Hace un año de todo y hace un año de la nada.
Porque eso fue, una nada que invadió mi alma y lo llenó de vacío.
Hace un año de un dolor intenso, del mayor dolor que haya sentido nunca. Un corazón resquebrajado y torturado.
Hace un año de tu ausencia, de tu partida, de tu distanciamiento.
Hace un año que me arrebataron el amor más bonito que sentí por alguien. Un amor incondicional, sin miedo; de caricias, abrazos y besos.
Hace un año que no te tengo, que no te siento, que no te huelo, que no te veo.
Hace un año que no oigo tu voz, tus risas, tus quejas o tus llantos.
Hace un año que ya no dormimos juntos, que no comemos juntos, que no paseamos juntos.
Hace un año que no estás a mi lado y hoy tan solo tengo tus fotos y algún que otro vídeo en donde puedo seguir apreciando tu cara y gestos. Me alimento de tus recuerdos para seguir entero y seguir luchando en esta vida. Me lleno de los momentos vividos contigo para poder recuperar la fuerza y la ilusión de volverte a recuperar.
Hace un año que no estás a mi lado porque la vida cambió radicalmente a nuestro alrededor. Todo se volvió gris y triste, la gente no reconoce ya la verdad ni quiere buscarla. La gente que nos rodea se volvió egoísta, fría y cruel, y prácticamente no sabe ya distinguir la ética y la moral de lo irracional y absurdo. Una sociedad sin criterio, sin sangre, sin conciencia y condenados a la más miserable decadencia.
Este mundo que yo te empecé a mostrar cuando llegaste a mi vida se está autodestruyendo, y de lo único que me siento culpable es de hacerte creer que iba a ser un paseo entre las nubes. Te pido disculpas. No es fácil.
Nos separaron, nos distanciaron, nos condenaron a no poder querernos.
Esto que escriben mis palabras bien pudiera parecer el final dramático de una historia de amor entre dos personas enamoradas.
Nada más lejos de la realidad, y es que hace un año que me arrebataron el amor más bonito que sentido por nadie. Un amor incondicional, sin miedos; de caricias, abrazos y besos, y es que el amor de una hija…, el amor de una hija… ¡es infinitamente inmenso!.
Esta separación es culpa de la complicidad de esta sociedad, por la convicción de este sistema que quiere ver cada vez más a las familias separadas, sin los derechos de los progenitores sobre nuestros propios hijos, sin poder decidir qué es lo mejor para ellos. Esta separación se debe al conformismo y sumisión de cada uno de los hombres y mujeres que no hizo nada por defender la libertad de vivir dignamente sin opresión ni coacción.
Ahora unos cuantos estamos pagando ,“justos por pecadores”, y sufriendo las incongruencias de unos políticos mentirosos, de unas leyes corrompidas, de unos jueces vendidos, porque una parte de la población decidió no hacer nada y arrojarse al abandono.
Hace un año que la vida hizo que no tuviera ganas de vivir, pero lo seguro de todo esto es que tu alma sigue aún en mi corazón, esperando que el tiempo me devuelva tu rostro y podamos recuperar este tiempo perdido. Esos juegos que tanto nos divertían, esos momentos que solo tú y yo entendíamos.
Hace un año que me he perdido un año de tu crecimiento y me está comiendo por dentro.
Y es que hace tres años el mundo perdió la batalla por la vida.
A mi hija