El Brexit no funciona.
La decisión tomada en junio de 2016 y hecha efectiva el 31 de enero de 2020 ha dejado claro que los votantes fueron engañados y que los supuestos beneficios tras la salida de la UE no existen.
En el pasado he escrito sobre temas tan diversos como la bajada de la calidad del agua en la red fluvial, las oportunidades de negocio que no llegan o directamente huyen de Reino Unido o la perdida de atractivo para atraer trabajadores del exterior.
Todas y cada una de las señales que llegan sobre los resultados de un proyecto que trataban de vender como ilusionante y como la solución a todos los problemas que achacaban a la malvada corte de “burócratas no elegidos en Bruselas” se unen a los problemas añadidos y que van de la mano con un gobierno inoperante, que ha logrado que el sector público este en caída libre al mismo ritmo que la capacidad adquisitiva de aquellos que vivimos en Reino Unido.
La arrogancia y venta de humo ha desaparecido casi al completo y ya no hay nadie con un ápice de integridad y honestidad que siga vendiéndonos que el Brexit es un proyecto vivo y con visos de éxito.
En redes sociales este fin de semana muchos pudimos leer las quejas de aquellos que siguen empujando por desmarcarse de la UE y que sufrieron al ver en televisión la ultima noche de los PROMS, serie de conciertos de música clásica de carácter anual y que atraen a gran numero de televidentes y que estaba mostrando un Royal Albert Hall lleno de banderas de la Unión Europea.
Muchos pedían que se investigara por qué razón había tanta bandera de la UE y sentían que los “europeístas” habían “secuestrado” este evento.
La democracia que aplaudían el 23 de junio de 2016 parece que se les esta atragantando a los que querían soberanía e independencia.
Esta muestra de sentimiento pro-EU se ve aupado en las encuestas en las que año a año, mes a mes, la diferencia entre quien volvería a entrar en la UE y quien quiere seguir con este proyecto muerto llamado Brexit, sigue aumentando.
La pregunta no es sí Reino Unido se reenganchará a la UE…la pregunta es ¿cuándo?
Habrá quien desde las instituciones nunca quieran admitir la entrada de golpe en la UE y quizás el cambio sea por episodios, y esta semana ha tenido lugar uno de ellos: reentrada en el programa Horizon Europe.
Este programa instaura el marco de investigación e innovación (I+I) de la Unión Europea (UE) para el período 2021-2027.
El presupuesto para este periodo de 95.517 millones de euro busca como objetivo general el "alcanzar un impacto científico, tecnológico, económico y social de las inversiones de la UE en I+I, fortaleciendo de esta manera sus bases científicas y tecnológicas y fomentando la competitividad de todos los Estados Miembros".
En su nota de prensa la UE decía: “La Comisión Europea y el Reino Unido han alcanzado hoy un acuerdo político sobre la participación del Reino Unido en Horizonte Europa, el programa de investigación e innovación de la UE, y Copernicus, el programa líder mundial de la UE para la observación de la Tierra.
[…] Esta solución alcanzada de mutuo acuerdo es consecuencia de profundos debates entre la UE y el Reino Unido, y beneficiará a ambas partes. Les permitirá estrechar sus relaciones en materia de investigación, innovación y espacio, juntando a las comunidades de la investigación y el espacio.
[…] En general, se calcula que el Reino Unido contribuirá con una media anual de prácticamente 2 600 millones de euros por su participación tanto en Horizonte Europa como en el componente Copernicus del Programa Espacial.”
Desde el sector de las universidades y de la investigación han sido siempre claros en la pérdida de valor de Reino Unido al estar fuera de un marco de cooperación y esto ha significado graves problemas para este sector en Reino Unido.
En abril de este año, pude escuchar en la Fundación Ramon Areces de Madrid a Rafael Carrascosa, Policy Officer en la Universidad de Cardiff y Director de Política Científica de CERU (científicos españoles en Reino Unido) señalar que “no participar en Horizonte Europa, además de impedir el acceso de las instituciones británicas a un fondo de 95,5 mil millones de euros, también limita las colaboraciones científicas con el resto de Europa”.
La posición de CERU ha sido siempre clara: “Desde CERU, al igual que muchas otras instituciones y asociaciones científicas europeas y británicas, confiamos en que la Comisión Europea y el gobierno británico alcancen un acuerdo que resulte en la participación de Reino Unido en Horizonte Europa”.
Pasito a pasito Reino Unido volverá a alinearse…aunque sigan llamándolo Brexit, y a regañadientes empiecen a reconstruir los puentes que saltaron por los aires basados en aquel “más perderá la UE” que muchos de sus fans predecían.
Desde las concesiones a permisos de trabajo para sectores concretos, a la continua ampliación de los plazos para implantar el chequeo obligatorio en la entrada de productos en sus puertos (retrasado en 5 ocasiones), o a la rendición en la obligatoriedad que querían imponer a los productores en Reino Unido a usar un logo o denominación alternativo a la marca de seguridad CE que usa la UE todo es un paso atrás en sus reclamaciones y en su búsqueda de alejarse de la UE.
El Canal de la Mancha no es tan ancho y las ventajas de pertenecer a un bloque económico fuerte como la UE no se olvidan.
Los problemas internos y los colegios cayéndose a cachos por usos de materiales defectuosos no los provocaron desde Bruselas.
La falta de recuperación económica, la inflación, y la falta de ideas de un gobierno a la deriva son consecuencia de votar a elites que bastante tienen con enriquecerse como para tener en cuenta mantener un estado de bienestar que ellos tienen asegurado…