Julián Arroyo Pomeda

¿En serio? Matemáticas y comprensión lectora

21 de Enero de 2022
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Cada día nos enteramos de una cosa nueva. Esto no lo es tanto, porque parece lógico. Cuando alguien no entiende lo que lee, no puede resolver nada de lo que se le proponga. Así es. En tiempos en que yo impartía clases de filosofía en COU y después en Bachillerato 2, comentar un texto constituía una pesadilla para muchos estudiantes. Hablando con ellos, me preguntaba dónde estaba el fallo, porque solían ser textos asequibles de unas quince líneas. No podían resultar tan difíciles. Hay que leer el texto cuantas veces sean necesarias para entenderlo, sugería, solo después se podría contestar a las cuestiones propuestas.

Los estudiantes lo leían y, cuando les preguntaba si habían comprendido su contenido, es decir de qué trataba, cuál era la cuestión planteada y qué solución proponía, siempre era evasiva su respuesta: lo entiendo más o menos. Esto significaba que no lo habían entendido. Hay que leerlo de nuevo, les pedía. Cuando lo leían en voz alta era todavía peor, porque lo hacían de aquella manera, sin marcar las pausas que se indicaban, o parándose en un término técnico. Y claro, se lanzaban a contestar, porque se acababa el tiempo, pero también sin haber logrado entenderlo. Si la calificación, al final, era baja, confesaban que no sabían cómo hacerlo y es que sin entender el contenido no se puede salir airoso nunca.

Ahora, en una entrevista de un diario a Clara Grima, que es matemática, divulgadora, docente e investigadora, esta ofrece una respuesta sorprendente: resulta que “los estudiantes fallan en matemáticas porque falta comprensión lectora”. Ahí es nada. Sin tal comprensión no se puede ser bueno en matemáticas. En la escuela del siglo pasado nos pedían casi siempre que aprendiéramos a leer, escribir y hacer cuentas. Todo el mundo hace cuentas y calcula, pero eso ya no es tan importante, porque tenemos las máquinas calculadoras, que lo hacen mejor y más rápido que nosotros.

No podemos confundir las matemáticas con hacer cuentas, lo que es algo muy tedioso y no desarrolla nada la mente. Es mucho más importante la capacidad de innovación y creación, porque las matemáticas tienen la función de comprender el mundo de otra manera. Esto implica manejar conceptos lógicos y filosóficos, no solo trabajar con integrales. Por eso Grima conecta enseguida filosofía y matemáticas. Su primera intención fue estudiar filosofía, pero su profesor de esta materia la orientó a las matemáticas. Las narraciones personales son más importantes de lo que parecen. Por mi parte, yo hice filosofía, pero me gustaban mucho más las matemáticas desde que un profesor me las hizo entender en los estudios medios.

En esto de la comprensión lectora falla también la gente universitaria. Les cuesta, incluso, entender un e-mail. ¿Será por algo de esto por lo que se prefiere comunicar en wasap? Ya sé que hay otras razones, pero en los departamentos de publicidad lo que se crean son flashes para captar la atención directa y sin esfuerzo. Esto se observa mucho más en las Redes Sociales. Tiene que ser todo muy condensado e incluso así, como tenemos tantas prisas, leemos, a veces, solo la mitad del mensaje o la primera línea y por eso contestamos tan mal. Corremos demasiado y no tenemos paciencia para leer. Y es que saber leer es fundamental. A leer tenemos que aprender pronto, desde niños, porque los niños sí que leen y tenemos que entusiasmarles con las historias y los cuentos que les gustan tanto. Quién iba a decir que aquí la escuela fuera una plataforma básica, aunque no le demos mucha importancia.

Todos recordamos de mayores a los buenos maestros que hemos tenido en la escuela, abnegados, trabajadores y entusiastas de nuestra formación. Lo hacían con escasos recursos, mal pagados y en condiciones ínfimas. Todavía hoy se mantienen situaciones similares. Que las escuelas infantiles sigan siendo todavía guarderías no es admisible. Los maestros debían ser los funcionarios mejor tratados.No se puede seguir siendo tan miserable con ellos. Y no se trata solo de recursos económicos, es que si no se ponen en el fondo, esto demuestra que no se cree en la educación.

Los resultados de PISA confirman la tesis de la importancia de la comprensión lectora. Los estudiantes españoles tienen malos resultados en matemáticas y en comprensión lectora, precisamente. Hay que ir a las bases: los estudiantes tienen que saber leer. Aquí es donde tenemos que incidir. Mientras no resolvamos esto, tampoco podremos tener éxito en niveles superiores. Hay que aficionar a los niños a la lectura y debemos seguir insistiendo en la adolescencia para que les guste la literatura. Tampoco hay que olvidarlo de mayores: hemos de continuar leyendo para poder cultivar las ciencias denominadas puras con alegría y fundamentación.

Vivimos en un mundo digital, que es irreal, mientras descuidamos la realidad que nos rodea. Pobres tontos. Se suele decir que a la Universidad los estudiantes llegan ahora peor preparados, pero es que antes venían unos pocos muy seleccionados y ahora llegan muchos más. Habría que preguntar qué es lo mejor. No parece que sea mejor que estén solo unos pocos, aunque acceder más incrementa el trabajo académico del profesorado. Se trata de extender la formación y ya sabemos que todos tienen derecho a la educación. Valoremos mucho más lo que tenemos e introduzcamos la lógica matemática, que es la lógica humana, en la que ninguna máquina nos supera todavía. Sin entender lo que leemos, no podemos comprender nada y tampoco las matemáticas.

Descifrar los códigos lingüísticos no es igual que leer. Muchas veces nos quedamos solo en esta literalidad exterior, sin entrar en las entrañas de los contenidos. Así no se puede disfrutar la lectura y engancharse con ella para descubrir el mundo que nos cuentan las historias.

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