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Generación perversa

16 de Abril de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Hechos inhumanos: Realidades Deshumanizantes

Así definía hace poco un contertulio la situación social. Nos encontramos ante una situación de depravación de todas las instituciones sociales. Al ritmo que se suceden los escándalos, hemos dejado de escandalizarnos, nos parece todo normal. Los medios de comunicación no dan abasto para soltar la retahíla de dislates, ocultando los más severos y dando bombo a los más pizpiretos para tener anestesiada a la sociedad según directrices del gobierno que les paga.

Una pieza más, los medios de comunicación, tocados de perversión, porque la presencia de satanás debe ser patente desde la política al clero pasando por la docencia, la investigación o la sanidad. Es misión del padre de la mentira poner la iniquidad en el centro de la justicia y así tiene a los jueces y fiscales vendidos. Sembrar la enfermedad y muerte entre los que deberían ser alivio de los enfermos en su tarea de curar. Esparcir los venenos por el agua y los aires en lo que debería ser sustento de la naturaleza. Traer el odio en el seno de las familias donde debería reinar la concordia. Arruinar la fertilidad dejando estéril cuerpos y campos. Distribuir falacias y errores donde debería haber ciencia contrastada y docencia clara. Instaurar la inseguridad y la extorsión entre los agentes del orden o hacer apología de la desesperación y el mamoneo entre los pastores a quienes se les confió la salvación de las almas. ¿Qué más pruebas hacen falta para percibir que el infierno ha colocado a sus agentes en los puestos más relevantes de la sociedad? Cuando creíamos haberlo visto todo con Luis Roldán sale el órdago de Gámez en el seno mismo del instituto que hace del honor su divisa. Y el mayor deshonor será que no se juzgue el delito porque la justicia sea igualmente inicua.

Generación perversa, sinvergüenza, que no se avergüenza del delito sino que lo exhibe con soberbia y hace de él su modus operandi, transformando en ley la bellaquería, ella que quería ser bella, bella quería ser. Así tenía que suceder. Era necesario que se pusiese en evidencia, negro sobre blanco, la maldad de los impíos, la cobardía de los agentes del mal. Pero ahora, identificados los que han traído la desgracia, basta de lamentos: procedemos a reconstruir la sociedad. El pueblo sabe quiénes son y sabe dónde están, en los diferentes empleos donde han llevado a cabo su malhacer. De las personas con honor saldrá el germen de la nueva sociedad. Desde arriba están siendo llamados a sus puestos. 

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