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España limita al norte con la derecha

23 de Diciembre de 2017
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Nos olvidamos muy pronto de la letra y tarareamos la música que parece que se nos pega sin quererlo. Sesudos análisis y artículos profundos sobre la triste realidad social o la denuncia del mal estado del envase democrático que contiene nuestra convivencia, de nada sirven. Se nos olvida la letra el día de votar, o fue que no nos quedamos con ella porque tenemos la cabeza en otras cosas y una baila lo que le pide el cuerpo. Así aceptamos sin pega lo que promociona la canción del verano de cada cita electoral.La canción de España tiene una música de derechas por más que la letra diga lo contrario. El himno de los segadores arengaba a enfrentarse a un monarca pero también contra el régimen señorial de Cataluña. Visto cómo lo canta el nacionalismo burgués catalán (donde todos son Jordis de antes y de ahora) parece que la letra, o su motivo, queda relegada al papel. Lo mismo que si algún día Amancio Ortega canta la internacional junto a un sindicato obrero. Los pareados que gritan las Mareas en su protesta diaria contra el desmantelamiento de lo público, no tienen música, y aspiran a ser escritos en la partitura del BOE pero, al final, el repertorio del que gana La Voz de las Urnas no los incluye en sus estribillos.Las dos izquierdas que bailaron con el nacionalismo catalán, sobre todo Ezquerra que le echó huevos de pascua y se fue a la cárcel, no han conseguido ser los favoritos del público. Tienen el consuelo de poder ser trío en un nuevo proceso independentista cuatro años más y sacar algún bolo. El PSC, que cantaba junto a los dos tenores de la canción española, acabará en la zarzuela, muy de Madrid, vendiendo agua, azucarillos y aguardiente. Sumadas estas izquierdas a los Comunes, aún quedan por detrás de la derecha, pese a que Cataluña, decía el texto, era de izquierdas. Claro que a la gente le gusta Serrat y las letras de los grandes poetas que canta pues son letras que llegan muy a lo hondo de la existencia humana (pese a que quieran quitarle la calle a Machado), y su versión del poema de Miguel Hernández “Vientos del Pueblo” bien serviría de himno nacional. Pero es más fácil memorizar “A por ellos” o “Paquito el chocolatero”, y de más fácil promoción, ahí no cabe duda.Y por último hubo un falso duelo. El PP está muerto de filoxera corrupta. No se le ha arrancado antes porque necesitaban que prendiera el injerto del nuevo nacionalismo español y por el mucho apego que tiene este país a los políticos simples, siempre nos hizo mucha gracia infantil sus guiñoles que consiguieron hacerlos entrañables y familiares (qué gracioso Rajoy porque no sabe expresarse ni en inglés ni en castellano, qué tío). Pero ya prendió el injerto y está dando naranjas. Y oímos anoche su temazo: visca Cataluña, visca España y visca Europa. Los tres nacionalismos de derechas ganan siempre en una Operación Triunfo que nos roba horas de sueños. Pero quién va a leer la letra de la pérdida de servicios en Cataluña, de las pensiones en España o de los males de Europa. Con tararear nos vale.
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