Son ya demasiadas las veces que, desde el Psoe, en un “supuesto” gesto de lealtad institucional, en un alarde de actitud “constructiva”, se hace un ofrecimiento para apoyar los presupuestos generales del PP de turno, sea en una Comunidad Autónoma, o en un Ayuntamiento. Podría pensarse que nosotros somos así, o que queremos dar esa imagen: constructivos, institucionales, moderados, fiables… votables en definitiva. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Lo primero que debe tenerse siempre en cuenta es que si tú tratas de parecerte al original la gente entenderá que el original está doblemente legitimado, por sí mismo y por ti, y preferirá al original. Lo segundo que debemos plantearnos es qué es una ideología. Una ideología es el conjunto de valores, creencias, conocimientos, aprendizajes y estrategias políticas que nos llevan a determinar cómo debe, o debería, estar organizada una sociedad. De las muchas formas posibles de ideología está aquella que cree que la desigualdad es inherente, no solo al ser humano, sino a la vida misma y, por lo tanto, lejos de hacer políticas para combatir la desigualdad, lo que hace son políticas que profundizan en esa desigualdad poniéndose de parte de los que obtienen beneficios en una sociedad de este tipo, capitalista-liberal “sálvese quien pueda”. Es decir, para el Neoliberalismo lo “natural” es que haya ricos y pobres, como lo ha habido toda la vida; jefes y obreros, listos y tontos… cerebros y músculos. Cualquier otra cosa es “antinatural”. Otro tipo de ideología es la que plantea que si los recursos se gestionan y se reparten equitativamente habría suficientes como para evitar el malestar y el sufrimiento de la mayoría, de manera que, aunque el número de ricos disminuyera sensiblemente, también lo haría el número de pobres con el consiguiente aumento del bienestar común. De esta manera se entiende como algo muy “natural” en el ser humano la lucha contra la enfermedad, o por tratar de alargar la vida, o de mejorar las condiciones de trabajo (de todas y todas, no solo de los ricos), o de aumentar las posibilidades de ser felices, y no solo las oportunidades de negocio a costa del sector público. Hay más ideologías, pero básicamente la primera que hemos nombrado es la Neoliberal pepera, y la segunda la Socialdemócrata socialista. El tercer elemento en cuestión que debemos tener en cuenta es el presupuesto. El presupuesto general, de un Estado, de una Comunidad, o de un Ayuntamiento, es la manifestación económica de una ideología. Es la materialización en forma de partidas presupuestarias de las políticas neoliberales, o socialdemócratas, que un Partido de los Poderosos, o un Psoe, puede hacer en un momento dado. Pues bien, teniendo en cuenta todo esto, un partido socialdemócrata jamás, nunca, jamás, puede apoyar unos presupuestos generales neoliberales ¿Por qué? Porque eso es exactamente lo mismo que decir que el Neoliberalismo tiene razón y los demás estamos equivocados, con lo que lo mejor que podríamos hacer es disolvernos y hacernos todos del PP, o fusionarnos en una especie de partido supermayoritorio hegemónico al estilo del PRI mexicano.
Yo puedo entender la necesidad de ser alguien, de tener protagonismo, de sentirse importantes, de parecer útiles, de algunos líderes del Psoe, pero esto se soluciona haciendo terapia, no apoyando los presupuestos generales del PP. Me parece inaceptable, inadmisible, incomprensible, e inverosímil, el ofrecimiento que hemos tenido, y tenemos que soportar por parte de algunos líderes del Psoe, que no del Socialismo, de apoyar los presupuestos generales del Partido Peyorativo. Socialismo es Eficiencia Relativa, es sensatez, es hacer las cosas bien hechas tras analizar todas las variables y tener en cuenta las circunstancias. Nunca jamás puede ser una medida socialista apoyar la ideología contraria que se pretende combatir. Nuestro modelo de sociedad es otro. Si algunos no lo entienden, o no lo conocen, que estudien, y si lo que pretenden es protagonismo, que se presenten al Club de la Comedia. Más de uno da el perfil. Un saludo a todo el mundo.