El viernes 11 de noviembre se publicó en el medio ABC una editorial sin firma con el título “Nacionalización masiva y votos” que mostró una vez más esa tendencia periodística de intentar influir en sus lectores a través de la mentira y un nivel de ignorancia que no pueden quedar sin contestación.
Aparte de hablar de un “revisionismo ideológico” y defender una legítima esquina política en la derecha, que es lo que lo medios de comunicación deben hacer dentro de una democracia como la española y analizar el trabajo del Ministerio de Justicia a través de la Dirección General de Seguridad Jurica y Fe Pública dando su visión sobre la instrucción, deciden entrar en el fango de la legitimidad o no de otorgar una nacionalidad española a una ciudadanía a la que se le ha cerrado durante décadas el derecho a ser española.
Ha habido sectores políticos que criticaban que esta ley solo ofreciera la nacionalidad por causas de exilio “políticas, ideológicas o de creencia o de orientación e identidad sexual” y para el editor del ABC el haber logrado una instrucción mas flexible, y abierta a mas casos es ahora igualmente criticable…se critica si algo no se incluye y se critica si se vuelve a incluir.
El no entender la injusticia con muchos de nuestros ciudadanos en el exterior que son hijos, hijas, nietos y nietas de ciudadanos españoles de origen, aparte de mostrar una gran falta de empatía muestra un nivel de ignorancia importante obviando que lo que se está haciendo a través de un parche temporal se acerca y mucho al tratamiento en temas de nacionalidad en aquellos países mas cercanos como Portugal, Francia o Italia.
El Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) en el que tenemos a consejeras y consejeros generales que representan a todo el arco parlamentario, lleva pronunciándose lustros a favor de una Ley de Nacionalidad digna y con una intención de corregir los errores pasados.
El uso torticero en medios de comunicación, que jamás se pronuncian acerca de los problemas de la emigración, de esta instrucción usándola para meter miedo y hablar de uso electoralista es indigno por parte de uno de los medios con mas historia en nuestro país.
Si se incrementa el número de españoles, este incremento llega tarde y a la mayoría de los nuevos españoles y españolas les preocupa más la nacionalidad por motivos de pertenencia, orgullo de sus raíces y honrar a sus abuelas y abuelos que por un motivo de ganar un voto.
Quizás podríamos igualmente decir que ha habido partidos que en el pasado han usado el bloqueo a la nacionalidad para evitar que algún partido político gane más votos…pero en el CGCEE no estamos para elucubrar y sí para conseguir la restitución de derechos de nuestra ciudadanía.
El Partido Popular, partido en la oposición ha dicho, como ya lo hizo en otras ocasiones previas el PSOE o Podemos, que quieren proponer una Ley de Nacionalidad si llegan al gobierno. Lo ha dicho en Buenos Aires, y quizás alguien podría malpensar que este anuncio es electoralista.
Muchos representantes del PP en el Exterior a través de Consejos de Residentes y numerosas asociaciones hubieran, sin ninguna duda, corregido al periodista del ABC mostrándole que en esta reclamación todos los partidos en el exterior mantienen un frente común y en multitud de ocasiones han mostrado su desacuerdo con la falta de reconocimiento a un derecho de nacionalidad para descendientes.
No hay división manifiesta en la defensa de una nacionalidad justa en la representación de los partidos en el exterior…a veces, eso sí, se olvidan de lo que han manifestado en las calles de Buenos Aires, Sao Paulo, o Montevideo una vez que llegan a Madrid…los representantes políticos solo viajan con destino a América ya que en Europa tienen mucho menos que rascar.
Lo que se necesita, para evitar editoriales como el del ABC, es lograr que se dejen de promesas y los nietos y nietas de ciudadanos originariamente españoles tengan esa “inmensa autopista” de la que habla el editor, abierta de manera continua.
Quizás hubiera sido mejor hablar de un camino lleno de baches, trabas y con consulados que aun no han comenzado siquiera a dar citas en vez de engañar al lector haciéndole creer que las nacionalidades se regalan.
El impacto electoralmente va a ser menor teniendo en cuenta que en las elecciones en las que hubo más voto exterior, se superó por poco el 30% y este voto se divide entre las 52 provincias españolas. El posible incremento en más de 400.000 españoles y españolas, muchos de ellos menores, pueden traducirse en poco más de 100.000 votos…¡ojalá!
La mayoría de los Consulados ni siquiera han abierto el turno de citas y esto hace prácticamente imposible que algún optante a la nacionalidad pueda llegar a votar, ni en mayo ni a finales del 2022.
La democracia ha de asegurar que se escucha a toda la ciudadanía y esta editorial parece que prefiera que nuestros compatriotas, tengan la nacionalidad otorgada ya o tengan un derecho a poseerla, no puedan tener nunca ninguna voz y seguir olvidando a la tercera provincia de España, la provincia exterior con una diáspora de 3 millones de personas.