Conciliar para las familias es poder tener una vida laboral que permita tener una vida familiar. Y así sustentar la vida de niños y niñas que necesitan para crecer a su familia cerca y a sus figuras de referencia.
Poder dejar a los niños doce horas en la escuela es un despropósito para la gran labor educacional de las escuelas que se convierten en un aparcaniños a voluntad. Los niños y niñas lo que más necesitan es a sus padres para sentirse seguros, para compartir con ellos, enseñarles.
En el momento que sale una medida, una propuesta de ley, una ayuda. Entiendo que la voluntad es solucionar el problema de la persona que lo tiene. Pero ¿Cómo vamos a solucionarlo si no conocemos bien la realidad de la persona?
Los mapas de empatía son la clave para entender a las personas que lidian con el problema. ¿Dónde está el análisis exhaustivo de las necesidades de las familias por parte del gobierno para proponer estas medidas?
No se trata de convocar un comité de expertos porque los expertos en la realidad familiar son las familias. ¿Quién les ha preguntado? ¿Quién ha pensado en el bienestar de los niños?
¿Qué sienten? ¿Qué piensan? ¿Qué oyen y ven? ¿Qué dicen y hacen? ¿Cuáles son sus dificultades y retos?
Nadie les ha preguntado. Sin poner un pie en la realidad, en la rutina, en el día a día de trabajo-escuela-casa no se pueden proponer soluciones que tengan sentido e impacto real en la sociedad.
¿Dónde están las medidas de conciliación?
Nos dijeron que se iba a ampliar el permiso maternal y paternal a seis meses para equipararlo a otros países europeos. Se llenaron de titulares los periódicos y en titulares nos quedamos.
¿Será lo mismo ahora? Una estrategia para crear revuelo, que se hable de la medida para después retirarla y dar migajas que no solucionan el problema.
Tengo serias dudas que haya presupuesto siquiera para que el gobierno pueda subvencionar 12 horas de apertura de los colegios por mucho que la medida tirara adelante.
Yo les planteo. Han pensado medidas como: unos horarios laborables adaptables a la realidad de cada familia, días de enfermedad para los cuidados de los niños, horarios de entrada a la escuela de franja horaria flexible que permita llevar a los niños a la escuela sin estrés por la mañana…
La escuela no es ni debería ser un lugar donde aparcar a los niños sino donde educarlos. ¿Cómo se sentiría un niño estando doce horas en la escuela? Una jornada laboral maratoniana para seres humanos diminutos. No puedo ni imaginarme la frustración, la falta de sueño, el cansancio de los niños después de 8,10 o 12 horas de estar encerrados en una aula que en este país muchas están sin calefacción en invierno y sin refrigeración en verano.
Lo que más necesitan los niños es a sus padres, a sus figuras de referencia felices, emocionalmente estables, en un trabajo que les guste y que de verdad les permita hacer el trabajo más importante de su vida: educar y querer a las generaciones del futuro.
El gobierno debería plantearse qué está solucionando. Está claro que no es el problema de las familias. ¿De quién será?