El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, el mismo que en su día rompió a llorar públicamente por la crítica recibida por el PP cuando le traicionó el subconsciente al valorar positivamente los indultos a los implicados en el Procés, en relación a los nuevos impuestos a la banca y a las compañías energéticas, critica que “los impuestos a la carta generan incertidumbre y no generan confianza”, recordando que hay tres millones de accionistas españoles, que se han visto perjudicado de la noche a la mañana por la decisión del Gobierno.
Esto es, para Garamendi, actuando al mejor estilo de corre ve y dile de las Eléctricas, mientras los accionistas cobraban espléndidos dividendos gracias al ingente beneficio que obtenían por las subidas astronómicas de la luz, empobreciendo a millones de familias y pequeños y medianos empresarios, no pasaba nada, pero ahora se acuerda el Presidente de la CEOE de que la medida aprobada de un impuesto nuevo va a empobrecer a miles de accionistas, ¡qué lástima!
Para incertidumbre la que padecen y sufren la mayoría social del país que saben que no pueden llegar a fin de mes, y no saben a que más tendrán que renunciar para conseguirlo. A Garamendi se le ha visto el plumero al defender de manera tan efusiva a las eléctricas. Porque estas multinacionales son las causantes de que cientos de empresas hallan tenido que cerrar y de ellas nadie se ha acordado, ni mucho menos Garamendi.
Ya comportándose como un “cuñao” de manual, el Presidente de la patronal se despacha diciendo que las grandes eléctricas ganan menos con la actual crisis energética, obviando que Repsol, Endesa, Iberdrola y Naturgy cerraron 2021 con un beneficio neto conjunto de 11.054 millones de euros, un 226% más que en 2020, cuando fue de 3.388 millones de euros. Las cinco grandes entidades financieras cierran el primer trimestre de 2022 con más de 2.000 millones de beneficio neto en España, y con más de 5.000 en el global, con las comisiones desbocadas a 1,27 millones por hora y con perspectivas de mantener el crecimiento de sus resultados pese al cuadro general de inestabilidad económica.
Es cierto, y ahí es donde únicamente puede tener razón Garamendi, las empresas son parte de la solución y no el problema. Pero, hoy en día, las compañías energéticas y la gran banca son parte del problema y no de la solución. La solución pasa en que contribuyan apretándose mínimamente el cinturón y devuelvan algo de lo mucho que se están llevando impunemente y es lo que se pretende hacer desde el Gobierno, eso sí, de forma excepcional y transitoria. Ya veremos.
En este sentido, ha incidido el todavía Presidente de la CEOE en que el Estado puede ingresar 30.000 millones más por la inflación. Por otra parte, Garamendi afirma, como no, que para controlar la inflación hay que controlar muy bien salarios, pensiones, funcionarios. Ahí ya no se se acuerda del número de personas que serían afectadas. Lo de controlar los beneficios de la compañías energéticas y de la gran banca, ya tal, como diría aquel.
En definitiva, señor Garamendi, patéticos argumentos y patética actitud mostrada a una decisión necesaria y justa. Otro día hablaremos de cuanto de maltratada fiscalmente están las grandes empresas en este país. Adelantamos el dato, mientras que el tipo medio de contribución de las personas físicas a través del IRPF esta situado en el 18%, el tipo efectivo para la sociedad a través del ISS no supera el 2%. Justicia señor, pero por mi casa no.