El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, aprovechando la conferencia de presidentes en Santander, dio el pistoletazo de salida del que sin duda será la gran batalla del año próximo: como es la financiación autonómica. España lleva una década con el sistema caducado. En este tiempo ningún gobierno se ha atrevido a proponer un nuevo modelo, a pesar de que todas las autonomías critican el actual, que fruto del acuerdo entre el conseller Antoni Castells y la ministra Elena Salgado del 2009, que tenía que ser revisado al cado de cinco años.
Cómo ha pasado siempre, ha sido Cataluña la que tire del carro y ponga propuestas sobre la mesa. En este caso, las coordenadas se basan en dos acuerdos del PSOE con ERC. El primero producto de la investidura de Pedro Sánchez, y marca que el Estado ha de hacerse cargo del 20% de la deuda de la Generalitat. El segundo forma parte de la investidura de Salvador Illa, y fija que Cataluña tendrá que recaudar todos los impuestos (empezando por el IRPF del ejercicio del 2025) y que la solidaridad estará limitada por el principio de ordinalidad.
Una vez oídos todos los presidentes autonómicos del PP, es evidente la oposición a la implantación de este nuevo sistema. Incluso una medida de sentido común como es condonar parte de deuda autonómica, producto de la mala financiación que sufren algunos territorios como Cataluña, el País Valenciano y las Baleares. tiene la oposición del PP y en especial de la madrileña, Díaz Ayuso.
El presidente de la Generalitat Salvador Illa, ha comprobado en Santander que Ayuso es quien marca la pauta al PP y que no habrá ninguna concesión.
En este sentido, Illa se enfrenta a una contradicción. Por un lado, no quiere entrar al choque y que él es partidario del diálogo y la colaboración con el resto de autonomías. Y por el otro no tiene je más remedio que entrar en el cuerpo a cuerpo con Ayuso si quiere ganar la batalla. Y lo cierto es que el discurso de Ayuso parte de falsedades. Primero ella denuncia un supuesto trato de favor en Cataluña, cuando en realidad es Madrid quién se beneficia del efecto capital y está absorbiendo actividad económica de los territorios limítrofes.
En segundo lugar, Ayuso aprovecha este sobre financiamiento del que disfruta para bajar impuestos a las rentas más altas, con el objetivo de atraer fortunas de todo el Estado que dejan de tributar en su territorio para hacerlo en la capital. Por eso Illa habla de insolidaridad y de deslealtad fiscal. Si el resto de presidentes autonómicos del PP, miraran por el interés de sus territorios, tendrían que hacer frente común contra Madrid, no contra Cataluña, que es lo que arán por cuestión partidista y porque el anticatalanismo da más votos que el antimadrileñismo.
Desde Cataluña, pero, habrá que estar vigilantes para que Pedro Sánchez cumpla lo que se ha pactado, por mucho que Ayuso y el PP se rasguen las vestiduras y pongan el grito en el cielo.
Sánchez abordará la condonación de la deuda autonómica en enero. IlIa contrapone su modelo de solidaridad a la deslealtad fiscal de la comunidad madrileña. Díaz Ayuso solo acepta perdonar parte de la deuda del FLA en el caso del País Valenciano por los efectos de la DANA.