Me gustaría exponer el testimonio de una paciente-amiga mía, la llamaremos María José, que padece uno de tantos casos de daño irreparable de su salud por culpa de fármacos habituales. Dice así:
“Hace unos años un antibiótico, el ciprofloxacino de Bayer, me dejó secuelas irreversibles, produciéndome Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica. Como protocolo para la fibromialgia me recetaron psicofármacos.
En unos años era adicta a los psicofármacos y reducirlos, ya no digo dejarlos, sino simplemente reducirlos, se convirtió en la peor pesadilla que un ser humano pudiera imaginar.
Contacté con grupos de afectados de ambos fármacos (antibióticos y psicofármacos) y descubrí un mundo tenebroso, de gente enferma o muerta por iatrogenia y descubrí que las propias farmacéuticas saben que sus productos están matando a personas y cómo prevalece el beneficio económico por encima de la vida de los seres humanos.
La Big Pharma no podría actuar con total impunidad sino tuviera una red que “blanquea” la información de los efectos de los medicamentos. La Big Pharma no sería nada si no tuviera una red de creadores de opinión pública que le hacen un continuo lavado de cerebro a la población civil. Tan amorales y ruines los unos como los otros.
Todo el sistema médico vive en una negación organizada de cualquier daño por medicamento.
A todo ello, solo la medicina natural me alivió de alguna manera (no totalmente) las secuelas de estos medicamentos.
El otro día emitieron una especie de pasquín en forma de detritus informativo que hablaba de la Dra. Nadiya Popel.
Llevo años esperando que alguna cadena “oficialista” haga un programa explicando el infierno que viven afectados por fluoroquinolonas o psicofármacos. En cambio emitieron un programa atacando a una doctora como Nadiya.
Ustedes han denigrado el periodismo a la categoría de pozo de inmundicia. No hacen investigación real, no han pedido voz a Nadiya, no han investigado su trayectoria, simplemente hacen pura propaganda de una corriente de pensamiento regresivo y limitante.
Ahora tocó Nadiya. Ustedes usan sus programas para hacer un periodismo inmoral, de linchamiento, un periodismo que no duda en buscar el asesinato social, laboral, económico de las personas que son su objetivo.
Trituran a personas de carne y hueso sin importarles la repercusión que en la vida de esa persona esa acción puede tener. Son la versión globalista y refinada de la Inquisición.
Y no dudan en hacer uso de la ingeniería social porque saben que la gran masa de personas va a caer en ella. Por eso no han dudado en usar palabras como “negacionista”, “lejía”, etc. No se puede caer más bajo.
Nadiya fue de los pocos doctores que avisó sobre los efectos secundarios de las inoculaciones para el covid. Ustedes en cambio lo que han hecho ha sido capar cualquier debate público al respecto, y han negado cualquier tipo de información que se saliera del mensaje de la oficialidad. Sus trabajadores han denigrado continuamente a cualquiera que cuestionara la kafkiana versión oficial y unas inoculaciones que salieron al mercado sin estar debidamente probadas, utilizando palabras como “negacionista”, “anti-vacuna”, “conspiranoico”, “de extrema derecha”, en un alarde de odio y falta de rigor inaudito.
Ustedes lo que están haciendo es cooperando con la silenciación de miles de afectados por estas inoculaciones en lo que podría catalogarse como el caso de iatrogenia más grande de todos los tiempos.
Plantéense un asunto: esta distopía que ustedes están ayudando a crear es en la que sus hijos van a vivir. ¿Tan poco amor propio y por su descendencia tienen?”
Es para la reflexión. Únicamente añadir que casos como este, se ven a diario en las consultas médicas mientras la persona deambula de médico en médico y con un sentimiento de total desamparo.
O sea, primero te lesionan y después te ignoran.