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Estudio sobre la correlación entre el aumento de las tasas de mortalidad en el mundo y los índices de vacunación COVID-19 con ARNm y vector viral

06 de Octubre de 2024
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Vacuna Covid-19

En los estudios de mi autoría que publiqué el pasado año, el primero a finales de noviembre y el segundo a comienzos de diciembre, ya demostré la existencia de una clara correlación entre el alarmante incremento de la mortalidad en el mundo y la inoculación de la vacuna COVID-19.

Este tercer estudio no solo tiene como objetivo el reforzar la existencia de esta correlación, sino, que, además, tiene también el de demostrar que las responsables del incremento de la mortalidad son, mucho más específicamente, las vacunas de ARNm y vector viral.

Para ello comenzaremos observando la gráfica aportada por el World Bank referente al exceso de mortalidad en el mundo por regiones desde que inició la “pandemia del Coronavirus”, en la cual se comprueba que, pese a que este incremento se produjo en todo el mundo, hay tres de regiones donde ha sido claramente inferior que en las cuatro restantes.

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En las regiones del África Subsahariana (SSA), Oriente Medio y Norte de África (MNA) y Asia Oriental y Pacífico (EAP), el incremento de la mortalidad no supera en ningún caso el de los 300 por cada 100 mil habitantes. Sin embargo, en las regiones de Europa y Asia Central (ECA), América Latina y el Caribe (LAC), América del Norte (NAM) y ia Meridional (SAR), el incremento supera los 400 por cada 100 mil habitantes en todos los casos.

Al observar la gráfica aportada por statista.com “Porcentaje de población con al menos una dosis recibida de las vacunas contra el coronavirus a nivel mundial a fecha de 15 de enero de 2023, por región”, comprobamos que dos de las tres regiones que tienen un menor exceso de mortalidad, son también aquellas que tienen un índice de vacunación mucho menor al resto: Oriente Medio con un 58% y África con un 35%.

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Por tanto, sería tan solo la región de Asía Oriental y Pacífico la que, aparentemente, nos impediría establecer una clara correlación entre un mayor aumento de la mortalidad y un mayor índice de vacunación contra la COVID-19, puesto que esta es la región del mundo con el menor aumento en sus tasas de mortalidad y, al mismo tiempo, la que junto a América Latina y el Caribe, tiene el mayor índice de vacunación (82%).

No obstante, sucede que el 58% de la población “vacunada” en la región del Asia Oriental y Pacífico, corresponde a los habitantes de China (1400 millones), donde a diferencia de en la práctica totalidad del mundo, nadie se inoculo “vacunas” de ARNm o vector viral, sino únicamente de virus inactivado o atenuado (vacunas de toda la vida), principalmente de las marcas Sinovac y Sinopharm (aquí tenéis la tabla donde se indica qué tipos de “vacunas” se inocularon en cada país). En consecuencia, al tener este último factor en cuenta, la tasa de vacunación de Asia Oriental y Pacífico (con “vacunas” de ARNm o vector viral), no sería de un 82%, sino de un máximo del 34%, ya que cierto porcentaje –desconocido– de la población de Mongolia y el Pacífico también se inoculó Sinopharm y Sinovac.

A este respecto debe tenerse en cuenta que en la región de Norte América (NAM) la población únicamente fue inoculada con vacunas de ARNm (Pfizer y Moderna) y vector viral (Johnson, Astrazeneca), y que en las regiones de Europa y Asia Central (EAP) y Latinoamérica y el Caribe (LAC) fue tan solo un porcentaje reducido de la población el que se inoculo vacunas de virus inactivado (Sinovac, Sinopharm), así que sus índices de vacunación con “vacunas” de ARNm o vector viral sería el mismo o prácticamente el mismo que nos muestra statista.com.

Aplicando esta última variante en la tabla que adjunto a continuación, podemos observar una asombrosa correlación entre el exceso de mortalidad en el mundo y los índices de vacunación contra la COVID-19 con vacunas de ARNm o vector viral. No en vano, las cuatro regiones del mundo con mayor exceso de mortalidad, son precisamente aquellas con mayor índice de vacunación con este tipo de vacunas.  

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De llegar a conocer la proporción exacta de vacunas que, según fabricante, fueron inoculadas en cada país del mundo, los resultados de este estudio serían exactos en lugar de aproximados. Pues podría calcular los porcentajes de personas que fueron inoculadas con vacunas de ARNm, vector viral o virus inactivado. Pero, desafortunadamente, no he encontrado esta información por ninguna parte, pese a haberla buscado concienzudamente.

No obstante, sí existen tres países donde toda su población fue inoculada únicamente con vacunas de virus inactivado: China y Guinea Ecuatorial (ambas con Sinovac y Sinopharm) y Chad (con Shinopharm). Así que, a continuación, procederemos a verificar si sus tasas de mortalidad correspondientes a los últimos años sustentan o no la idea de que el alarmante exceso de mortandad que se ha producido en el mundo ha sido producido por las vacunas COVID-19 de ARNm y vector viral y no por las de virus inactivado.

Por otra parte, estos tres países se adecuan a la perfección para observar la evolución de su mortalidad a partir de la inoculación de las vacunas COVID-19 porque en ninguno de ellos se produjo un aumento en el año 2020 respecto a los anteriores.

Después de comprobar las variaciones en las tasas de mortalidad de estos tres países donde tan solo fueron administradas vacunas COVID-19 de virus inactivado, contrastaremos los resultados con los de otros países donde las vacunas administradas fueron principalmente de ARNm o vector viral en los que tampoco se produjo sobre mortalidad en el año 2020 respecto a los anteriores.

En las gráficas que veréis a continuación, serán incluidos, respecto a cada país, los siguientes factores:

2020        Tasa de mortalidad/1000 habitantes.
2021        Tasa de mortalidad/1000 habitantes.
2022        Tasa de mortalidad/1000 habitantes.
+/-            Aumento/disminución de las tasas de mortalidad respecto al año anterior.
IV             Índice de “vacunación” (pauta completa) en el año adjunto.

La fuente de los datos que serán aportados es datosmacro.expansion.

Comenzamos con la gráfica conformada por los únicos tres países del mundo donde solo fueron administradas vacunas de virus atenuado:

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Como puede observarse, las variaciones en la mortalidad respecto al 2020 fueron inexistentes en el año 2021 en Chad y Guinea Ecuatorial y se vieron reducidas en un 2,6% y un 3,5%, respectivamente, en el 2022. Por su parte, en China incrementaron un 1,5% en 2021 y un 4,2% en el 2022, también respecto al 2020.

Si hacemos la media entre los tres países, obtenemos un aumento de la mortalidad del 0,5% en el 2021 y una reducción del 0,5% en 2022.

Veamos ahora que sucedió a partir del momento en que la vacuna COVID-19 (en este caso de ARNm y vector viral) fue administrada en los países europeos en los que tampoco se produjeron incrementos en las tasas de mortalidad en el año 2020 respecto a los anteriores.

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El color rojo habla por sí solo.

El mayor aumento de mortalidad en los países donde solo fueron inoculadas vacunas de virus inactivado, es el del 4,2% en China en el año 2022. Sin embargo, en los países europeos solo encontramos dos valores inferiores al 4,2%: el +4% de Finlandia en 2021 y el 0% de Irlanda en 2022 (no tengo en cuenta el 0% de Islandia en 2021 porque su población todavía no había sido inoculada). Por otra parte, quiero remarcar que, del total de nueve valores a tener en cuenta en esta gráfica, cinco de ellos superan el 7% y, de entre estos últimos, tres el 11%.

La variación media de estos países respecto al 2020 es de un aumento de la mortalidad de un +7,6% en el año 2021 y de un 8% en el 2022, en claro contraste con el +1,5% y el -0,5%, respectivamente a los años 2021 y 2022, de los países inoculados con vacunas de virus inactivado.

¿Qué sucedió a partir del momento en que la vacuna COVID-19 (en este caso de ARNm y vector viral) fue administrada en los países americanos en los que tampoco se produjeron incrementos en las tasas de mortalidad en el año 2020 respecto a los anteriores?

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El rojo continúa reflejando lo acaecido.

Vuelvo a insistir en lo mismo: el mayor aumento de mortalidad en los países donde solo fueron inoculadas vacunas de virus inactivado, es el del 4,2% en China en el año 2022. Sin embargo, el de menor valor en los países americanos, correspondiente a Uruguay en el 2022, supera al de China con un +4,77%. El resto de valores lo duplican, cuadriplican o septuplican.

La variación media de estos países respecto al 2020 es de un aumento de la mortalidad de un +18,3% en el año 2021 y de un 9,95% en el 2022, en un descomunal contraste con el +1,5% y el -0,5%, respecto a los años 2021 y 2022 de los países inoculados con vacunas de virus inactivado.

¿Qué sucedió a partir del momento en que la vacuna COVID-19 (en este caso de ARNm y vector viral) fue administrada en los países asiáticos en los que tampoco se produjeron incrementos en las tasas de mortalidad en el año 2020 respecto a los anteriores?
 

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Una vez más, el rojo deja patente la realidad.

La variación media de estos países respecto al 2020 es de un aumento de la mortalidad de un +8,27% en el año 2021 y de un +3,6% en el 2022 (en claro contraste con el +1,5% y el -0,5%, respectivamente a los años 2021 y 2022, de los países inoculados con vacunas de virus inactivado).

Los números no engañan. Sin importar si hablamos de regiones del mundo o de países, los incrementos en la mortalidad parecieran estar irrevocablemente ligados a la inoculación de las “vacunas” COVID-19 de ARNm o vector viral. A la vista de todos los datos aportados, negarlo sería de necios. Y, aunque en el caso de los países, solo tenemos tres de referencia con la población inoculada únicamente con vacunas de virus inactivado, resulta que uno de ellos es China, el segundo país más poblado del mundo con 1400 millones de habitantes, que representan a una quinta parte de la población mundial y suponen una cantidad de gran valor para ofrecer rigor a este estudio estadístico.

Deseo cerrar este trabajo añadiendo que, de entre los tres países de la gráfica asiática que no sufrieron incrementos en su mortalidad ni en el año 2021 ni en el 2022 (Bután, Israel y Siria) me llama mucho la atención Israel porque, 1), es el único de los tres cuya población se inoculó únicamente vacunas de ARNm o vector viral, 2), porque sus índices de vacunación son elevados y, 3), porque los herederos de los fundadores de este país (cuyo territorio fue “robado” a Palestina al término de la 2ª guerra mundial) son, muy presumiblemente, los mismos que orquestaron el circo de la pandemia y sus “vacunas”, ocultos bajo el anonimato que les provee la fachada de la todopoderosa Vanguard. Así que el lector tendrá que perdonarme si entro en el terreno de las conjeturas y comparto mis sospechas de que a la población de Israel, a diferencia de a la de los restantes países del mundo, no le fueron administradas las mal llamadas vacunas de ARNm y vector viral, sino, seguramente, mero suero fisiológico.

 

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