Daniel Orozco

El Espejismo de la Salvación: Ayuso, VOX y el Putrefacto Sistema Político Español

27 de Diciembre de 2024
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El fracaso del plan de vivienda de Ayuso: 526 renuncias y alquileres imposibles
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid

Vale, empecemos con el circo. Isabel Díaz Ayuso, la nueva "salvadora" para muchos, que nos iba a liberar de las garras del "comunismo" y a cuidar nuestros impuestos como si de sus propios hijos se tratara. VOX, por su lado, prometía ser el bastión de la moralidad y la soberanía nacional, los defensores de la pureza política sin mancharse con el dinero público. Me inclino a pensar que ambos han sido elevados a la categoría de santos políticos, pero ¿a quién engañamos? Son solo actores en una obra mal escrita.

Ayuso, con su discurso de libertad, y VOX, con su promesa de no sucumbir a los vicios de la política tradicional, han jugado bien sus cartas. Pero, como en toda buena comedia, las máscaras caen. Ayuso, con su gestión que ha levantado más de una ceja, y VOX, que se llenó los bolsillos de subvenciones en las elecciones de 2019, desnudan la verdad: el valor de "salvadores" es una ilusión, una proyección de nuestras esperanzas en figuras que, en el fondo, son tan humanas y falibles como nosotros.

Y hablando de ilusiones, no podemos dejar fuera a las "ardillas" de "Se Acabó la Fiesta" y su líder, Alvise Pérez, que prometieron ser los nuevos rebeldes contra el sistema, los verdaderos salvadores sin mácula. Pero, sorpresa, sorpresa, su revolución terminó antes de empezar. Informes recientes sugieren que Alvise recibió 100.000 euros de manera, digamos, "opaca", para financiar su campaña, demostrando que incluso los "rebeldes" caen en las trampas del sistema que critican. Me inclino a pensar que esto es solo otro espejismo, una ilusión que se desvanece al primer rayo de luz de la verdad.

El Teatro de la Política: Weber, Bourdieu y la Realidad

Max Weber ya nos advirtió sobre la burocratización de la política, donde los partidos se convierten en máquinas frías de poder, más preocupados por su perpetuación que por el bienestar común. Pierre Bourdieu, por su parte, nos enseñó que el juego político es una lucha por el capital simbólico, donde la imagen y la percepción son tan valiosas como el dinero. Ayuso, VOX, y hasta Alvise con sus "ardillas", han dominado este arte, pero al final del día, su capital es tan efímero como la popularidad de una estrella de reality.

Un Sistema que Nos Deshumaniza

Este sistema democrático, que más parece una "partitocracia", no está diseñado para proteger al ciudadano. La falta de separación real de poderes, como lo señalaría Montesquieu, permite que el gobierno de turno tenga un control excesivo. John Dewey hablaría de la necesidad de una democracia participativa, donde el ciudadano no sea un mero espectador, pero en nuestra realidad, estamos más bien deshumanizados, manipulados por una masa de promesas y esperanzas vacías.

La Rebelión Psicológica y Social

No, no necesitamos salvadores; necesitamos un despertar colectivo. Desde mi trinchera, como psicólogo con un toque de rebeldía, me inclino a pensar que la verdadera revolución es psicológica, social, incluso psicoanalítica. Se trata de desentrañar las manipulaciones de masas, de entender cómo nuestros miedos y deseos son explotados. Es hora de cuestionar, de educarse, de actuar. Y si me acusan de ser antisistema o de ir contra corriente, me río, porque eso significa que estoy logrando algo: hacer que este sistema se sienta incómodo.

Así que, aquí y ahora, reivindico un cambio profundo, uno que no solo reforme la política, sino que transforme nuestra manera de pensar y ser en sociedad. No más espejismos, no más promesas de salvación. Es hora de ser nuestros propios salvadores, de construir una democracia que no sea solo un nombre bonito para el mismo viejo juego.

 

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