Cuando se anunció que se le iba a imponer un impuesto a la banca con arreglo a sus beneficios, parecía que iba a ser una especie de panacea y que eso tendría para la ciudadanía efectos muy positivos. Pero, las personas “lumbreras” del gobierno que lo anunciaron a "bombo y platillo”, tenían que haber previsto, que en absoluto las entidades bancarias correrían con esos gastos y de que, por el contrario, repercutirían muy directamente en sus clientes, mediante el incremento de sus hipotecas, comisiones, servicios prestados, etc.
Se acaba de anunciar que los seis bancos más importantes del país: Santander BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja, en los tres primero meses de este año, han incrementado el 15% sus beneficios: 6.566 millones de euros y que la fusión que se espera del BBVA con el Sabadell, concentrará aún mucho más las empresas bancarias en un más amplio oligopolio, en detrimento de la falta de competencia y mejores servicios.
Esto va a comprobarse una vez más con la referida fusión del BBVA y el Sabadell, La suma de ambas entidades podría aglutinar en torno a 1,04 billones de euros en activos. Con cifras a cierre del primer trimestre de este año, al cómputo total el BBVA aportará más de 801.000 millones, mientras que a Sabadell le corresponden los otros 236.135 millones.
Se estima que la entidad bancaria resultante, será la primera del país y con toda probabilidad, una de las más importantes de Europa, y eso lo conseguirá como ha ocurrido con otras anteriormente, mediante el cierre de sucursales, sobre todo en las zonas rurales donde tan necesarias son, debido a las edades avanzadas de gran parte de sus clientes y el despido masivo de muchos de sus miles de empleados.
Ahora que se está planteando la regeneración de la democracia, la economía debería ser sin ninguna duda una de ellas, y tendríamos que contar con una banca pública que, nos evite de las arbitrariedades, abusos y extorsiones a que somos sometidos por la depredadora banca privada. La regeneración democrática tiene muchas vertientes y una muy importante, es el de no estar sometidos a la banca privada, si contamos con la opción de una pública que le pueda hacer la competencia, en la seguridad de que ésta contaría con la mayor aceptación. Lo mismo ocurriría si pudiéramos disponer de una empresa energética pública.
Ya se pudo hacer con Bankia como banco del Estado, por haber sido rescatado por éste con 24.000 millones de los 58.876 millones, de la recuperación total conjuntamente con las cajas de ahorros y, al contrario, de lo que en su momento desde el Gobierno del PP de Mariano Rajoy que, expusieron que el total de esa cantidad sería resarcida al Estado, pero la realidad es que, en ese sentido, sólo ha sido recuperado 3.400 millones de euros. En consecuencia, significa de que, deliberadamente y a favor de la banca privada, y para defender sus intereses se creó con total impunidad, una especie de “agujero sin fondo”. ¡Menuda indecencia de quienes lo propiciaron y llevaron a efecto e impotencia de la ciudadanía!.