El hasta hace poco presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, ha personificado como nadie la causa de la caída de España dentro del índice democrático de The Economist, de la categoría de democracia plena a la de democracia defectuosa, que no es nada más que aquello que conocemos como judicialización de la política. O politización de la justicia, que es el reverso. El bloqueo (que ya dura casi cuatro años) de su renovación constituye una vulneración directa de la Constitución, y una anomalía democrática que ha merecido el reproche, repetido y sostenido, de las instituciones europeas. Aun, así y todo, nada no ha hecho ceder ni un apice a los dos grandes partidos españoles, PP y PSOE.
Muy especialmente el PP es el causante del bloqueo y quien se juega perder la mayoría conservadora, en la sala de lo penal del Supremo donde se juzgan los casos de corrupción del partido político más poderoso de España. Por otro lado, el mandato caducado del CGPJ va directamente ligado al bloqueo del Constitucional, y es la cereza del pastel como herramienta de represión, tal como la hemos visto actuar los últimos años contra el independentismo catalán y otros enemigos del sistema político del 78. El dominio de la cúpula judicial por parte de los partidos acaba transmitiendo una imagen del estado español que viene marcada por la dejadez, la incapacidad y la carencia de consistencia y credibilidad democráticas.
El video que verán a continuación es de fecha julio de 2021, en él se detallan todos los casos en que el PP ha bloqueado la renovación y que pasa siempre cuando no tiene la mayoría y ve que pierde la mayoría conservadora para controlar el CGPJ. Lo ha hecho siempre y no ha tenido ninguna vergüenza poniendo todo tipo de excusas.
Como máximo representante, Lesmes tendría que sentirse el primer responsable del despropósito, y haber dimitido hace tiempo. No ha estado así y ha ido encadenando varias inauguraciones del año judicial y, al mismo tiempo, quejándose del bloqueo del CGPJ y profiriendo amenazas contra los enemigos de la nación española, es decir, haciéndose portavoz de una justicia politizada. En el momento de dimitir tendría que haber pedido disculpas a la ciudadanía por su incapacidad para afrontar el problema y no resolver el conflicto.
Bien al contrario, se ha despedido al estilo Rajoy, con un video, declarando enfáticamente que se va por no ser cómplice de un estado de cosas que detesta ("aborrezco”, dice él, que queda más guay y del cual hace culpables a los partidos políticos. Lesmes se va cansado de un follón que él mismo ha contribuido a hacerlo posible. Después de la reunión entre Feijóo y Sánchez en la Moncloa, forzada por su marcha, el PP ya presume de atribuirse el mérito del desbloqueo, tal como era de prever, a pesar de haber sido el partido que más impedimentos ha puesto a la renovación del CGPJ.
¿Qué piensan ustedes, queridos lectores? ¿Esta es la democracia y el estado de derecho que pregona el PP? ¿Esta es la separación de poderes que quiere el Partido Popular para España? Después muestran su rechazo por las intromisiones foráneas que llegan de Europa y de las Naciones Unidas. ¿Que justifica estar cuatro años incumpliendo la misma Constitución según el PP?