11 de Enero de 2025
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IA

Sabemos muchas cosas, pero pocas nos ayudan realmente a vivir con más serenidad y paz. La vida se hace cada vez más cómoda desde un punto de vista físico, pero la tensión y el estrés están a la orden del día. Vivimos preocupados y las relaciones son muchas veces focos de malestar y conflictividad.

El yo y lo mío son los puntos de conflicto con los demás. El sentido de propiedad al que nos hemos aferrado y que consideramos tan importante, y la imagen personal asociada a ese sentido de pertenencia. La representación como esquema de valor en vez de la identidad.

Muchas veces consideramos al otro como un objeto en vez de un ser, con todas sus  particularidades, y tenemos una actuación utilitarista. Lo utilizamos para una cosa o para otra y cuando no nos sirve lo desechamos, eso lleva a la desestructuración de la sociedad.

Viene una nueva época en que las máquinas de todo tipo, sobre todo los robots, ya no son cosa del futuro, estarán presentes en todas partes de nuestro planeta, y eso supondrá en gran medida la substitución de personas por estos artefactos, que cada vez más imitaran la conducta humana, y en algunos aspectos la superaran.

Esto supondrá un salto espectacular en la evolución humana, ya que la ciencia y la tecnología pueden realizar milagros, pero también llevar a la alienación y al aislamiento del ser humano que puede contentarse con tener relaciones cibernéticas. Y además, supone un riesgo para uno de los medios de realización que es el trabajo, así como de socialización.

¿Como se generará la riqueza si la mayor parte de los trabajos lo hacen los robots? ¿Qué o quien pagará los gastos de supervivencia de los humanos? El cambio que se avecina no es solo de costumbres, es una transformación de la sociedad a todos los niveles, sin parangón con nada de lo vivido por el hombre hasta ahora. Incluso es posible que esté en peligro su supervivencia.

Más que nunca será necesaria la unidad entre países, para tener políticas comunes que pongan orden en las posibilidades existentes y los riesgos. Y otra clave importante, será tener mecanismos de defensa adecuados para luchar contra el cibercrimen, que puede tener efectos catastróficos.

El mundo se enfrenta también al desafío de la distribución de la riqueza, de manera que tengan acceso a una forma digna de vida la mayor parte de la población del planeta, y un suficiente acceso a la cultura para que puedan evolucionar como personas, y deleitarse con las creaciones de los artistas. El futuro será solidario o no será, ya que si no lo es aparecerán atentados, guerras y todo tipo de actuaciones violentas, así como una mayor invasión de las zonas desarrolladas por los más pobres.

También la intimidad estará mas amenazada, más de lo que está ahora aun, ya que los estados, y muchas empresas querrán asegurarse un control de la población. Son inmensos los interrogantes que se abren en este cuarto de siglo, por lo que debemos asegurarnos de elegir a buenos gobernantes que tengan tanto una visión patriótica de modo de actuar como internacional, porque como dice la teoría del Caos, lo que le pase a cualquier ciudadano del planeta nos va a terminar repercutiendo.

 

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