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El carnaval de la guerra

14 de Marzo de 2022
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De pequeño pensaba que había buenos y malos. Héroes y villanos. Los héroes asistían al conflicto para salvar a la población de los villanos. Luego descubrí que los señalados héroes también eran capaces de matar a sangre fría y que los villanos podían llorar por el sufrimiento de otro. Entendí que todo queda reducido al acto que todo humano realiza. Únicamente.

Hay siempre una forma de comprender al idiota, al niño, al primitivo o al extranjero, siempre que se tenga la información suficiente. En este sentido, podemos decir que hay una universalidad del hombre; pero no esta dada, es construida.’ Decía Sartre en la conferencia que dio en París, el 29 de octubre de 1945, y recogido en el libro ‘El existencialismo es un humanismo’

En esta guerra no hay héroes ni villanos, aunque se intente blanquear desde todos los medios el perfil del gobierno de Ucrania. Tampoco Europa es el héroe; ni menos lo es EE. UU o China. El conflicto entre Rusia y Ucrania tiene un largo recorrido en años de muertes de mujeres, hombres y niños por ambas partes. Y hasta hace poco no interesaba a nadie; e incluso, todos han intentado extraer el mejor rédito posible del conflicto en todos estos años negociando y comercializando con unos y otros. En este conflicto lo único que ha habido son ciudadanos que se han convertido en víctimas; ahora esas víctimas se multiplicarán y tomarán protagonismo en los medios informativos. Además, se constatarán otro tipo de victimas: las indirectas. Que se propagaran por toda Europa debido a la circunstancia económica que surja de dicho conflicto; y también, a la excusa que utilizarán muchas multinacionales y productores de alimentos y servicios indispensables para inflar sus precios.

Nada viene dado tal cual es en este carnaval al que asistimos. Todo lo construido para convencer tiene argumentos y una narración forjada para ello; esto no significa, sin embargo, que sea necesario alcanzar el engaño o la mentira. No es lo mismo el argumento de quién nos relata el vaso medio vacío, que el argumento de quien nos lo relata medio lleno.

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