En algún momento, a tenor de las evoluciones jurídico-políticas del próximo Otoño/Invierno, España posiblemente deberá afrontar nuevas Elecciones Generales que marcarían una próxima Legislatura.
Deberíamos reflexionar sobre recientes experiencias Legislativas y Gubernamentales, y, sobre todo: (a) si somos merecedores de una nueva clase políticamente regenerada. (b) Valorar aquello de más vale malo conocido…(c) Apostar por la Oposición, o (d) Mostrar rechazo a las clases políticas conocidas.
España ha sido gobernada en los últimos años durante épocas de crisis, y también porque no mencionarlo en épocas inmediatamente pretéritas al poder actual. por otros políticos que solamente han pensado en la forma o manera de mantenerse en el poder, obviando todo aquello que podría venirle bien a nuestro País.
Si echamos la vista algo atrás, nos hemos enfrentado a situaciones harto dudosas, como la preocupante actual deuda pública, la cual ha crecido en el primer trimestre de 2024 en 39.289 millones de euros y se sitúa en 1.613.043 millones. Esta cifra supone que la deuda alcanzó el 108,9% del PIB en España.
También, hay que reconocer “a sensu contrario” que nuestro crecimiento aventaja, reconocido por las Instituciones Europeas a otros países de nuestro entorno.
Sin embargo, otros episodios legislativos entre los que se encuentran: La ley del “Sí es sí”; los ERE de Andalucía; los indultos interesados, la ley de la vivienda protegiendo a “los okupas”; las concesiones al separatismo y su Ley de Amnistía, etc.…todo ello constituye el resultado de la aplicación de políticas dudosas y controvertidas aplicadas durante toda la legislatura, y continuamos……
Aquellos lectores que hayan leído mis anteriores artículos habrán observado que en muchas ocasiones he procurado trasladarles que las políticas empleadas de un tiempo a esta parte residen principalmente en Retórica y Persuasión, nada nuevo que sorprenda, quizás, lo sorprendente se encuentre en que el electorado no ha sido todavía capaz de analizar y diseccionar, llegado el siglo XXI.
Retórica y Persuasión, han imperado en España en los últimos tiempos, tantas veces subidas a estas páginas, como crítica, en cuyo desarrollo eran maestros los Sofistas en la antigua Grecia, enseñando a sus alumnos cómo argumentar y convencer a otros, independientemente de la verdad objetiva de lo que se decía. La habilidad para persuadir era vista como una forma de poder. (Siglos V-IV a C),
Actualmente, los sofistas y el concepto de carisma político presentan varias similitudes, aunque se sitúan en contextos históricos y culturales muy diferentes.
Para los sofistas, y su pensamiento actual, la verdad ni es, ni era absoluta, sino que podía ser moldeada según las necesidades del discurso. Lo importante era ganar la argumentación y ser convincente ante el público.
Hemos tenido excesos de ejemplos, defendiendo el relativismo moral, es decir, la idea de que las normas y valores pueden variar según el contexto y que no existen verdades morales universales. Esto les permite justificar cualquier posición, siempre que sea defendible de manera convincente. El presidente actual ha dado sobradas muestras de ello.
Pero no crean que el presente Texto entraña como protagonista al Gobierno actual, aunque acumulen méritos suficientes, no, pues como distintos colectivos de Gobierno y Oposición ambas partes tienen la obligación de ejercer actos de regeneración política y en su momento. Un servidor también fue crítico cuando gobernaba el PP-.
Dejaremos pues para más adelante Artículo titulado. NON PLACET FEIJOO…… (2022).
Se refería en una noticia adelantada por EL CONFIDENCIAL por aquellas fechas referente a un Plan económico elaborado por el PP. y entregado al Ejecutivo., a fin de “dexindexar”, o dicho en Román Paladino, “castigar” las pensiones más altas, aunque ya se sabe, una vez las tijeras en las manos. del nuevo “hombre fuerte económico”, Juan Bravo Baena, todo puede suceder.
Resumiendo, habrá que estar atentos a los políticos por aquello del “Libreto de més de mateix” (más de lo mismo), y el autor volverá a mostrar nuevamente su rechazo a las situaciones a las que se observa sometido, y optar por la solución (d).