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Felisa Melendo Alonso

09 de Marzo de 2018
Actualizado el 02 de julio de 2024
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La frase puede tener algo de cierto, pero es sexista. Aún en nuestros días a las mujeres nos sitúan “detrás de”, ¡cuantas mujeres han sido anuladas por la fama de sus maridos o compañeros!, la historia las deja detrás, cuando, al menos, deberían estar a la misma altura.Esta semana en la que las mujeres nos movilizamos para hacer visible la discriminación que aún sufrimos en nuestra sociedad, la semana en la que las mujeres “pararemos para poder avanzar” y colocarnos en nuestro lugar, he querido volver al Cementerio Civil de Madrid para hablar de una gran mujer, una luchadora Felisa Melendo Alonso, cuya fecha de defunción coincide con la “semana de las mujeres”Felisa nació en Alicante el 21 de noviembre de 1916. Durante la Guerra Civil fue la Secretaria de organización de la Unión de Chicas de Alicante y representante de la Alianza Juvenil Antifascista, como tal, exigió un puesto de trabajo en las fabricas para las jóvenes y mujeres en general, como una forma de participar en la defensa de la República, sustituyendo a los varones movilizados por la guerra.Esta reclamación de las mujeres fue escuchada, pero no en todos los casos. Los hombres las veían como competencia a “su trabajo masculino” y en los que pudieron acceder su banda salarial era menor, cerca del 50 %, que la de los hombres y en la mayoría de los casos eran relegadas a las tareas más ligeras.A pesar de todas las dificultades, mujeres como Felisa consiguieron un puesto de trabajo y cuando alcanzaron una presencia numerosa, emprendieron acciones para conseguir la equiparación de su salario al de los hombres, Por ejemplo, el sindicato de turroneras de Jijona, consiguió que se revisarán las condiciones laborales entre hombres y mujeres y se establecieran en condiciones de igualdad.Felisa escribió numerosos artículos en la prensa, sobre todo en los periódicos comunistas “Nuestra Bandera” y “Juventud”. Desde este último animaba a las jóvenes a incorporarse al trabajo.El 5 de octubre de 1937, publicó en “Nuestra Bandera”, su apoyo al llamamiento del gobierno a la incorporación de las mujeres al trabajo, ya que lo solicitaba de manera que no consideraban a las mujeres como seres inferiores a los hombres. El 11 de noviembre del mismo año reclamaba el derecho de las mujeres a trabajar y a desarrollar cualquier profesión, como forma desde donde luchar contra el fascismo y construir una nueva España.Desde la Unión de Chicas luchó por la formación intelectual, física y profesional de las jóvenes. Igualmente trabajó por la creación de casas-cuna para los hijos e hijas de las trabajadorasEn octubre de 1937 fue elegida responsable del Secretariado Femenino de la Federación Provincial de las Juventudes Socialistas Unificadas; miembro destacado de la Alianza Juvenil Antifascista; colaboró en Radio Pirenaica.En julio de 1938 se incorporó a la ejecutiva nacional de las Juventudes Socialistas Unificadas lo que conllevó su traslado a Madrid.Al finalizar la guerra se exilió en la URSS, allí estudió en la escuela Plániemaya con otros cuadros políticos del Partido Comunista de España.Falleció en Madrid, el 6 de marzo de 1999. Reposa en el cementerio civil junto a los restos de su compañero Eduardo García López, dirigente del Partido Comunista de España.En su lapida se visualiza la hoz y el martillo junto a una estrella de cinco puntas. Pero también se visualiza el papel secundario de la mujer, Eduardo cuenta con una foto serigrafiada en la lapida, Felisa no. ¡Juntos pero no iguales!Felisa, ¡siento no haber encontrado una foto tuya para mostrarla y recuperar tu imagen para perpetuarla en tu lapida!Felisa ¡aún seguimos pidiendo el acceso de las mujeres a todos los puestos de trabajo; aún existe diferente banda salarial; trabajamos y tras nuestra jornada seguimos haciendo solas las tareas domesticas en el hogar; seguimos siendo las cuidadoras de nuestros mayores, de nuestros hijos y maridos; aún existen jefes que te invitan a copas para hablar de temas laborales y otros que bromean animandote a ser simpática con ellos…las religiones y las tradiciones nos relegan hasta “taparnos” enteras; nos humillan; nos mutilan; nos lapidan; nos utilizan de adorno, de producto sexual y reproductivo; nos venden; nos compran... ¡Nos matan Felisa, nos matan y matan a nuestros hijos e hijas, esos que dicen que nos aman!Felisa, hemos avanzado pero queda mucho camino por recorrer.Continuemos tu camino emprendido, ¡el 8 de marzo, paremos para avanzar!
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