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Estado de la cosa atlética

10 de Enero de 2023
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pablo barrios

Tras la derrota por la mínima frente al FC Barcelona, cabe hacer una recopilación de la situación en que se encuentra el Atlético de Madrid. Sin duda es la peor temporada desde que el Cholo Simeone se hizo cargo del equipo hace ya once años. Los aficionados rojiblancos, salvo algún chispazo, vienen sufriendo como tiempo ha con un equipo al que ven sin personalidad (algo que nunca había sucedido), sin fuerzas, atascados o medrosos y eliminados de competiciones europeas tras un desastre de competición. Además, se suma que el entorno del equipo no parece ser el mejor y los cambios no asoman en lontananza.

Cholo Simeone

Desde que llegó, como se ha dicho, hace once años es la primera vez que se le nota dubitativo, sin capacidad de encontrar “su” once ideal (aunque siempre ha introducido cambios de un partido a otro, obligado o no) y con la sensación de tener un equipo poco trabajado. La defensa es un chiste cada encuentro concediendo, por malas decisiones, ocasiones a los contrarios que, normalmente, suelen aprovechar. En el medio no logra establecer un cinco que aporte calidad y contundencia defensiva, y por los volantes han pasado casi todos los jugadores disponibles sin haber destacado ninguno.

La insistencia en el 5-3-2, más si Griezmann acaba jugando de todocampista, acaba siendo  una mala elección. Los tres centrales no suelen estar cómodos, los carrileros no llegan con la suficiente profundidad o no saben ocupar los espacios de los volantes cuando éstos se abren. Y la delantera carece de contundencia frente a la portería contraria. A ello hay que sumar que algunos jugadores parecen no contar con el beneplácito como para poder ayudar o cambiar el sentido de los partidos. Morata, pese a dejarse todo en el campo, no es el tipo de delante que necesitaría para ese sistema y las ganas que le ponen los jugadores.

Todavía hay confianza en Simeone en que sabrá dar con la tecla. Más si como viene demostrando apuesta, con cabeza y sabiéndolo llevar, por el jugador ilusionante que es Pablo Barrios. Ahora bien ¿en lugar de quién? Si resuelve con solvencia esa duda habrá ganado mucho en lo que se refiere al juego del equipo. La necesidad hará que tenga que tirar de otros jugadores y se espera que el contagio amoroso que tiene con el chaval, lo amplíe con otros canteranos. Siempre en las malas épocas la cantera ha servido para rotos y descosidos. Mucho mejor que traer a un raro jugador cedido y que no sepa por dónde le vienen.

João Félix

Parece ser que su marcha se producirá antes que después. El Chelsea se lo llevará cedido y hasta puede que acabe coincidiendo con alguien que sonó para sustituir al Cholo, Luis Enrique. Es bueno que se marche porque cada vez más aficionados le están cogiendo tirria. Los panenkitas de los taconazos y los cañitos le echarán de menos, pero ya ha demostrado que es más un senderista que un jugador adaptado a los nuevos tiempos del fútbol. Ver a Phil Foden y a João y compararles, siendo casi quintos, es como la noche y el día. Uno es entrega sumada a la calidad y el otro desidia. Ahora tendrá que demostrar con “otro juego” que es jugador de fútbol… o a comérselo en junio.

Miguel Ángel Gil

Ya ha advertido el CEO y máximo accionista que no van a llegar fichajes salvo que alguien pase por caja. Y de momento nadie lo ha hecho. La salida de Cunha es una cesión que será compra en junio. Y lo del portugués será cesión con posible compra o no, pero también atrasado a junio. Salvo que alguien pique y ponga dinero por De Paul (en este caso toda la afición desearía venderlo ya), no habrá ingresos y, por ende, compras por muy baratas que sean. La gestión del mejor gestor ni es adecuada, ni se atiene a cuestiones futbolísticas. En junio espera solventar los problemas de equilibrio de cuentas y a otra cosa. Y pagar los atrasos de la plantilla (dicen que casi 100 kilos), que algo influirán.

Las que entran por las que salen ha sido siempre la máxima de Gil. El problema es que al fichar las medianías que ha venido fichando en los últimos tiempos (pagándoles como si fuesen Maradona), las ventas no han podido dejar esos dineros que tan gustosamente metía en la saca Gil. Además ha venido depreciando a los jugadores con sus declaraciones y sus filtraciones a la prensa, todo con el objetivo de que la afición no mire al palco. Han fichado a jugadores de baja calidad y normal que el equipo se les caiga. Sólo Griezmann ha sido una súplica de Simeone, el resto fichajes baratos esperando que la prensa les pusiese bonitos y saliesen buenos. Y no, no ha sido así.

Afición

El desquiciamiento del equipo y la directiva (que está pensando más en adecentar la cosa para la venta) se ha trasladado a la afición. Ni anima, ni señala a los culpables y ahora está en una guerra permanente entre ella misma. El aficionado rojiblanco siempre ha sido ciclotímico, pero lo de ahora es otra cosa. Ir para pitar al propio equipo en el estadio, salvo que sirva como consuelo por los cuernos que le pone la parienta o como expiación de pecados, no tiene ningún sentido. Tras terminar el partido meter una buena bronca ha pasado en numerosas ocasiones, pero estar todo el partido con la matraca es para acudir al psiquiatra.

Otros elementos

Si la calidad del equipo ha bajado respecto a años anteriores, también hay que valorar que algunos que llevan unos cuantos años aquí parecen estar quemados. Koke es fiel ejemplo de ello. No se duda de su esfuerzo, ni de su calidad, pero no está, debe tener algo mental o físico que le impide rendir a su nivel. Saúl ha desaparecido por completo, bien porque Simeone le tiene ojeriza vaya-usted-a-saber-por qué, bien porque necesita una renovación mental. Y luego están los que son incapaces de jugar más de diez partidos seguidos sin lesionarse.

Al final existe un totum revolutum que tiene al equipo como lo tiene. Posiblemente con lo que quede tras el marcado invernal sirva para clasificar para Champions, pero no esperen mucho más. Se acabaron los milagros del Cholo. Y hay que comenzar barruntar que igual al CEO le conviene no clasificar y así largar al entrenador. No llegarán fichajes necesarios a ojos de cualquiera (uno por demarcación) porque no se harán ventas suficientes. Tras el mundial algunos se frotaban las manos pensando que vendrían en masa a fichar jugadores y no saben que los directores deportivos no sólo ven el mundial, sino que analizan hasta la vida privada de los jugadores.

¿Esperanza? Toda, que por algo se es del Atleti. Pero negros se tiñen los nubarrones que sobrevuelan el Metropolitano. Y el nacionalmadridismo encantado de poder desviar sus miserias con las del vecino.

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