Si los familiares de los 7,500 muertos abandonados a su suerte en la pandemia, por parte de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, no tienen intención de hacerles justicia a sus padres, tíos, hermanos, yo no puedo seguir callando. Es más no sé si la falta de humanidad de gran parte de estos familiares, es por cuestión de sentirse culpables por olvidarse de ellos, por miedo a que les pudieran contagiar, o simplemente a que entre sus prioridades nunca estuvieron sus familiares.
Son las únicas razones que encuentro, viendo que no le haya pasado factura a Isabel Díaz Ayuso. De verdad, que no soy capaz de entenderlo. Yo doy gracias a que mis padres, no tuvieron que "sufrir" la pandemia, sería incapaz de dormir sólo de pensar que dejé a mis padres abandonados en manos de un personaje ¡tan irresponsable, tan inhumana, tan falta de empatía como la Presidenta de Madrid!
Lo peor fue la forma en que dejó morir a la gente sin asistencia, sin mandar médicos, sin ningún tipo de atención. Si alguna vez, los funcionarios de la Comunidad, que estuvieron en servicios de emergencia de dicha Comunidad, hablasen, a más de uno se le caerían los palos del sombrajo. He podido hablar con médicos, enfermeras, fisioterapeutas, psicólogos, bomberos y algunos funcionarios del PAS, todos coinciden en que jamás han llorado tanto y han tenido tanta angustia, como durante esos horribles meses.
Imaginen lo que debe ser estar recibiendo constantemente llamadas de auxilio, y decirles no les pueden mandar a nadie, tienen que morirse allí sin ningún tipo de ayuda. ¿Pueden imaginar la impotencia, la angustia, cómo no iban a llorar, cómo conciliar el sueño? Pero claro, eso no lo tenía que hacer la señora Ayuso, que se fue a un apartahotel de clase superior, a vivir sin remordimientos, sin empatía, sin dolor, sin humanidad, viviendo la pandemia a cuerpo de reina, bien atendida y bien servida.