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Educación sexual dirigida

28 de Junio de 2024
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Acabo de hojear un documento que sacó la oficina regional de la OMS para Europa allá por 2010 con el título de «Estándares de Educación Sexual para Europa», aunque la iniciativa de la OMS se lanzó en 2008.

Hubo 19 expertos de diversos ámbitos (Medicina, Psicología y Ciencias Sociales) aparentemente con experiencia en la educación sexual. En el proceso de elaboración también estuvieron representadas instituciones gubernamentales y organizaciones no gubernamentales, organizaciones internacionales y el sector académico.

Tras mantener 4 reuniones, dicho grupo logró cristalizar unas normas que sirvieran de referencia para establecer una educación sexual holística en los países de la región europea.

En el prefacio de este documento se hace referencia a que en la actualidad, en esta zona del mundo, estamos asistiendo al aumento de las tasas del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS), a embarazos no deseados de adolescentes y a un fenómeno de violencia sexual.

A la vista de esto, se optó por introducir unas normas de educación y comportamiento sexual con la loable finalidad de reconducir la realidad actual respecto a problemas relacionados con la sexualidad.

En él se puede leer lo siguiente:

«… Además, este documento tiene por objeto contribuir a la introducción de un modelo de educación sexual holística».

Según los redactores del documento, «… La educación sexual holística proporciona a niños y adolescentes una información sin prejuicios y científicamente correcta sobre todos los aspectos de la sexualidad y, al mismo tiempo, les ayuda a desarrollar las habilidades necesarias para actuar en función de esta información».

Todo ello «… contribuye al desarrollo del respeto, actitudes mentales abiertas y ayuda a construir sociedades equitativas».

Como   no   podía   ser   menos,   no   podía   faltar   el   adjetivo

«equitativo», omnipresente en la jerga de esta nueva era de la globalidad posmoderna.

Al margen de este detalle lingüístico clarificador, la fórmula de describir una realidad desagradable y, a continuación, el anhelo de modificarla empleando para ello palabras y frases que suenan bien, para conseguir una situación de bienestar social, con corrección científica, fomentando el desarrollo de habilidades en el comportamiento… ¿quién en su sano juicio no apostaría por este honorable empeño?

Este documento se divide en dos partes principales: la primera ofrece una visión general de la filosofía subyacente, los fundamentos, las definiciones, los principios de la educación sexual y los elementos que comprende.

En la segunda parte del documento está lo que denominan «la matriz», que muestra los temas que la educación para la sexualidad debe cubrir, según los grupos de edad.

Refiriéndose a esta «matriz», ponen una coletilla que, a mi modo de ver, resulta francamente contradictoria. Dicen lo siguiente:

«Esta parte se orienta más hacia la aplicación práctica de la educación sexual integral centrada en la escuela. Si bien, estas normas no pretenden ser una guía de implementación».

No entiendo. Por un lado esta «matriz» resulta ser el compendio de elementos referenciales a la hora de establecer en la práctica la proclamada educación sexual holística… para, a continuación, apostillar que estas normas (¿está claro lo que significa la palabra

«norma»?) «no pretenden ser una guía de implementación». ¿En qué quedamos? ¿Son normas o no son normas?

Me voy a detener un poco en esta segunda parte del documento, pues me parece bastante fuera de lugar, sobre todo, lo que pretenden volcar sobre los niños de la etapa 0-4 años. Espero que eso de que no se trata de una guía de implementación sea así realmente y no una de esas mentiras que despliegan con la intención de hacer precisamente lo contrario. En este caso, implementarlas tal cual.

Se preguntan por qué la educación para la sexualidad debería comenzar antes de los cuatro años. Y con el ánimo de responder a esa cuestión dicen que «un niño o una niña se entiende como un ser sexuado desde el principio de su vida».

¿Qué entienden estos «expertos» por un ser sexuado? La verdad es que no lo sé. Han utilizado esa afirmación general y sobre ella van a montar la necesidad de lanzar a bocajarro a los más menudos un cartapacio de normas respecto a su realidad sexual.

Lo que yo entiendo como realidad sexual de un infante de menos de 4 años es que, evidentemente, hay un grupo, casi la mitad, al que les cuelga algo en la entrepierna, y otro grupo, la otra mitad, en el que en lugar de un colgajo hay una pequeña invaginación.

Para mí ésa es la realidad de la sexualidad en unas criaturas que están, o deberían estar, polarizadas hacia su autodescubrimiento y al juego. Nada más. Una realidad meramente anatómica y totalmente ajena a los devaneos mentales de una serie de expertos que parece que no tienen otro pito que tocar.

Esta gente, según dicen, pretenden ayudar a «desarrollar las sensaciones y la imagen corporal del niño o la niña y, al mismo tiempo, refuerza la confianza en sí mismos y contribuye al desarrollo para tomar de forma libre decisiones…».

Hacen referencia, y me parece real, a la importancia que tiene para los niños el manejo que tengan los padres de su propia sexualidad, sus conductas, la posibilidad de hablar abiertamente sobre los órganos sexuales, etc., para no consolidar la sexualidad como un tema tabú en las criaturas.

Pero estos expertos van más allá, afirmando que esta «forma inconsciente o natural de la enseñanza y el aprendizaje sobre la sexualidad puede complementarse de una forma activa con educación e información». Y ésta es la finalidad del presente documento.

En esta primera fase, de 0-4 años, se pretende lo siguiente:

En cuanto al cuerpo humano y su desarrollo: Aportar información sobre:

  • todas las partes del cuerpo y sus funciones.
  • diferentes cuerpos y diferentes sexos.
  • higiene corporal.

Vamos a ver si me aclaro. Parece que, por lo que leo, poco más o menos se pretende dictar clases de anatomía y fisiología a un niño de menos de 4 años para que conozca «todas las partes del cuerpo y sus funciones», haciendo fijar su atención en que hay

«diferentes cuerpos y diferentes sexos».

¿En serio? ¿Me están diciendo que hay que centrar la atención de una criatura menor de 4 años en este tipo de cosas? A un niño que justamente se ha podido librar de ese molesto pañal tras lograr el control de sus esfínteres, ¿de verdad que hay que enseñarle todo esto?

En cuanto a la adquisición de habilidades, se puede leer:

  • nombrar las partes del cuerpo.
  • prácticas de higiene (lavado de cada parte del cuerpo).
  • reconocer las diferencias del cuerpo.
  • expresar sus necesidades y deseos.

¿Me pueden explicar en qué campo eran expertos esta gente que ha diseñado estas normas de educación sexual holística?

«Expresar sus necesidades y deseos»… ¿respecto a qué?

Repito: estamos hablando de seres humanos menores de 4 años de edad.

En el capítulo Fertilidad y reproducción:

Aportar información sobre:

  • embarazo, parto y bebés.
  • conceptos básicos de la reproducción humana (de dónde vienen los bebés).

Como temas optativos incluyen los siguientes:

  • diferentes maneras de formar parte de una familia (ejemplo: adopción).
  • el hecho de que algunas personas tienen bebés y otras no.

Os confieso que he tenido que volver a leer varias veces estos párrafos porque me parecía imposible que hablaran en serio.

En cuanto a la adquisición de habilidades sobre los temas anteriores, se menciona lo siguiente:

  • hablar de estos temas proporcionándoles el vocabulario correcto.

Bueno, el hecho general de hablar con normalidad con los niños o frente a ellos en lo cotidiano me parece absolutamente necesario. Así no se caería en maneras infantiloides hasta la simpleza a la hora de emplear el lenguaje como herramienta de comunicación con los niños.

Puedo entender, por ejemplo, que usar la expresión «guau-guau» para referirse a un perro puede tener su sentido nemotécnico de cara a ayudar a que los niños identifiquen inicialmente a los perros con el sonido que generan al ladrar, pero de ahí a usar la palabra

«chichi» para referirnos a la carne o mil cosas más que os puedan venir a la mente, realmente sobran a la hora de establecer una comunicación con nuestros más pequeños.

Ahora bien, me cuesta imaginarme una conversación natural de unos padres haciendo referencia al pene, a la vagina o a sus partes: glande, prepucio, labios mayores, labios menores, clítoris, etc., cuando le estamos limpiando esa zona corporal porque el infante de turno se ha desahogado en su pañal.

¿Esto realmente va en serio?

En el apartado sexualidad

Aportar información sobre:

  • el goce y el placer cuando tocamos nuestro propio cuerpo; la masturbación de la primera infancia.
  • el descubrimiento del propio cuerpo y de los genitales.
  • el hecho de que el placer físico es una experiencia propia (cercana) y normal de vida.
  • la ternura y la cercanía física (contacto) como una expresión del amor y el afecto.

En la adquisición de habilidades se lee:

  • tomar conciencia de la identidad de género.
  • hablar sobre el (dis)placer que sentimos en/con nuestro propio cuerpo.
  • expresar nuestras necesidades, deseos y límites, por ejemplo en el contexto de “jugando a los médicos”.

Me parece increíble lo que estoy leyendo. Es la pura verdad. He estado mirando el resto de cuestiones sobre esta etapa 0-4 años y ¿sabéis qué os digo? Pues que me niego ni siquiera a mostrarlo aquí. La persona interesada en leer este bodrio puede seguir esteenlaceque le llevará al texto íntegro de este documento de marras en castellano.

¿Cuál es mi opinión sobre la educación sexual que necesitan los niños en esta etapa de sus vidas? Muy fácil: ninguna.

Otra cosa es que los padres necesiten estar atentos a los descubrimientos de sus vástagos sobre sus propios cuerpos, con autotocamientos, o sobre los cuerpos de los propios padres, con una curiosidad absolutamente normal a esas edades. En este tipo de situaciones, total permisividad.

Se trata también de no ocultarles nada sobre el tema sexual, reaccionando con naturalidad y comprensión a cada cosa que hagan, digan o pregunten, generando una necesaria normalidad hacia el tema, evitando construir los típicos tabús que se ven en personas de mi edad, por ejemplo.

Lo más habitual es que durante estas edades (0-4 años), las criaturas se dediquen a mirar para todos los lados, a jugar y llamar la atención, haciendo sus pinitos en intentos de conseguir cada vez más autonomía, y que no haya que dedicar energía y esfuerzo para abrir el melón de la sexualidad hasta que le venga a cada cual según su propia necesidad.

A mi modo de ver, este tipo de documento es un intento de imbuir un tema, el sexual, en nuestros hijos o nietos de una forma estandarizada, con unos contenidos homogeneizados, café con leche para todos, les guste o no, quieran o no, necesiten o no ingerir ese café con leche.

¡¡Pues va a ser que no!! Tampoco van a contar conmigo en el adoctrinamiento sexual de las generaciones futuras.

¿Será que soy un bicho raro? Salud para ti y los tuyos.

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