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Frank Serpico contra Leire Díez

02 de Junio de 2025
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Frank Serpico

Si mal no recuerdo fue en 1973 cuando se estrenó "Serpico" (en España un poco después). Dirigida por Sidney Lumet y protagonizada por Al Pacino ( que ganó, por cierto, un Globo de Oro) contaba con una extraordinaria banda sonora compuesta por Mikis Theodorakis. Es una película muy recomendable para cualquier español de hoy en día, estupefacto ante la corrupción que a todos los niveles institucionales brota como el pus de las heridas infectadas. El largometraje, basado en una novela, trataba de una historia real, la de un policía honesto, Frank Serpico, que destapó la generalizada corrupción del Departamento de policía de Nueva York. El agente fue el primero en declarar como testigo contra compañeros suyos y gracias a él, la Comisión Knapp, llamada de ese modo en honor a su presidente, pudo señalar los elementos indeseables y las prácticas mafiosas de la policía neoyorkina. La investigación identificaba dos clases de agentes corruptos, por un lado, aquellos que se dejaban corromper bajo presión y digamos que se adaptaban al medio para no complicarse la vida y por otro los policías que de modo agresivo y premeditado intimidaban a los demás. A Frank Serpico su integridad le costó cara. Resultó herido en una redada antidroga sin que sus compañeros le prestaran la ayuda que precisaba y posteriormente fue condenado al ostracismo y hubo de exiliarse a Suiza. Falleció en 2022. Naturalmente que tras la depuración del Departamento, la corrupción se reprodujo y, sin ir más lejos el pasado año 2024, Edward Caban, máximo responsable del mismo hubo de dimitir salpicado por un turbio asunto en el que estaba implicado su hermano James.

La capacidad de los seres humanos para corromperse es infinita y universal, afectando a todo tipo de empleos y profesiones, pero el daño es mayor en aquellos desempeños donde se precisa de una actuación ejemplar pues constituyen modelos para los ciudadanos. Me refiero a jueces, fiscales, policías, médicos, abogados, científicos y por supuesto políticos y cargos públicos. En la actualidad saltan a diario las corruptelas y las prácticas mafiosas de un gobierno que llegó al poder con la promesa de limpiar las corruptelas y prácticas mafiosas del anterior gobierno del PP. En estos últimos días estamos entretenidos con los audios de una señora a la que llaman " fontanera" del PSOE, desprestigiando con ello una profesión, la de fontanero, que tan necesaria es para el arreglo de nuestros problemas domésticos. Con extraordinario cinismo y caradura los dirigentes del PSOE niegan hechos evidentes y  con la ya agotadora cantinela de la persecución de la derecha y la ultraderecha se hacen las víctimas y lloriquean hasta provocar la risa del auditorio no motivado por el sectarismo. Es fácil pensar que si no tuvieran tantos trapos sucios no serían susceptibles de tal persecución. Lo peor es que toda esta podredumbre institucional no parece salir a la luz por la investigación de un honrado Serpico sino ser el resultado de venganzas y ajustes de cuentas de otros tipos igualmente corruptos que proporcionan la carnaza necesaria a la prensa no afín a este gobierno tan "progresista". Y todavía peor, si uno mira fuera de España, el panorama no cambia demasiado, con una UE  cuyo prestigio está en caída libre. Como una imagen vale más que mil palabras bastará recordar la bofetada que Brigitte Macron le propina a su marido, nuestro Napoleón posmoderno, nada mas aterrizar en Vietnam para diversión del respetable, tan necesitado de espectáculos entretenidos. En esta ocasión no pudieron echarle la culpa a Putin. Sin duda  Macron había sido maltratado por su mujer, sin sombra de duda de trama rusa de por medio. Para alivio de la parroquia española, dudo que Pedro Sánchez se dejase abofetear por su esposa, aunque sólo sea porque la inefable Begoña le debe su alta dignidad universitaria, lo cual es de agradecer.

No ignoro que el desengaño vital es un inequívoco signo de madurez, pero es triste darse cuenta de lo difícil que es encontrar un Frank Serpico frente a la abundancia de gentes como Leire Díez, Víctor de Aldama, Villarejo, Koldo, Ábalos, Luis Bárcenas, Álvaro García Ortiz y tantos otros (la lista es interminable) que se han visto implicados en tramas de lo más variadas y de originales nombres ( Gürtel, ERE de Andalucía, Púnica, Malaya, caso mascarillas, tres por ciento...) afectando a prácticamente todos los partidos del entramado político español. Es gracioso observar como todos ellos, da igual su color, reaccionan de la misma manera cuando les pillan con las manos en la masa, diciendo que todo es falso, que es una conspiración o que sí, que esos tipos corruptos han pertenecido al partido, pero que ya no tienen nada que ver con ellos, ya saben, "ese señor del que usted me habla". Y mientras tanto, la población, siempre dispuesta a indignarse con la corrupción ajena ignorando la propia.

El Gobierno actual ha alcanzado un nivel de podredumbre y de mentiras realmente insoportable. He perdido la esperanza de que lo sustituya otro mejor. Al parecer uno tiene que recurrir al cine para recordar a gente honrada. Es lo que era Frank Serpico. Y le costó un tiro en la cara y un exilio. Pero no era un sinvergüenza. Y eso vale mucho. Y ya puestos, recuerdo otra película basada en hechos reales, "The Post", sobre los famosos "Papeles del Pentágono", ya saben, esos documentos no tan secretos que se publicaron demostrando varias décadas de mentiras de las administraciones americanas sobre la guerra del Vietnam. Me encantaría algo así en España. No pierdo la esperanza.

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