La Federación rusa ha expulsado al corresponsal del periódico El Mundo, Xavier Colás, con doce años de práctica profesional en Moscú, por haber dicho que Rusia está usando armas químicas en el frente ucraniano. Como esta expulsión no se cuece ahora, sino que se remonta por lo menos al 2018, merece contextualizarse.
Debemos a Anonymous el completo relato de los antecedentes. Nada más producirse el golpe de Estado del Maidan, financiado por los EEUU y que pone fin al gobierno democrático de Yanukovich, para sustituirlo por una clase política referenciada a los criminales ucranianos del Holocausto y que lanza una guerra civil contra el Este de su población, sin otra exigencia sino autonomía, el MI6 crea una unidad de inteligencia para “gestionar nuestro espacio cognitivo” (Borrell). El grupo tiene por nombre Iniciativa de la Integridad (II) y lo lleva un español residente en Londres, Nicolás de Pedro. No van a tardar mucho en iniciar operaciones.
En junio del 2018 se sabe que Moncloa tiene la intención de nombrar director de seguridad nacional al coronel en la reserva Pedro Baños, conocido por sus opiniones independientes y guiadas solo por el interés nacional. Interviene Nicolás de Pedro en redes sociales denunciando el propósito de Moncloa y le acompañan en su empeño Borja Lasheras, Alina Mosendz y Jelena Milic. Se encuentra también en ese grupo la analista principal del Real Instituto Elcano Mira Milosevic/Juaristi. Señalemos que el Real Instituto Elcano está financiado por el Estado español.
La iniciativa termina por prosperar gracias a la complicidad de dos periódicos sistémicos, El Pais, y atención, El Mundo. Pedro Baños pierde y el director de seguridad de Pedro Sánchez será otra persona. En esta trama ¿ha habido precio, recompensa o promesa?
Volvamos atrás. Hace ya años, el New York Times publicó un artículo en el que criticaba la complacencia de El Pais con la corrupción, en aquel momento socialista. Un periodista valiente, Miguel Ángel López Aguilar, se hizo eco del suelto y opinó que así era, su periódico era blando con la corrupción. Pocos días más tarde fue despedido. Durante años, y todavía hoy, España no tiene ningún periódico vinculado al NYT, cosa insólita y que no sucede ni siquiera en países de dos millones de habitantes. Pero acabo de leer que ChatBot ha elegido como fuente de noticias fiables para su Inteligencia Artificial a…¡El Pais, el mismo periódico que no denunciaba la corrupción! En mis tiempos hubo una serie muy popular que se llamaba “El criminal nunca gana”. Debía de ser entonces.
Dos. En estas estábamos cuando un periodista de El Mundo, Julio Valdeón, publica en su periódico un artículo en el que acusa a todos los españoles críticos con la línea general occidental (léase USA) de estar a sueldo de Putin y lo que es más chusco, de que nos paga por Bizum. Vamos, como quien le paga unas cervezas a un colega. El Sr. Valdeón no es cualquier cosa. Es autor de un libro que lleva por título “Conversaciones con Félix Ovejero”, al modo de Eckerman y Goethe. El Sr. Ovejero, por cierto, es la gran esperanza de que quienes como yo veíamos-o vemos- en el un remplazo al viejo y querido maestro y militante, Fernando Savater. La razón de esa infamia la ignoro, pero escribir algo así no se puede hacer sin el ok del director o incluso a su solicitud. (Se lo que digo, fui en su dia colaborador de la revista Triunfo). El equipo de redacción sabrá la causa. Lo cierto es que para El Mundo van ya dos intoxicaciones, Baños y los críticos. Aseguro al lector que los supuestos pro rusos, yo entre ellos, no decimos ni más ni menos que lo que nuestros “compañeros” USA, por ejemplo, el catedrático y número 1 de las Relaciones Internacionales, John Mearsheimer, el catedrático de Harvard, Stephen Walt, o el economista Jeffrey Sachs.
Y llega ahora la tercera estación del Via Crucis. El corresponsal de El Mundo en Moscú, Sr. Colás, asegura desde Ucrania que Rusia está usando armas químicas. Yo no estoy en el frente de combate, no puedo asegurar nada. Ahora bien, las armas químicas son una línea roja muy apetitosa en estos tiempos de propaganda de guerra y resulta sorprendente que ningún medio americano se haya hecho eco de tal acusación. En lo que a mi respecta estoy suscrito de pago al New York Times, Washington Post y Guardian. Y a las revistas profesionales Foreign Policy y Foreign Affairs. En cuanto a las ofrecidas gratis todas las más conocidas incluidas las europeas. Y ningún medio se ha hecho eco de la cuestión. Recuerden como si se hicieron eco de las armas químicas sirias y como los USA afirmaron que si llegaban a usarse intervendrían. Aquí los únicos que hemos empleado munición salvaje somos nosotros con nuestras bombas de racimo, lanzadas entre otros frentes de combate en el Donbass y contra civiles. Y Rusia está harta de tanta desinformación y mentira. Les pongo un ejemplo y lo sostengo personal y profesionalmente. Todos los medios occidentales dicen que Rusia invadió Georgia el verano del 2008. No les crean. Se lo dice quien fue Embajador allí del 2009 al 2011 y mantuvo contacto con toda la clase política del país. No fue Rusia quien invadió Georgia. Fue nuestro hombre en Tbilisi, Michail Sakashvili, Misha, quien invadió Osetia del Sur y con toda premeditación. El dato no es conocido, pero se lo doy yo. Ya en el mes de mayo, tres meses antes de entrar en Tsinvali de noche y disparando contra los edificios llenos de civiles que dormían, Sakahsvili pidió al hospital de sangre de Tbilisi unas cantidades de sangre que el hospital no estaba en condiciones de cumplir y que a los responsables les parecieron sorprendentes por su volumen. A lo mejor algún joven periodista quiere ganarse las espuelas investigando el caso. Aconsejaría lo hiciese con prudencia ya que podría costarle la carrera. Recuerdo también para los amantes de la historia que eso sucedió ya en los tiempos del hundimiento del Imperio zarista, lo que llevó a Stalin a defender a Osetia del Sur y establecer la doctrina del imperialismo grande (Rusia vs. Georgia) y el imperialismo pequeño (Georgia vs. Osetia), doctrina que pervive hoy en la Constitución de la República popular de China.
El rosario de infamias y falsedades que se ha invocado frente a Rusia debería de darnos vergüenza a todos. Entre otras barbaridades, la de la BBC, al omitir mencionar a la URSS en el aniversario del dia de la victoria frente al nazismo, 8 de mayo. Es de imaginar la indignación del país que puso sobre la mesa veinte millones de muertos, que, dicho sea de paso, al presidente Truman le parecieron pocos.
Lo último en la materia es la pretensión de que al Lager de Auschwitz lo liberaron los aliados. Los aliados liberaron algunos campos de concentración y todos les estamos muy agradecidos por ello. Pero es que Auschwitz está en Katowice, Silesia, a unos mil km del rio Elba. Respecto a que lo liberaron los ucranianos, como se ha atrevido a decirlo Zelenski, mejor dejarlo aquí. Vean la obra maestra de Claude Lanzmann, Shoa, (Holocausto), lo tienen en Filmin, y verán como a los entrevistados polacos no se les cae de la boca la palabra “guardianes ucranianos”. Esos mismos criminales que hoy son considerados padres de la nueva patria traida por el Maidan. Sus sucesores de hoy ni siquiera asistieron a la conmemoración de la liberación de Sobibor, campo en el que los criminales de Bandera se distinguieron por sus crueldades.
En este contexto, el periodista de un periódico ya señalado por sus intoxicaciones habla de armas químicas y Rusia le expulsa mientras que el propio Embajador de la Federación en España interviene indignado. Aseguro que la intervención de un jefe de Misión en estos asuntos es excepcional. La ofensa ha debido de ser considerada de primera categoría.
Hay un agravante. Esto no va de verdad y mentira- lo que quizás podría mitigar algo la condena al medio. La verdad o falsedad de un aserto, sin entrar en filosofía de la ciencia, es que la cosa se adecue a su definición. Este no es el caso que nos ocupa. La OTAN no será la panacea mundial como se defiende hoy por los atlantistas profesionales si Trump gana las elecciones. Ya ha dicho que está obsoleta. Y Ucrania también es buena o mala según sople el aire de Washington. Esto es gravísimo porque quiere decir que bondad o maldad, función o disfunción de los actores que ofenden a Rusia, no depende de ética ni de robustez de argumentos, sino que son solo una inferencia política, que puede cambiar y cambia al albur del capricho del Establecimiento USA (en términos derogatorios, el Blob). El caso límite es el de Ucrania. Para la mitad política de los EEUU es virtuosa y merece ser ayudada. Para la otra mitad republicana es un descalzaperros ruinoso. ¿Acaso se puede ser medio aceptable y medio deleznable? ¿Nos hemos olvidado ya de cuando para la prensa occidental Ucrania era nazi y corrupta? No hace tanto. Era, eso sí, antes de la guerra, que por lo visto es razón ética.
En España todo esto tiene un eco relativo, pero en Alemania aviva viejas heridas. Ruina económica y clase política deslegitimada trajeron a Hitler. Afortunadamente, no hemos llegado tan lejos pero no olvidemos que la depresión y la miseria hoy empezaron en cuanto a Alemania se le prohibió el acceso al gas y petróleo barato ruso. De hecho, Oskar Lafontaine ya ha dicho que sin gas y petróleo ruso es imposible mantener el presente nivel de vida de la nación, opinión universalmente compartida por el pueblo. El otro apartado, clase política, más de lo mismo. Está alineada con esa filosofía atlantista, antinacional y antialemana y lo que es peor, equivocada, pues fue Alemania quien tuvo razón al proponer una seguridad alternativa a la OTAN, pacífica en su entraña de Ostpolitik y territorialmente euroasiática. De haberse aceptado esa solución germana, la única posible para asegurar la paz y la seguridad internacionales, no frecuentaríamos ahora estas sirtes bélicas. Y además esa misma clase política redobló su vesania al ofrecer a Rusia los acuerdos de Minsk, cuyo propósito confesado era dar tiempo a que Ucrania se armase. Lean, infracción frontal del Art. 2.2 de la Carta de la ONU, cumplimiento de buena fe de las obligaciones contraídas, y además guerra como instrumento de política exterior, uno de los tipos penales que se invocó en el juicio de Nüremberg contra la dirigencia nazi. No es por asustar, pero todas estas barbaridades, impuestas desde Washington, han llevado a los neonazis, (la AfD,) a convertirse en el segundo partido político de Alemania tras la CDU. Entiéndase. Si la ciudadanía quiere salir de la miseria no puede votar a los partidos sistémicos. No solo no se guían por el interés nacional alemán y europeo, sino que les arruinan a ellos y de paso a toda la UE.
Eso sí: no tengo duda de que el Sr. Colás ha hecho un buen trabajo y sus años de experiencia así lo avalan. Los que nos hemos movido en información muchos años ya sabemos que la fiabilidad de las fuentes a veces es dudosa sin que ello sirva para desacreditar a quien se le escapa como verdadero algo que no lo es-a condición de que sea cosa puntual. Rusia, harta ya, se ha negado a las medias tintas. Ha tirado por la calle del medio y ha disparado por elevación contra el medio que contrata al periodista, un medio ya manchado por las iniciativas descritas más arriba. Eso si, es una muy mala noticia. No tenemos tanta gente cualificada en el mundo ruso ni menos aun con tanta veteranía. Debería El Mundo de haberlo pensado antes cuando acusó a otro corresponsal, este de la Vanguardia, excelente, por cierto, de cobrar de Putin por Bizum. Me refiero a Rafael Poch, incluido en la lista de Valdeschindler, perdón de Julio Valdeón. Quizás hubiera servido para que al Mundo se le mirase con menos prevención desde Moscú.
Los españoles, herederos de un fracaso histórico sin muchos precedentes, tenemos tendencia a considerar que lo que sucede en el extranjero no tiene importancia. La tiene. Colaborar con la Iniciativa de la Libertad (II) en los EEUU hubiera sido traición, punible con cadena perpetua. Al PNV el colaborar con ETA en Estella le costó la expulsión de la Democracia cristiana que ellos habían fundado. La ley de Amnistía está bajo la lupa de la UE, y también lo está la Ley de Lenguas ucraniana, declarada contraria a los principios de la UE por la Comisión de Venecia. Aquí la sensibilidad es otra. Mientras que la Comisión de Venecia asegura que la Ley de Lenguas ucraniana es contraria a los valores de la UE, a Rubén Gisbert, por decir más o menos lo mismo, le procesa la Fiscalía del país más progresista del mundo mundial por odio al pueblo ucraniano. Sin palabras. Un consejo Rubén. Declárate mujer o trans, es eximente, seguro. De LGBT no hablo, me consta tu afiliación hetero. Y como se decía en tiempos de los gentilhombres de cámara: con ejercicio y servidumbre.