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El hater y el mito de la Medusa

05 de Septiembre de 2025
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El origen del odio

Según el mito griego de Medusa, todo lo que mira se convierte en piedra... pero no en piedra preciosa, sino en piedra dura. Medusa era una de las tres gorgonas, pero, a diferencia de sus hermanas (Esteno y Euríale, inmortales), ella era mortal. Poseidón la deseó y la violó en el templo de Atenea. La diosa, ofendida por la profanación de su templo, no castigó al dios, sino a Medusa: la transformó en un monstruo alado con serpientes en lugar de cabellos y una mirada que convertía en piedra a todo el que la contemplara.

En nuestro tiempo tenemos una similitud: la Medusa son los haters. Todo lo que estos tocan se convierte en ruido, insultos y opiniones recicladas que generan odio alrededor. Y todo el que los sigue se convierte en piedra digital inerte. Los puedes encontrar en redes criticando desde la serie más vista hasta la última polémica política, opinando sobre fútbol aunque no sepan distinguir un fuera de juego o atacando a alguien en Twitter por un error que ellos mismos cometen a diario.

Como Medusa, figura de la mitología griega, creen que su mirada tóxica es poder. Cada comentario incendiario, cada meme venenoso, cada hilo de insultos los hace sentirse influyentes, aunque en realidad solo construyen un paisaje de piedras inútiles a su alrededor. Se sienten críticos culturales en el bar y estrellas de la indignación en redes. Confunden insultar con argumentar, sarcasmo con profundidad, viralidad con respeto. Cada piedra que lanzan termina atrapándolos a ellos también, porque en el reflejo de su propia bilis solo hay frustración, vacío y eco de su propio ruido.

Quien lanza odio acaba atrapado en su propio reflejo

Muchas veces el hater no sabe que es hater, porque no se detiene a pensar qué está haciendo. Esto es más frecuente de lo que parece. Cree que argumenta, aunque en realidad está hostigando a alguien. Hay que ver el mito de la Medusa como advertencia: si no sabes que eres hater, su poder es letal... para ti mismo. Entre piedras de bilis, comentarios rancios y trolleos de manual, su "gloria" dura lo que un suspiro, mientras todos los demás seguimos caminando por un mundo real, sin convertirnos en piedra por mirar su veneno.

Hay que ser consciente de las consecuencias de seguir a un hater en todo caso. El mundo digital se ha convertido en un mundo mitológico, y por eso se puede hacer esta reflexión: en el mito de la Medusa, quien lanza odio también termina atrapado en su propio reflejo.

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