Según trascurren los días hacía las elecciones generales del 23 de julio, se va notando en el PP, y especialmente en su líder, como están pasando de una euforia desmedida en la que ya se estaban repartiendo los ministerios con Vox, a una sensación de pájara generalizada con cada información que sale sobre el contenido de los pactos con Vox, en ayuntamientos y comunidades autónomas, y sobre las primeras acciones que están realizando, que van por la senda de incrementarse los sueldos de manera desorbitada, y por el hachazo a numerosos derechos.
Empiezan a ver como un espejismo la meta del 23J. Cada vez más lejos, y con la mítica frase de Juanito resonando en sus mentes una y otra vez: “90 minuti en el Bernabéu son molto longo”. Es decir, los días hasta el 23J son “molto longo”, máxime cuando cada vez más ciudadanos están desperezándose ante los recortes de derechos que están viendo y sufriendo donde el PP y Vox gobiernan; ante la mentira de Feijóo de que el dejaría gobernar a la lista más votada; o ante el kilo de naranjas a 0,12 €.
La preocupación se está extendiendo en muchos sectores de la población. Tal es así que un 5,9 por ciento de los votantes afirma que de haber sabido el resultado de las elecciones en su municipio habría votado distinto. Y un 8,1 por ciento, en el caso de su comunidad autónoma, según el barómetro del CIS del mes de junio de 2023. Estos cambios, hubieran posibilitado que ahora en algunas comunidades autónomas y ayuntamientos los gobiernos fueran distintos.
Pero para que los ciudadanos sean conscientes de lo decisivo de su participación en unas elecciones generales que determinarán el futuro de España las próximas décadas, tienen que conocer, para que la derecha no vuelva a hablar de pucherazo como en el año 1993 o hace unas semanas, que hay dos comportamientos electorales que están siendo decisivos y lo van a ser el día 23 de julio:
- Cada vez se decide más tarde a quien votar. 1 de cada 4 votantes lo decide la última semana de campaña. En el caso de las últimas elecciones municipales, el 26,8 por ciento de los votantes. Y de estos, un 12,7 por ciento lo decidió en la jornada de reflexión y el propio día de la votación. En el caso de las elecciones autonómicas, un 25,1 por ciento. Y de ellos, un 11,4 por ciento lo decidió en la jornada de reflexión y el propio día de la votación. Esto significa que la campaña electoral tiene gran trascendencia.
- Los ciudadanos cada vez cambian más rápidamente sus preferencias electorales durante la campaña electoral. Así, en las elecciones municipales, un 14,1 por ciento de los votantes cambió de opinión sobre el partido al que iba a votar. Concretamente, un 5,1 por ciento cambio varias veces de opinión sobre a qué partido votaría a lo largo de la campaña electoral, y un 9 por ciento, cambio de opinión una vez. En las elecciones autonómicas, el porcentaje fue del 13 por ciento. Un 5 por ciento cambio varias veces de opinión sobre a qué partido votaría desde el inicio de la campaña, y un 8 por ciento, cambio de opinión una vez. Los motivos para cambiar el voto de un partido a otro fueron sus propias ideas y convicciones, el ejercer el voto útil y evitar que ganara otro partido.
Estos cambios en los comportamientos electorales los conocen muy bien en el PP y, también en las élites mediáticas, económicas y políticas de este país. Por eso, ven con preocupación que los ciudadanos comiencen a informarse más y mejor sobre las distintas opciones que se enfrentan en estas elecciones.
La estrategia del PP pasa por desmovilizar al electorado progresista porque sabe que es su única baza para gobernar. Saben que el partido más cercano a las ideas de los ciudadanos es el PSOE con un 25,6 por ciento frente al 20,6 por ciento del PP. Saben que los españoles prefieren a Pedro Sánchez de presidente del gobierno (25,1 por ciento) frente a Feijóo (20,1 por ciento). Saben que un 21,8 por ciento de los ciudadanos se sitúan en el cinco de la escala ideológica, y por eso quieren esconder los pactos con Vox.
Ante este contexto surge una pregunta ¿La inacción, el no ir a votar o decir a posteriori de las elecciones que si hubieras sabido el resultado habrías votado a otro partido, es algo que puedes permitirte tú, tu familia, tus amigos y tus compañeros de trabajo? Parece que no.
Para los que quieran luchar por una España mejor para ellos y el resto de los españoles, es preciso huir del ruido mediático y hablar con sus entornos del balance de lo realizado por el gobierno. ¿Lo hecho coincide con tus ideas y convicciones? ¿Ha mejorado tu vida durante estos años? ¿Estás dispuesto a permitir que se recorten derechos? ¿Permitirás que, a tu mujer, tu madre, tu hija les roban derechos? ¿Permitirás que te roban igualdad, libertad y justicia social? ¿Permitirás que te roben derechos humanos? ¿Quieres prosperidad para el futuro? ¿Quieres seguir avanzando en derechos? Respondiendo a estas preguntas algunas personas que no iban a votar votarán, y otras cambiaran el partido al que pensaban votar deslumbrados por las campañas negativas contra el gobierno.
El 23J, es una cuestión de libertad, de equidad, de justicia, de fraternidad y de convivencia. ¿En qué país quieres vivir? ¿Con que bienestar quieres vivir? ¿Con que libertad? ¿Con que servicios públicos? ¿Con que derechos?
Llegados a este punto, elije que es lo que más te conviene a ti y a tu familia o elije por tu ideología. Lo que no deberías permitir es que el ruido te haga quedarte en casa o que la desinformación te lleve por un camino que de saber los resultados no habrías transitado.