Esta semana se han levantado varias perdices en la democracia española con ciertos pactos y negociaciones que se han llevado a cabo entre el partido mayoritario del gobierno y el partido mayoritario en la oposición.
Parece que a pesar de que algunos de estos pactos no están finalizados y pudieran deshacer parte del camino hecho, el PP y el PSOE, tanto monta monta tanto, van a necesitarse y mucho en el futuro próximo.
El PP de repente se ha quedado sin socio de Gobierno en las comunidades autónomas en las que gobernaba con VOX, y como castellano espero no volver a tener en una vicepresidencia a alguien tan ignorante, sobrado y racista como el señor que nos colocaron desde Burgos…el del latido fetal, el que ha exaltado el pasado franquista y minimizado las atrocidades cometidas, el negacionista de la violencia de género y el de los discursos incendiarios, populistas y alejados del diálogo constructivo y que solo buscaba generar tensión y crispación en el panorama político regional.
Ni lo voy a nombrar y ojalá nos olvidemos de su nombre pronto y se vuelva al despacho de su papa del que jamás debería haber salido.
La falta de apoyo, ante la escapada de su exsocio de gobierno, se podría compensar con propuestas más transversales o con pactos entre los partidos mayoritarios, como parece que se ha logrado con el pacto del poder judicial a nivel estatal.
Cierto es, que este pacto me lo creeré cuando se apruebe en el Congreso de los Diputados y el Senado, sino descarrila antes.
El PP tiene oportunidades varias para sumarse a propuestas de los socialistas y por ejemplo ahora podrían plantearse el consensuar una política hacia la inmigración que deje de lado las opiniones de la ultraderecha.
Los xenófobos y racistas han forzado una ruptura de pactos regionales debido a un acuerdo a asumir parte de la inmigración llegada a las Canarias y han hecho del populismo y la ignorancia su bandera.
El Partido Popular ha aceptado una distribución de parte de los miles de inmigrantes llegadas a las islas Canarias porque no les queda otra y porque España y sus comunidades autónomas se basan en la solidaridad interregional.
Las condiciones del reparto son en realidad muy pobres y no son ni generosas ni están cerca de solucionar la crisis provocada por la llegada de miles de personas que buscan un futuro mejor en Europa y han elegido la vía de entrada del archipiélago canario.
Tras la espantada de la banda de Abascal, los gobiernos regionales han anunciado a sus nuevos cargos en tiempo récord y ahora solo queda esperar a ver si la nueva situación va a provocar adelantos electorales en alguno de estos territorios.
La aparente debilidad del Partido Socialista y del Partido Popular los debería llevar a un intento de entendimiento en multitud de ámbitos y territorios y uno de los temas que habría que poner encima de la mesa es el de la nacionalidad.
Alberto Núñez Feijoo en julio de 2023, en diferentes medios asi como en su viaje a Buenos Aires mostró una predisposición por aprobar una ley de nacionalidad “que desvincule el acceso a la nacionalidad española de la ideología”.
La articulación de la opción a la nacionalidad a través de la disposición adicional octava de la Ley de Memoria Democrática, no le pareció bien al Sr. Núñez Feijoo, pero desde el 2007 en que se aprobó la Ley de Memoria Histórica, su partido, que tuvo varios gobiernos en manos de Mariano Rajoy no movió un dedo por saldar esta deuda histórica con la diáspora.
Tampoco lo hizo Aznar durante sus gobiernos y ya sabemos que muchas de las promesas en campaña electoral quedan en nada cuando llegan al gobierno.
Quizás, dado que ambos partidos van a tener que empezar a tener que contar mas y mas el uno con el otro haya llegado el momento de ir poniendo encima de la mesa esos temas en los que públicamente se han posicionado de manera parecida y que empiecen a mostrar una madurez política que en nuestro país parece haberse perdido en los últimos años.
El alejamiento del Partido Popular respecto a VOX puede ser una bendición para nuestra democracia y quizás sea un paso tardío hacia un cordón sanitario que existe en el resto de Europa, pero que Núñez Feijoo nunca tuvo en cuenta…y no es que ahora sea elección del PP romper los pactos.
La ley de nacionalidad, o quizás una reforma del Código Civil en materia de nacionalidad debería ser factible y no debería ser demasiado complicada ya que el trabajo lo tienen prácticamente hecho con la propuesta aprobada en el ultimo pleno del Consejo General de la Ciudadanía española en el exterior.
Ninguno de los cambios propuestos por esta institución con la colaboración de Aurelia Álvarez, catedrática de Derecho Internacional Privado por la Universidad de León y especialista en este tema, en el articulado del Código Civil debería causar ningún problema, y esto permitiría al Gobierno encontrar una solución permanente al problema que van a tener encima de mesa en octubre de 2026 cuando caduque la disposición adicional octava de la LMD, tras la prorroga que el Consejo de Ministros ha anunciado esta semana.
El PSOE quiere una solución y lo mostro aprobando esta ley y esta disposición adicional, pero con una caducidad que supone presión en los consulados y riesgo de que mucha gente se quede fuera por desconocer la ley.
Por otro lado, y para contentar al líder popular se aprobaría una ley o una reforma que solucionaría el problema de la nacionalidad e impediría que el PSOE cada varios lustros saque leyes que de manera parcial y temporal solucione una tara de nuestro sistema que impide a muchos descendientes obtener o recuperar una nacionalidad que les pertenece.
VOX esta facilitando que por primera vez en años se puedan intentar pactos de estado y colaboración entre los partidos que tienen mas votos en nuestro país. Quizás si muestran cierta madurez logren acabar con una crispación que es el caldo de cultivo en el que crecen las bandas de ultra derecha.