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Gil Marín se adelanta a la revolución de la UEFA

07 de Octubre de 2022
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Cuando las cosas se hacen bien en el Atlético de Madrid hay que reconocérselo a los dirigentes prescritos. Miguel Ángel Gil Marín ya está trabajando a tres años vista en lo referente a la revolución salarial que pretende llevar a cabo el presidente de la UEFA Alexander Čeferin.

A fin de evitar que las masas salariales se disparen y que los equipos tengan que estar constantemente vendiendo patrimonio (jugadores principalmente) por problemas financieros o recurriendo a ingeniería financiera (los equipos-Estado), ha sacado adelante un reglamento salarial que se suma al fair-play financiero ya existente.

Desde UEFA han establecido que los equipos sólo podrán gastar el 90% de sus ingresos (los del equipo en sí, no los de la empresa o club) en el gasto en fichajes, salarios y honorarios de agentes. Esto a partir de la temporada 2023-2024. En la 2024-2025 será del 80% y en la 2025-2026 del 70% de los ingresos. Quienes no cumplan se enfrentarán a sanciones económicas y deportivas.

Ajustándose a las circunstancias

Más allá de los problemas económicos que tiene el Atlético de Madrid (esa deuda financiera de 500 millones pesa demasiado pese a estar relativamente controlada), Gil Marín pretende adecuar los límites salariales a lo solicitado por UEFA desde ya. En los cambalaches que se vienen llevando a cabo con el FC Barcelona para el fichaje de Antoine Griezmann, se le ha solicitado al jugador una nueva rebaja salarial hasta los 8 millones brutos (4 limpios) por temporada (actualmente está en 12). Toda vez que si se pagasen 20-25 millones, la amortización salarial del fichaje sería de ese pico que sobre de los 20 millones, pues ya habrían contado 20 hasta el momento por las dos temporadas, está claro que en el horizonte está el límite UEFA.

En las renovaciones de Lemar, Felipe y Oblak (aunque estas dos últimas no han sido anunciadas) los jugadores ya han rebajado sus salarios para acomodarlos a la situación de la SAD y de UEFA a futuro. Aunque pudiesen salir antes, Gil se protege de esa revolución salarial que va a impedir que algunos equipos atesoren grandes jugadores mediante ingresos extras aunque sea para pasearlos por los banquillos nacionales o internacionales. En el Atlético de Madrid se han acabado los salarios imposibles de sostener, más cuando el jugador se lesiona constantemente o es un vago de tomo y lomo, y se camina por la senda de buenos salarios (adaptados en muchas ocasiones a títulos y logros individuales), pero no excesivos. Serán altos respecto a otros equipos, sin duda, pero sin llegar a lo que se ha estado pagando.

La venta del Atleti

Como ha venido diciendo por activa y pasiva que piensa vender sus acciones en cuanto tenga terminada la ciudad deportiva aledaña al Metropolitano, es obvio que las rebajas salariales ajustadas a los criterios UEFA son imprescindibles para una valoración accionarial ajustada. Descontando la deuda y habiendo bajado el valor patrimonial de la primera plantilla (aunque esto fluctúa de año en año), para obtener un buen ingreso necesita una plantilla con salarios medios, en su mayoría, y pocos altos o casi ninguno. Cosa distinta es el rendimiento que estén dando algunos o den los que vengan (que el aficionado le pagaría el mínimo a unos cuantos).

Esa rebaja incluye al cuerpo técnico, que también se incluye en los datos salariales, por lo que es muy posible que a Simeone se le ofrezca una oferta de renovación muy a la baja o, directamente, se busque otro entrenador cuando toque (bastante más barato), en 2024 o antes si ocurriese algo. Lo mismo sucede con el profe Ortega con el que existen dudas. Todos deben estar ajustados a esos límites que va a imponer la UEFA. Si el Atleti viene ingresando en torno a los 400 millones de euros por temporada, ya se sabe que en tres años sólo podrán gastar en amortizaciones de fichajes, comisiones y salarios  280 millones de euros.

En la cabeza de Gil Marín está vender el Atleti con todo en perfecto estado de revista. En su cabeza está mantener el nivel actual gastando menos. Si realmente fuese efectiva la reforma UEFA es posible que el equipo madrileño pudiese estar entre la élite del fútbol europeo cuando se consume la valoración y la venta. Para ello habría que fichar con cabeza, ajustándose a las necesidades del equipo y dejando de lado caprichos o jugadores “en alquiler”. Y como la máxima siempre ha sido “antes de entrar dejen salir”, no sería extraño que a finales de temporada hubiese una o más ventas importantes. Esto logrando los objetivos (entrar en octavos de Champios y quedar entre los cuatro primeros en Liga). Sin esos logros…

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