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Hacer trampas a los políticos por una vez…quizás sea la solución a su falta de interés

14 de Noviembre de 2021
Actualizado el 02 de julio de 2024
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trampas

Los emigrantes españoles en el exterior en su gran mayoría solo tienen un momento de asistencia del gobierno cada 10 años, cuando renuevan su pasaporte.

Si no hay bodas, nacimientos a registrar o necesidad de poderes notariales la interacción con nuestras instituciones es prácticamente cero, a no ser que cuentes con un Instituto Cervantes y atiendas a alguna de las actividades culturales que continuamente programan.

Cuando hay elecciones, aquellos que son tozudos y han logrado rogar el voto a tiempo, pueden llegar a depositar el voto en la urna, por uno u otro partido político…partidos que en realidad no piensan en las necesidades de los votantes en el exterior.

Los programas electorales de todos los partidos no nos representan ni intentan hacer un esfuerzo por atraernos, y alguno no menciona la emigración en ningún caso, a pesar de ahora intentar entrar a controlar consejos de residentes en el exterior.

Hay mucho trabajo que lleva retrasándose demasiado tiempo y con las cifras de la mano y los pronósticos que hay acerca del crecimiento en el número de personas mayores entrando a engrosar el numero de pensionistas, el Gobierno y todos los partidos están tardando en poner en marcha un Plan Retorno en condiciones… muchos esperan la llamada de su país para regresar incluso sacrificando salario y futura progresión laboral.

La política hacia la emigración no puede quedar simplemente en la recuperación del voto rogado, o en la recuperación de la nacionalidad de muchos españoles a los que se les ha imposibilitado ejercer la nacionalidad española, y que ahora quizás gran parte se corrija con la ley de memoria democrática.

Hay más de 2 millones y medio de españoles que esperan que se hagan políticas también dirigidas a ellos y a su día a día, a la educación de sus hijos, o a un futuro en el que tengan fácil retornar a su país.

Desde el exterior no identificamos a ningún político que nos represente. ningún emigrante que haya vuelto y forme parte de partidos políticos se acuerda de su pasado como integrante de la diáspora en el pasado, y parece se olvidan de las dificultades que han experimentado como español en el extranjero tan pronto como ponen un pie en sede parlamentaria.

Hasta ahora ha salido gratis y los emigrantes hemos seguido su juego con derechos recortados, trabas burocráticas para poder votar, o simplemente un pasotismo tratándonos como a menores de edad decidiendo por nosotras.

El tiempo del 15 M o como quieran llamarlo para la emigración quizás ha llegado y quizás ante el desprecio de los partidos pudiéramos empezar a coordinar esfuerzos para hacer que los políticos nos empiecen a valorar como una palanca de cambio en el sistema político.

Imaginan si doscientos mil españoles emigrados nos coordináramos para cambiar nuestra provincia electoral en el registro de matrícula consular y eligiéramos Soria con su poco más de 87 mil habitantes como nuestro lugar en el que votar, y pasáramos a tener más voz para elegir 2 diputados, 4 senadores y 5 procuradores en la Junta de Castilla y León.

En la situación actual 2 escaños son muchos escaños y se antojan claves en el futuro de nuestra democracia, y servirían de palanca de presión.

Estos dos escaños en realidad se multiplicarían si a partir de una estrategia de la diáspora, hicieran multiplicarse por dos o por tres la población de esta provincia y de repente Soria pasara a tener 300 mil “sorianos”.

Ante este cambio quizás los partidos pondrían a españoles emigrantes o representantes de la emigración a engrosar las listas de sus candidaturas por esta provincia para arañar votos que se traducirían en escaños.

A Teruel Existe le costó conseguir solo 20 mil votos el ganar un diputado, y con esos números tan bajos, la partida de ajedrez de la emigración debería empezar a tomar forma, y solo con la coordinación y un movimiento de información claro y contundente, podríamos empezar a ser una china en el zapato … y se lo han buscado todos los partidos.

Cuando se nos ignora y no se nos trata como adultos se justifica que busquemos trucos y fallos en el sistema que facilite que por primera vez nos tomen en cuenta.

El trabajo empezaría entonces, y este no sería un objetivo final, lejos de ello.

Mirando a nuestros vecinos Portugal o Francia, o incluso Italia, deberíamos ponernos metas más ambiciosas como seria emular sus circunscripciones exteriores, con representantes en el Congreso y Senado de la provincia exterior, tercera en número de habitantes tras Madrid y Barcelona.

Esto ahora mismo es una quimera, una utopía, y lo sabemos gracias a su apatía hacia los representantes de la emigración que han sido ignorados durante más de dos años y esta misma semana hemos visto el anuncio sobre las reuniones acerca del voto rogado y no se ha convocado a nadie en el Consejo General de la ciudadanía española en el exterior a ninguna de estas reuniones que van a tener para tratar el tema.

El órgano consultivo al que no se consulta y se ignora, y que parece que por fin va a reanudar la actividad tras más de dos años metidos en el congelador, no es digno para reunirse con comisiones del Congreso.

Nadie en Madrid nos va a solucionar nada y parece que va siendo hora de buscarnos las soluciones nosotros mismos, y si puede ser con un golpe en la mesa que llegue a los medios y haga cambiar estrategia a los partidos, bienvenido sea.

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