Julián Molina Illán

Al final tenía razón Carrero

24 de Febrero de 2025
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carrero blanco

Luis Carrero Blanco no puede ser santo de devoción de ningún demócrata. Estaba profundísimamente equivocado en muchas cosas. Su visión del mundo, y de la sociedad española, contribuyó al sufrimiento de un pueblo español al que él se jactaba de servir. Sin embargo era un hombre inteligente, pragmático y eficaz. Quería lo mejor para España, aunque se equivocara, y tenía razón en un aspecto fundamental que ahora se echa de menos: la necesidad de poseer un sistema propio de disuasión nuclear. España había desarrollado un programa de desarrollo nuclear (Proyecto Islero) del cual él era el principal impulsor. Este proyecto recibió un fuerte espaldarazo cuando la inspección rápida y efectiva de los disparadores de las bombas caídas en Palomares permitió comprender mejor el mecanismo de detonación. Los disparadores fueron restituidos rápidamente en su sitio antes de que llegaran los americanos a llevarse las bombas. El desarrollo de un programa de disuasión nuclear propio, y su postura con respecto al Sáhara español, fue lo que lo mató. No vamos a entrar ahora en esto, pero fue la CIA. Punto.

Adolfo Suárez se fue haciendo enemigos por todas partes conforme el desgaste de cambiar un país de ultratumba a otro moderno y homologable con el mundo civilizado se hizo demasiado terrible. Pero el motivo final de su caída en desgracia fue su intención de no entrar en la OTAN, y, como Carrero, desarrollar un programa nuclear propio con la ayuda de Francia. El principal lobista de Washington en España, el rey Juan Carlos, le retiró su apoyo y entre todos lo defenestraron, pero de nuevo todo ocurrió cuando la CIA dijo “¡ahora!”.

Y bien, ¿por qué esto es importante en estos momentos? Porque, como no podía ser de otra manera, finalmente ha aparecido en escena un grupo de matones con armas nucleares, Putin, Trump y Netanyahu, que amenazan con repartirse el mundo a su antojo, a expensas de lo que diga China (y tendría cojones que al final fuera China quien se constituyera en el paladín del mundo libre…). Si España, y por extensión toda Europa, tuviera capacidad de disuasión nuclear, igual este grupo de matones estaría más comedido. Es un error cifrar el futuro alrededor de la confianza, o lo que es lo mismo, alrededor de lo que “esperas que ocurra”. El futuro se debe fundamentar en el conocimiento, no en las creencias. En lo que sabes, no en lo que “crees”. Así, España creyó que no necesitaba armamento nuclear propio porque según qué países nunca la iban a atacar, o según qué países la iban a defender. Esto fue un error fatal. España lo tuvo muy fácil (y aún lo tiene) para desarrollar su propio sistema de disuasión nuclear. España tiene las segundas  reservas de uranio más grandes de Europa, y la connivencia de Francia que siempre ha estado ahí bien dispuesta a compartir su tecnología a cambio de compartir el uranio. El caso sería muy distinto si toda Europa fuera una potencia nuclear. Chulerías las juntas. Un saludo a todo el mundo.

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