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El sesgo cognitivo como las fake news se convierten en verdades

26 de Marzo de 2022
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Fake-News

La verdad sin un buen branding y marketing detrás no es aceptada por la sociedad y no llega a formar parte de los argumentos de la masa social.  Aquellas ideas que sí pasan el filtro social y se asientan como la verdad es eso que llamamos “el discurso oficial”. En este discurso hay palabras que se cuelan en nuestra vida cotidiana que no habíamos pronunciado jamás pero que después de tres telediarios forman parte de nuestro vocabulario y argumentario popular en el desayuno, la oficina y la opinión que nos formamos de los sucesos.

En la era de las fake news podríamos pensar que debemos y podemos combatirlas con información veraz y contrastada. Lástima que nuestro cerebro no funciona así. Una vez consideramos una información como verdadera entramos en el terreno pantanoso del sesgo cognitivo.

Uno de estos sesgos cognitivos es el de confirmación. Vemos la realidad a través de las creencias y de la información que hemos considerado como verdad.

Cualquier información que reta, contradice o desmonta nuestra creencia la ignoramos,la apartamos y la demonizamos.

¿Por qué nos pasa eso? Forma parte del sistema de optimización del cerebro. Cuando recibimos grandes cantidades de información la cotejamos con la que ya tenemos en nuestra cabeza: conocimiento previo, contexto social, experiencias…

Nuestra energía para llevar a cabo este proceso es limitada y ahí es cuando buscamos instintivamente un atajo que va directo a la emoción, a una sensación sobre el tema e ignoramos la información que no se adecua a nuestras expectativas.

Procesar información acorde con lo que ya pensamos es mucho más fácil y gasta menos energía mental que retar esa concepción y procesar nueva información.

Ese mecanismo nos ha hecho sobrevivir. Nuestros antepasados que veían una sombra en la noche y pensaban que era un depredador no se paraban a pensar si lo era o no, simplemente echaban a correr y gracias a no pararse a recabar información sino a huir hemos sobrevivido.

En la actualidad, el depredador es la manipulación, las fake news, las verdades a medias que quieren hacer creer que en medio de la noche hay que correr sin recabar más información.

Y una vez entramos en esa rueda es muy difícil salir ya que la optimización de energía mental nos lleva a confirmar una y otra vez lo primero que creímos.

La mayoría de personas, independientemente de su inteligencia, fallan al examinar sus propias hipótesis desde el pensamiento crítico. El camino utilizado es un pensamiento rápido que da el veredicto y que nos lleva a atajos mentales y a sesgos cognitivos.

Otro de los sesgos cognitivos por excelencia es el contagio social. Como las opiniones de otras personas van limando y puliendo nuestra propia opinión. La presión de grupo va ejerciendo cambios en la opinión y actuación del individuo. Así es como se crean las tendencias, ya sea el color que se lleva este verano, a qué partido hay que votar, si estamos de acuerdo con una ley o no o el juguete que se pondrá de moda la próxima Navidad y pedirán todos los niños.

Así es como las fake news se convierten en verdades sociales y como las malas ideas se contagian olvidándonos que la historia se repite una y otra vez: es el sesgo cognitivo que nos lleva a cometer los mismos errores pensando que son errores nuevos.

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