Ciento cincuenta intelectuales norteamericanos han suscritouna carta denunciando la conducta tanto de los dirigentes como de las bases delos partidos de izquierda que censuran, ningunean y persiguen a todo aquel quese atreva a disentir de la línea oficial de quien dirija la organización o elmedio de comunicación en el que colabore.
Noam Chomsky,Margaret Aktwood, Jane Rowling, están entre los primeros firmantes delmanifiesto. Ellos y sus colegas han explicado más tarde varios aspectos delproblema que son preocupantes en la conducta de estos políticos que se sitúan ala izquierda. Cómo corresponde precisamente al problema que denuncian,inmediatamente han comenzado a recibir críticas, improperios, insultos y hastaamenazas en las RRSS por parte de que aquellos que se creen en posesión de laverdad absoluta.
Extrapolandola situación a España, quiero referirme a los acontecimientos que me hanafectado en este desdichado año de 2020. El 4 de diciembre de 2019 comoPresidenta del Partido Feminista de España, y con el acuerdo unánime de laComisión Política, emití un comunicado en el que expresaba nuestro desacuerdocon un Proyecto de Ley que se denomina Ley Trans que en marzo de 2019 habíapresentado en el Congreso el Grupo político Unidas Podemos. Cómo nosmanifestábamos en contra de que se aprobara una legislación que invisibiliza alas mujeres al punto de que ni siquiera reconoce su existencia, y que ademásinvolucra a menores de edad permitiendo que sean pasto de medicamentos ycirugías sin control alguno, Izquierda Unida se indignó, y sin cumplir ningunode los trámites exigidos en sus estatutos, ni siquiera se había aprobado enasamblea el apoyo a la susodicha Ley Trans, procedió a declarar que nosexpulsaba. El caso está pendiente de la jurisdicción contenciosoadministrativa, ya que no vamos a admitir, sin defendernos, semejante tiranía.
Ala vez, y considerándose víctimas de transfobia, el lobby trans anunció, pormediación de su representante Mar Cambrollé, que presentaba una denuncia contramí ante la Fiscalía de Odio de Barcelona por ese comunicado. Y hace pocos días un medio de comunicación me hacomunicado que ya no podré publicar más en su periódico donde tenía un blogdesde hace 13 años porque no está de acuerdo con mis planteamientos.
Estosepisodios que me atañen personalmente no son excepciones. Veamos la trayectoriade Podemos, que se constituyó en la vanguardia del progresismo -la izquierdano, ya que el propio Pablo Iglesias declaró que no eran de izquierda ni dederecha- hace tan sólo seis años. De aquella primera experiencia en laselecciones europeas con el resultado de 5 diputados en el PE, que sorprendió a propios y extraños, pasó aobtener el mayor éxito que jamás había tenido una formación política de su líneaideológica. Con sus 72 diputados desplazó notoriamente a IU, pero tan brillanteresultado no se repitió en la siguiente consulta electoral en la que rebajó 20diputados y menos de un año después se quedaba con los 35 de que dispone ahora.La última debacle se ha producido el 12 de julio pasado en las eleccionesgallegas y vascas. Los resultados demoledores en Galicia donde ha quedado fueradel Parlamento después de haber sido la segunda fuerza en su unión con Las Mareasy haber bajado a la mitad en Euskadi, les exigen una reflexión profunda einteligente para conocer la causa de tal desastre. Pero sospecho que talpostura no va a ser la de la dirección. Ramón Espinar es el primero que he oídomanifestarse muy críticamente y resumir en Twitter las causas de ese fracaso, peroEspinar ya no tiene el protagonismo de antaño y los que hoy son lospersonajes influyentes de la formación,cuidadosamente seleccionados por Pablo Iglesias una vez purgados todos loscontestatarios, no ratifican el diagnóstico de Espinar.
Los resultados de los comiciosvascos y gallegos nos muestran un resurgir nuevamente de los nacionalismos queparecían un poco apagados en los últimos años, agobiados como estamos por lacrisis económica que no nos abandona. Y este volver al pasado lo han provocadoPodemos y las Mareas y esa miríada de organizaciones formadas de aluvión aimitación de Podemos, creyendo que se beneficiarían de su estela. Después deléxito de 20016, cuando, cuatro años más tarde, la ciudadanía ha comprobado queni el empleo ni la vivienda ni la sanidad ni la educación, y no digamos lasituación de las mujeres, han mejorado por la influencia de Podemos y Las Mareas, ha vuelto a pedir amparo a lomalo conocido. Al PP de siempre al que ya están acostumbrados, y en un ejerciciode nostalgia, chovinismo y con la tentación del victimismo, al nacionalismo quesiempre les halaga los oídos.
Lo sorprendente es que ante el avance del BNGy de Bildu Juan Carlos Monedero salga afirmando que los partidos nacionalistasse habían “podemizado”, sin que aclarara que significaba tal adjetivo. Intentandoadivinarlo supongo que pretende decir que los partidos nacionalistas estáncopiando las reformas sociales quedivulga Podemos lo que falsifica la realidad. La agenda social, como lo llaman,siempre ha estado en el programa de BNG y de Bildu y no constituye ningunanovedad, en realidad quienes se han “nacionalizado” son los podemitas. Tanto enCataluña, con esa aceptación de una reclamación ilegal de la“autodeterminación” que no ha sido reconocida por ningún organismointernacional y que Podemos apoya por oportunismo creyendo que así obtendrá másvotos, como en el País Vasco, como con el galleguismo de las Mareas. Elresultado ha sido exactamente el contrario de lo perseguido. Porque cuando unaformación política imita alguno de los rasgos de identidad de otra, de formatotalmente impostada, los votantes deciden optar por el original y no por lacopia.
Cuando al mismo tiempo lospropósitos de cambios sociales planteados por Podemos no se han cumplido, nisiquiera se han intentado, y en el transcurso del tiempo se van abandonandoante la presión del Capital ejercida a través de la UE y del PSOE, como vemoscon el olvido de derogar la reforma laboral, no es de extrañar que laciudadanía decida retractarse del apoyo prestado a tan inconsistentes einfiables dirigentes y volver a cumplir el reaccionario adagio español de que“más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.
La situación actual la predijimosdesde el Partido Feminista hace tres años, en el curso de las sucesivasconvocatorias electorales. Nos opusimos a la coalición de IU con Podemos ydespués a formar gobierno con el PSOE y ello nos ha costado la expulsión de IU.En este momento, además, esa coalición de Unidas Podemos se haya abducida porlos planteamientos de la doctrina Queer y las exigencias del lobby Trans,supongo que también porque les parece que esos colectivos atraen el voto quetanto necesitan. Y como se va viendo entodo se han equivocado. Lo peor es que los ideólogos como Monedero se empecinanen defender el mismo discurso y la misma estrategia. Y en criticar,descalificar y hasta insultar a quienes les llevamos la contraria, que estásiendo, como nos han explicado Chomsky y sus compañeros, la estrategia de estaizquierda fanática cuyo comportamiento únicamente va a traer más fracaso, más alejamientode las masas y en definitiva la pérdida de las conquistas sociales que hancostado cientos de años de luchas y millones de vidas.