Ayuso está terminando los nombramientos en la Comunidad de Madrid. Ha reducido cuatro consejerías, por exigencias de su socio en el gobierno. En cambio, aumentan los cargos intermedios, así que lo que no se va en lágrimas se va en suspiros. Ahora nombra a Cantó para dirigir la Oficina del español, departamento dependiente de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, que preside Rivera de la Cruz. Elimina también cuatro secretarías técnicas, una vice consejería y dos comisionados, haciendo hueco a Cantó. No obstante, ahorra un millón de euros al año.
Esta última ocurrencia en su cortijo particular le viene muy bien, ya que contenta a Casado y convierte a Madrid en la capital del idioma español en Europa. Esta es su ambición, ya que ha establecido que España es Madrid. Además, podría competir con el Instituto Cervantes, cómo no. La jugada es un tanto grotesca, teniendo en cuenta que es la quinta Comunidades que menos invierte en cultura, pero tiene oficinas que le permitirán disimular un poco con sus seguidores. Si esto saliera bien, podría repercutir en lo económico, lo empresarial y lo turístico en colaboración con instituciones madrileñas que actúan, impulsando el español. Habrá encuentros con expertos para potenciar esta lengua.
La construcción de un chiringuito para el actor de teatro compensa el menosprecio con el que la presidenta le había tratado hasta ahora, molesta con que se lo hubieran colocado en el número cinco en la lista de las elecciones. Quizás sea una recompensa merecida por un Cantó, que se despidió de Ciudadanos para ponerse al servicio del Partido Popular. Lo cierto es que se ha mantenido fiel y ha sido constante hasta conseguir estar incluido en el gobierno de la Comunidad en un puesto que le viene al dedo, como es la promoción del español. A ver qué dice ahora Vox, que ha rechazado los chiringuitos desde que Abascal cerró el que trabajó durante casi un año, viendo que esto era algo innecesario. Puede que hasta la felicite Aguirre por levantar tal mamandurria. Desde luego, la Comunidad no ha aprendido nada de la pésima experiencia de Abascal con Esperanza Aguirre.
No se deben juzgar a priori las cosas. Habría que esperar a ver lo que hace Cantó y lo que consigue, ya que le va en ello la nómina. Lo que sí quiero es hacer una reflexión acerca del área creada y del director que estará al frente de la misma.
El área no era precisa, porque la representación del español y su promoción pertenece al Instituto Cervantes, una institución muy prestigiosa, verdaderamente. Claro que a Ayuso lo que le chifla es meter baza en todo lo que haga el Gobierno del Estado para desprestigiarlo siempre que pueda. Así que esto se sitúa en su actuación habitual.
Por otra parte, ¿quién puede entender que tenga que ser precisamente la Comunidad de Madrid la que deba promocionar el español? ¿Y qué español, el castellano o tas las lenguas españolas oficiales? Solo Ayuso, claro, dado que ella gobierna en el Imperio, es decir, en la capital. No le falta petulancia. Tendría que impulsar la promoción de otras cosas tan imprescindibles como la Sanidad o la Educación, pero esto no entra en sus intereses personales.
Para referirme a quien estará al frente del área, Oficina del español, ¿quién es Cantó y cuál es su personalidad y prestigio? En principio es un actor de teatro, al que no le ha ido bien aquí y se ha dedicado a la política que más alumbre. Tampoco le fue bien con Ciudadanos, por lo que no ha dudado en salir por pies para ofrecerse al Partido Popular. Este le premia por su abandono, porque puede contribuir a la destrucción de lo que queda de este partido y ser anexionado así por la derecha conservadora. ¿Acaso esto dignifica la política tanto en un partido como en otro? Creo que en absoluto, pero el transfuguismo puede dar réditos, por eso a los populares no les parece mal semejante actuación. Ellos han tenido que pagar el precio correspondiente al abandono de Ciudadanos por parte de Cantó. Esto podría animar a otros y eso es, precisamente, lo que buscan, pero carece de formación especializada para el puesto.
Un acomodo y una salida tenían que encontrar para Cantó. Pues montemos un chiringuito, que podrá tener continuidad o no. Al mismo tiempo, han aprovechado para completar la Consejería con Coral Bistuer como Directora General del Deporte. Todo esto me parece un chanchullo de considerables dimensiones, pero las actuaciones políticas son, a veces, bastante miserables y el dinero público se gasta muy alegremente. Sin embargo, aquí el objetivo es de mayor alcance. Ayuso produce un nuevo frente con el Gobierno del Estado, asumiendo responsabilidades que cubre ya el Instituto Cervantes. Parece apuntar a que este no es suficiente y por eso hay que plantear algo que convierta a Madrid en el centro de asentamiento para promocionar el español como la lengua por excelencia ante las otras lenguas españolas y en competencia con las del resto del mundo. Será el nuevo imperio lingüístico. El centralismo nacionalista renace sin pudor.