Decimos legalidad (del latín legalitas-atis) a todo aquel acto,compromiso, contrato o norma que está amparada por una ley fundamental delestado. Se podría añadir de estado democrático, toda vez que en una dictaduralas leyes son impuestas, sin ningún tipo de consenso, y a voluntad o designiodel dictador. Será legal, por lo tanto, todo aquello que esté comprendidodentro de la ley y su reglamento.
Decimos justicia a la virtudmoral por la cual todo el mundo tiene como guía la verdad, todo el mundo estáinclinado a dar a cada cual lo que le pertenece, a respetar el derecho ajeno.Aquello que se tiene que hacer según el derecho y la razón. Diremos que unacausa es justa si lo es conforme a la ley, si satisface las justas aspiracionesde las personas.
Diremos legitimidad a todoaquello que está fundamentado en el derecho y válido porque es conforme a laley, y a los principios generalmente aceptados. Parece que las tresdefiniciones van cogidas de la mano y son, como una trilogía, una sola cosa encomún y las tres ramas que la sustentan, al menos teóricamente, debería de serasí.
¿La ley es siempre justa? ¿Loque es legal es siempre legítimo? ¿Puede ser ilegítima una causa justa? No soyni jurista ni abogado y por tanto se me podrá rebatir, por parte de losexpertos, mis afirmaciones pero, en el día a día, la historia nos permite, a míy a cualquier observador, ver las incongruencias que se dan y se han dado através de los tiempos.
Algunas de las leyes franquistaspromulgadas al acabar la guerra civil fueron, en muchos casos, contrarias alderecho internacional, el ensañamiento de los ganadores hacia a los queperdieron la guerra fue brutal, no haré una lista de normas o leyes que losperjudicaron a lo largo de su vida, todo el mundo lo sabe o… tendría quesaberlo.
Ya de entrada se trataba de ungobierno ilegítimo (golpe de estado contra un gobiernolegalmente constituido, guerra civil, cientos de miles fallecidas y medio millónque tuvieron que exiliarse). Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que lasleyes “forzosamente” podían ser legales, pero en muchísimos casos no eranjustas.
Observamos a lo largo de la historia que, durante siglos, han existido leyes que, amparadas en el poder temporal dominante o el religioso, eran del todo ilegítimas. ¿Cómo se puede entender sino lo que se denominaba como la Santa Inquisición? ¿O la prohibición de publicar la Biblia en lenguas vulgares, solo poder hacerlo en latín y así impedir al pueblo saber el contenido?
La trata de esclavos fue muchossiglos una lacra para medio mundo, la iglesia no lo condenó, los gobiernos lopermitían y las personas eran vendidas o compradas como una mercancíacualquiera. ¡Era legal!, la pregunta es: ¿era justo o legítimo traficarcon seres humanos?
Como sabemos Cataluña no formaparte de España de forma voluntaria sino por el desenlace de la guerra desucesión tras la muerte de Carlos II sin heredero al trono. Felipe V derogótodas las leyes catalanas, su moneda i ordenó el uso obligado del castellano endetrimento del catalán a través del Decreto de Nueva Planta. No fue como elcaso de Escocia con respecto al Reino Unido.
El pueblo catalán sometidodesde hace tres siglos por la oligarquía castellano/borbónica dominante, quiereexpresar su derecho a decidir, como pueblo independiente o dentro del estado,pero en otras condiciones diferentes de las actuales. Es un derecho, el de laautodeterminación, reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas y Españano debería negarse a plantear la consulta que el Parlamento catalán aprobó. Setrataba de una aspiración legítima pero, según el ordenamiento jurídico españoly la constitución, no es legal. ¿No es quizás una causa justa?
El gobierno español estaba preparadoal contraataque y el PP presentó un recurso -uno más- ante el tribunalconstitucional conforme era ilegal la declaración de soberaníaaprobada en el Parlamento de Cataluña. Este organismo tendría quedenominarse TECC (Tribunal Español Contra Cataluña) el nombre seríamucho más oportuno.
Entonces, al saberse lasentencia favorable al recurso, dijeron que es lo que dice la ley amparada porla Constitución. Podía ser legal la decisión, pero no justa, puesto que lacausa catalana era legítima y si, de verdad, la soberanía recae en el pueblo, lomás antidemocrático fue impedir que éste se pudiera expresar con total libertade impedirlo tal como lo hicieron. ¿Quién no recuerda el 1º de octubre de 2017?
Amigos lectores no siempre lo que es justo y legítimo equivale a legal.