienes hicieron posible la transición democrática en España - un valor y ejemplo ha compartir con la humanidad como la definió Lula Da Silva - se muestran incapaces de dar respuesta y salida al bloqueo permanente de un pluripartidismo cansino que corre el riesgo de seguir así de romper el halo de esperanza depositado por la ciudadanía en esta nueva hornada de políticos y políticas. Y es que, por encima de las estrategias partidistas se encuentra la realidad de un país, España, donde la ciudadanía necesita y espera a la buena política que sirva para la transformación su realidad, esa conformada por ERES, precaridad laboral y salarial o emigración; en definitiva, con la incertidumbre ante los retos y desafíos que se presentan a corto y mediano plazo y ante los cuales no cabe estar en el juego político sino en la responsabilidad de estado.Es el tiempo de la buena política, esa que se traza desde la mirada a largo plazo y no desde el cortoplacismo electoralista, esa política que se construye para dar respuesta a los problemas del presente adelantándose a los que deparara el futuro haciendo del consenso de estado motor fundamental de las reformas que hoy España debe afrontar en materia política, territorial, educativa y económica.Así hoy, la apuesta por un pacto en materia educativa que apueste por la reforma del sistema de impartición docente por modelos de transversalidad en áreas que potencien la creatividad, el bilingüismo, la programación, la innovación y el liderazgo cooperativo desde edades tempranas se muestra como algo fundamental en un mundo global en constante cambio. Pero, junto a esto, la apuesta en materia económica por un modelo de colaboración activa público privada acompañado de una apuesta decidida por una economía colaborativa que tenga en su base de crecimiento la innovación aparece como pilar fundamental de España moderna y en vanguardia. Cambios fundamentales y de visión amplia sobre el presente y el futuro por el que las generaciones del presente debemos caminar, sendas en donde la transformación del marco relacional entre la política y la ciudadanía deberá escribirse con decisiones claras que hagan posible reformas como la de ley electoral - apostado por la combinación del modelo francés en segunda vuelta y el modelo ingles de elección de diputados/as por circunscripción dando peso a la ciudadanía por encima de los partidos en la elección de los buenos liderazgos - o la puesta en marcha de un nuevo modelo de convivencia territorial que apueste por un modelo federal forjado en la igualdad entre territorios desde la óptica de la progresividad. Cambios fundamentales que deberán ir acompañados de una visión de eficacia en la gestión de lo público que supere a las doctrinas de quien entienden afrontar los retos del presente desde la reducción de los servicios públicos o el aumento de los impuestos, dejando a lado la gestión óptica de la RES PÚBLICA.En definitiva, hoy vivimos un tiempo fundamental en la configuración de un país que se enfrenta a su futuro desde un presente en donde las tomas de decisiones pesaran para las generaciones que precedan a las que hoy tienen la responsabilidad histórica de construir lo que se ha denominado la segunda transición, ¿estaremos preparados para ello? Veremos.
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