20 de Septiembre de 2022
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Zelenski, Boyer

Cinco años habían pasado desde que el rey publicara la abolición la esclavitud. Treinta y seis desde la prohibición del comercio de esclavos en la península y desde que la gran corrupta Maria Cristina, con un próspero negocio de tráfico de personas en ultramar, excluyera del decreto a Cuba y Puerto Rico. Poco más de veinte desde que Swarí, Gabriel, como le bautizaría posteriormente el capellán de la plantación en la que acabó, viera las primeras luces en su aldea africana. Cuatro meses desde que fuera raptado en la selva que bordea la costa africana. Poco después lo habían subido a una fragata rumbo a Cuba que había cruzado el mar, en una travesía siniestra entre los cadáveres de los compañeros que morían como ratas debido a las condiciones de hacinamiento en la bodega de un barco, no pensado para el transporte de esclavos, pero cada vez más utilizado para ello, a fin de sortear los barcos ingleses que controlaban que el comercio ilegal de esclavos no se produjera.

El Santa Ana, el barco en el que Swarí había sido encadenado en la bodega, como un animal, fue abordado por una corbeta inglesa a un día de llegar a su destino, la bahía de Matanzas. Los ciento treinta bozales supervivientes del viaje negrero, fueron liberados en los aledaños de la Bahía de Cabañas, cerca de Silvio Caro y dejados, de la mano de dios, como hombres libres. Pero en una colonia llena de haciendas que cultivan caña de azúcar, necesitadas de personas que hicieran el trabajo duro de cortar la caña y de llevarla al molino para sacarle el jugo con el que fabricar azúcar y ron, un hombre negro jamás llegaba a ser libre. Sin medio de ganarse la vida, la mayor parte de los liberados acababan en régimen de semiesclavitud, ligados de por vida, sirviendo a un amo por la comida y poco más.

Swarí, estuvo varios días vagando por la isla, comiendo lo que encontraba o robaba. Uno de esos robos, una gallina, le llevó hasta el ingenio del Duque de Arroyoaznar. Tras recibir treinta latigazos por haber intentado quedarse con una gallina propiedad de uno de los esclavos del duque, sin saber una sola palabra de castellano, un compañero de la tribu de los Yoruba, raptado de la costa africana hacía ya cinco lustros y esclavo del duque desde que llegó a Cuba, tradujo para el mayoral que Swarí, había sido liberado hacía unos días por soldados ingleses y que no era, por tanto, esclavo. Pero, los derechos de libertad de un negro, valían menos que el gruñido de una de las cerdas de cría que el duque poseía para dar de comer a los esclavos. Así que, tras los latigazos, fue llevado a la enfermería donde una hechicera le untó la espalda con ungüentos y diez días después, fue instruido como un esclavo más en el manejo del machete y en cómo cortar la caña y amontonarla para que las esclavas la llevaran al carro.

Un par de años después de la llegada de Swarí al ingenio de Arroyoaznar, llegó la orden de liberar a los esclavos. Lo que en un principio fue acogido como un duro mazado al negocio azucarero por parte de los hacendados, pronto se convirtió en un alivio. Como esclavistas, los terratenientes tenían la obligación de alimentar y cuidar de los esclavos hasta el día de su muerte. Como patrones, podían hacer trabajar a los negros liberados como bozales recién llegados, pero sin la obligación de alimentarlos cuando no había trabajo, ni de cuidar de ellos, cuando la salud les fallaba.

Así que Swarí sufrió primero las penurias de convertirse en esclavo, cuando le cazaron como un animal en África. Mas tarde, tras su liberación en Bahía de Cabañas, se creyó libre. Tras su captura por robar una gallina y su conversión nuevamente en esclavo, adoptando el nombre de Gabriel, y los “papeles” de un compañero muerto por la infección provocada por la mordedura de un jubo cubano, sintió el yugo del trabajo de sol a sol a golpe de látigo y con peor trato que los bueyes que tiraban de los caros de la caña. Y al llegar su liberación, por orden de la primera República, bailó de júbilo, como los demás esclavos, porque todo había terminado. Y embargo,  su alegría duró poco más que un suspiro, tras ser consciente de que debería seguir siendo un esclavo de facto porque no era posible ganarse la vida fuera de un ingenio.

Por su parte, el Duque de Arroyoaznar y la gran corrupta María Cristina, dejaron el negocio del rapto y traslado de negros desde África, para comerciar con trabajadores “libres” bajo el papel de la legalidad, pero sometidos a las necesidades de negocio de los terratenientes para los que los negros seguían trabajando en las mismas condiciones inhumanas que los esclavos pero a los que ahora descuidaban cuando la edad, el esfuerzo o la enfermedad les hacía inservibles para el duro trabajo de los ingenios.

Ya no vivían de capturar, robar y vender negros, pero seguían sacando pingues beneficios, no sólo de su esfuerzo físico, sino ahora también del negocio de arrendarlos a quiénes puntualmente necesitaban un extra de mano de obra.

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Esclavistas

Mejor morir de pie, que vivir toda una vida arrodilladoEmiliano Zapata.Activista mexicano.

La presidenta del cártel comercial que llaman UE, Ursula Von Der Layen, en su último discurso  sobre el estado de la Unión, además de soltar una ristra de necedades, soflamas y mentiras para justificar el desvarío que han tomado los dirigentes de la Unión y que están arruinando tácitamente a los ciudadanos europeos, fue más allá del cinismo y de la desvergüenza de siempre, asegurando que pagamos el gas y la electricidad cara, porque queremos, ya que, deberíamos enviar nuestras facturas a Moscú para que nos las pague Putin.

Además, anunció una serie de impuestos a las grandes eléctricas, que según estos sinvergüenzas, servirán para sufragar las subvenciones que se darán a los ciudadanos para que costeen este invierno los extravagantes importes de sus recibos eléctricos que llegarán cuando la nieve y el frío, deje más helados a las gentes de esta vieja Europa, actual colonia americana, que a la propia naturaleza. Y sin embargo, estas medidas tienen la misma eficacia que intentar acabar con las moscas subvencionando la compra de  botes de “Fogo”, mientras todos los días, se deja que el pescado fermente en la basura al sol de media tarde. Primero porque suponiendo (que es mucho suponer) que las ayudas lleguen a los más necesitados, serán después de que se produzca el gasto energético. ¿Qué pasará cuando cientos de esos necesitados, no puedan adelantar el desorbitado pago del recibo eléctrico? Y segundo porque en realidad el impuesto es un engaño. Mientras se subvenciona al ciudadano parte del coste de ese recibo, se les sigue permitiendo a las multinacionales de la electricidad cobrar la energía eléctrica a un precio que debería ser considerado estafa (no hay control sobre el precio real de producción, ni separación por fuentes de generación y no sólo se sigue permitiendo a las grandes multinacionales cobrar toda la electricidad que generan al precio más caro, sino que además se pretende castigar a las cooperativas y pequeñas compañías que producen electricidad a través de energías “limpias” haciéndoles que casi regalen su producción). Por tanto, ese impuesto revertirá, de nuevo, a su cuenta de resultados (te lo quito por un lado y te permito que lo recuperes por otro). Si de verdad se tratara de abaratar el recibo y beneficiar a los más necesitados, con el mismo coste o incluso menor, es mucho más eficaz que los estados recuperasen la titularidad pública de los diferentes suministros de energía eléctrica y que sea el propio estado quién gestione y cobre el consumo a cada ciudadano en función de su renta y de un consumo responsable. Pero como se trata de que nada cambie en esencia, haciendo el paripé de que su intención es el bien del ciudadano, como se trata de seguir asegurándose un lucrativo puesto en un consejo de administración de una de esas eléctricas cuando toque retirada de la política, es mejor seguir engañando al ciudadano que tomar medidas serias.

Desde que este nuevo orden mundial ha impuesto la censura y el pensamiento único, es muy difícil formarse opinión propia y no seguir la agenda marcada por el imperio decrépito y sus adláteres camorristas de la Unión Europea. Recientemente me he encontrado, a través de @raquel4801, con este documento que parece ser una filtración interna del grupo de expertos cercano al gobierno de USA, RAND Corporation, conocido entre otras cosas por haber estado detrás de la estrategia estadounidense para la política exterior y de defensa durante la Guerra Fría. De este documento, que como digo, parece ser una filtración lo que pudiera esconder una doble intencionalidad, se puede extraer que USA presionó deliberadamente al gobierno de Ucrania para que hostigara aún más a la población rusófona en el conflicto que comenzó en 2014 en Dombás. El propósito era “obligar” a Rusia a intervenir militarmente para evitar que el conflicto se adentrara en sus fronteras y así poder introducir un paquete de sanciones económicas contra Putin, del que USA pudiera sacar tajada. El documento contempla la hipótesis de que, una vez impuestas esas sanciones, Rusia contraatacaría, lo que produciría el colapso económico de la UE del que USA sacaría un beneficio de más de 9 mil billones de dólares. Igualmente, se establece entre las consecuencias, una migración de la juventud  universitaria hacia USA para evitar el hambre (idéntica a la fuga de talentos desde la Alemania nazi hacia USA del final de la Segunda Guerra Mundial). El objetivo final es el de dividir Europa, debilitar a Alemania, y aislar a la Unión Europea del suministro de Rusia.

Como digo, este documento se supone que es una filtración y con ello, se debe tomar con cautela. Pero lo que es indudable, es que, a toro pasado, salvo el detalle de la migración, todo lo demás se ajusta como un guante a lo que está sucediendo. Rusia ha cortado el suministro de gas a Alemania. La Unión Europea sigue comprando ese gas pero a través de terceros países a un precio que cuadriplica el precio inicial. USA vende ingentes cantidades de gas y petróleo procedentes de su ruinoso negocio, por el enorme coste, del Fracking a Europa que transporta en barcos.  El Euro se ha despeñado. La población europea está en un camino avanzado de la ruina económica y las empresas armamentísticas, petroleras y de suministros de USA, cuya sociedad se destruye por minutos y va camino irremediable de convertir sus estados en repúblicas bananeras, dónde no habrá agua, ni alimentos y la población se matará a tiros por las calles, ganan millones de dólares manchados de sangre.

Mientras esto sucede, en Europa, cada vez estamos menos seguros de que el nazismo no fue el vencedor de Segunda Guerra Mundial. Todo lo que huela a ruso, libertadores del yugo Nazi, está siendo repudiado y reprimido. Contar sucesos contrarios al relato establecido por los burócratas indecentes como Josep Borrell, se está convirtiendo en un motivo para perder libertad, derechos ciudadanos y para acabar en la cárcel, como el periodista vaco Pablo González.  El capitalismo ha mutado, y bajo la fina manta de una supuesta democracia, a la que cada vez le salen más costuras de la Alemania Nazi, la izquierda europea ha perdido el rumbo y ya ni siquiera lucha por la justicia social, ni por la igualdad y los derechos, sino que se conforma con trastabillar en los pasos propios de la antigua democracia cristiana y pide a los explotadores y a los fascistas que tengan a bien, como decía aquel famoso personaje televisivo, de «un poquito de por favor».

Hay muchas formas de matar. Y mientras se penaliza cualquier intento de autodefensa contra los poderosos, se ha convertido en algo habitual, liviano y que ya no provoca ni sonrojo, dejar morir ancianos en residencias, ver como la gente acude al suicidio ante la hijoputez de dejarles sin casa y en la calle, que te dejen morir porque la administración no te suministra una medicina (como el Sovaldi) o porque no te diagnostican a tiempo una enfermedad que acaba siendo terminal porque las listas de espera son  tan enormes que superan el año. Leía el otro día que la pandemia deja a los barrios más pobres de Andalucía con tasas de tuberculosis superiores a las de África. Mientras, se subvencionan corridas de toros y ritos mágicos en las iglesias.

Como decía Sir Francis Bacon, “Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota y quien no osa pensar es un cobarde.” O comenzamos a pensar en cómo acabar con esta coyuntura, o ya podemos prepararnos para una distopía peor que la de cualquier película. Las élites no van a mover ni un pelo del bigote para cambiar nada. Ellos saben perfectamente que, si no nos movilizamos, hagan lo que hagan acabarán ganando la partida. Si en unos meses no hay combustible, ni agua, ni alimentos suficientes, ¿quiénes creéis que serán los últimos en sufrir las carencias? ¿Los pobres? ¿Tú que te crees clase media e intocable?

Salud, feminismo, ecología, república y más escuelas públicas y laicas.

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