Pedro Sánchez fue de los primeros mandatarios europeos, en personalmente reprocharle al genocida primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu, los ataques indiscriminados que el ejército israelí, venia infringiendo al pueblo palestino en la Franja de Gaza. El 28 de mayo del 2024 el Consejo de ministros, reconoció al Estado de Palestina. Parecía que esto no quedaría sólo así y, por el contrario, España iba a liderar dentro de la Unión Europea la oposición al régimen sionista de Israel.
Al respecto, todo parecía muy bien, pero, sin embargo, recientemente ha salido a relucir que, en paralelo a esas actuaciones de Pedro Sánchez y decisiones de su gobierno, se habían aprobado una serie de compras de material bélico a empresas israelíes. Aparte de la recién descubierta de 15 millones de balas para la ultraconservadora Guardia Civil, por un valor de 5,6 millones de euros que, debido a la oposición de sus socios de gobierno, como Sumar y sobre todo Izquierda Unida, el contrato que avalaba esa compra se ha rescindido. Pero quedan otros por valor de mas de mil millones de euros.
Aunque la transacción comercial de importación y exportación, de armamento bélico con Israel ha sido una constante, incluso desde el recrudecimiento del actual conflicto sin que, se tuviera en cuenta la tregua establecida y el desabastecimiento a la indefensa población palestina de los medios básicos y de subsistencia. Esto ha originado por ahora, la muerte de cerca de 60.000 personas civiles, la mayoría mujeres, niños y ancianos.
Cumpliendo con la imposición de Estados Unidos con el populista y ultraderechista Donal Trump al frente y de su nefasta OTAN, que al disolverse en diciembre de 1991 la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia que, militarmente la sustentaba, lo mismo tenía que haber ocurrido con la OTAN y habríamos tenido un mundo sin tensión y mucho más seguro. Sin embargo, Estados Unidos aprovechando esa coyuntura, ha venido haciendo justo lo contrario y, expandiendo su alianza militar cada vez más, por muchos países y sobre todo los europeos, pretendiendo implantar la OTAN en Ucrania frontera de Rusia. Esta lógicamente no lo permitió, lo mismo que haría Estados Unidos si China o Rusia quisieran implantar bases militares en México o Canadá.
Por exigencia de Donald Trump, Pedro Sánchez ha manifestado que en este año el incremento de defensa se incrementará el 2% o sea, 10.471 millones de euros y que esta partida presupuestaria no será en menoscabo de los gastos sociales. Esta se puede catalogar como la jugada perfecta de un funambulista pues, aunque esa predicción fuera cierta, pero es para quedar bien ante la galería, ya que los referidos 10.471 millones de euros, perfectamente se podría emplear en necesidades más perentorias, básicas y esenciales.
El caso, es que a Donald Trump si no se le hace frente y corrige sus decisiones, la jugada le saldrá muy bien. Nada más llegar a la Casa Blanca, empezó a crear las condiciones oportunas entre otras, con el miedo a la inestabilidad política e inseguridad, originada con la interesada Guerra de Ucrania promovida por la Administración de Estados Unidos y su OTAN. Fue patética la reunión (encerrona) que mantuvo el pasado 28 de febrero en el Despacho Oval de la Casa Blanca, con su súbdito o cómplice Volodimir Zelenski. Ahora por lo visto, quiere dejarle a éste y a su país a expensa de Vladimir Putin. No así, en el otro conflicto mucho más grave e injusto como es el de Palestina, dejando a su pueblo en manos del fascista y genocida Benjamín Netanyahu.
La política del miedo, sobre la marcha la hizo suya propia, la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen y de inmediato, anunció un incremento del gasto militar de 800.000 millones de euros. Gran parte de este enorme presupuesto ira a parar a las industrias armamentísticas de los Estados Unidos. En consecuencia, la jugada les habrá salido redonda. Va siendo hora de que Europa rompa lastre con Estados Unidos y la OTAN, busque y encuentre su propio destino geopolítico de distensión y paz en el mundo.