Los idus eran en la antigua Roma días de buenos augurios. La expresión se hizo famosa porque el 15 de marzo del año 44 a.C. Julio César fue asesinado como resultado de la conspiración de un grupo de senadores que le acusaban de ambiciones autocráticas y temer que se convirtiese en un nuevo tirano. Los asesinos eran miembros de una élite gobernante al igual que la propia víctima que a su vez era muy popular en Roma y que había derrotado a Pompeyo, un viejo aliado del primer triunvirato, en la batalla de Farsalia tan sólo cuatro años antes. El crimen selló, aunque entonces pocos se dieran cuenta, la muerte de la República y el comienzo de la etapa imperial. En realidad el periodo republicano, el de mayor éxito de la historia de Roma, agonizaba desde muchas décadas atrás, marcado por asesinatos políticos, rebeliones, dictaduras y guerras civiles.
Recientemente Donald Trump ha sufrido un atentado. Naturalmente ello ha dado lugar a toda una serie de análisis y especulaciones que oscilan entre un golpe tramado por el propio candidato para ofrecerse como víctima, a un asesinato político organizado por el Estado profundo norteamericano debido a las posiciones del candidato republicano sobre asuntos que generan mucho dinero a influyentes instancias de EEUU ( la guerra en Ucrania) y que se encuentran cómodas manejando al evidentemente enfermo Biden. Personalmente ambas teorías me parecen improbables. Nadie se arriesgaría tanto como para que le metan un balazo en la cabeza (la oreja se inserta al lado del cráneo) y de igual modo pocos confiarían en un muchacho de 20 años para semejante cometido. Por tanto casi seguro terminará todo en la consabida tesis del "lobo solitario". Tesis que debe ser complementada de modo indispensable con los graves fallos de seguridad de todo el dispositivo de protección que rondan la franca negligencia y que debería desencadenar una cascada de dimisiones. En cualquier caso y dado que sobre el asesinato de Kennedy (1963) pesan todavía numerosas incógnitas podemos armarnos de paciencia para esclarecer los hechos. Por lo demás, como en las décadas finales de la vieja república romana, en EEUU la violencia política ha estado omnipresente afectando a numerosos presidentes, congresistas, senadores y figuras relevantes. En concreto cuatro presidentes fueron asesinados y los rumores sobre la actuación de lo que ahora se llaman "cloacas del estado" nunca han dejado de oírse. Por eso tiene su gracia que se acuse a Vladimir Putin de acciones violentas sobre rivales políticos con el asombroso olvido de la historia propia.
Desde su mismo nacimiento EEUU ha sido una nación muy violenta. Para empezar hacia los nativos originarios de sus tierras. Sus dirigentes arropados por lo que ellos consideran un "destino manifiesto" de origen casi religioso, se han considerado como los elegidos para llevar la libertad y la democracia a todos los lugares del mundo especialmente aquellos donde las élites dirigentes norteamericanas podían sacar algún provecho en cuanto a rutas comerciales y recursos. La opinión de los lugareños contaba algo menos. España, México, Cuba, Filipinas e Hispanoamérica en su conjunto sufrieron las ansias expansionistas americanas cuyos gobiernos respondían sobre todo a los intereses de sus élites financieras e industriales.. El final de la Segunda guerra mundial supuso la edad de oro del dominio mundial norteamericano ya que la lucha contra el comunismo constituía la excusa perfecta para cualquier tipo de intervención. Irán en 1953, Guatemala en 1954, la contrainsurgencia (terrorismo puro y duro en forma de "escuadrones de la muerte") en toda Hispanoamérica considerada el "patio trasero" ,Cuba en bahía Cochinos (1963) y en los diversos atentados contra Fidel Castro, Chile (1973), Vietnam en una sangrienta guerra que costó la vida a millones de personas u Oriente Medio por no seguir y hacer interminable la enumeración. Todo quedaba excusado para impedir la expansión soviética. La CIA era la invitada habitual de un gran número de golpes de estado en lo que entonces se llamaba el "Tercer Mundo", En fin, los gobernantes americanos " con la U.R.S.S. vivían mejor". En realidad el verdadero enemigo no era el comunismo, sino los nacionalismos locales que con inusitada insolencia pretendían que los recursos propios beneficiasen a la población local y no fuesen a parar a grandes corporaciones extranjeras que eran, a su vez, las que dominaban la política norteamericana. Derribada la U.R.S.S las intervenciones posteriores han debido realizarse sin careta alguna y con excusas falsas o ridículas como la defensa de la libertad o de la población local o para combatir el terrorismo. Como si destruir Irak sin razón alguna hubiese aportado beneficio alguno en la lucha contra el terrorismo islámico (todo lo contrario) o como si Irán supusiese una amenaza global y no Israel y sus constantes violaciones de las leyes internacionales siempre apoyadas por EEUU que, creo, es, ahora mismo, la mayor amenaza contra la paz mundial. Dividido, radicalizado, violento y descontrolado. Dominado por un complejo militar-financiero-tecnológico-farmacéutico cuyos arrogantes dirigentes se encuentran centrados en su exclusivo interés. Poco les importa su cada vez más empobrecida población endeudada hasta las cejas. Y no digamos la de sus colonias europeas. En este contexto ha tenido lugar el atentado a Trump. ¿ Los idus de julio?¿ Un lobo solitario? ¿ O tal vez un loco rodeado de lobos dispuestos a devorarse? Cualquier hipótesis puede darse en una situación tan explosiva. La historia de los últimos años nos ha ofrecido una perspectiva de las intervenciones exteriores de EEUU sin ética alguna y basadas en una sarta de falsedades. Recientemente han volado el gaseoducto de un fiel aliado sin pestañear y están apoyando una carnicería en Gaza sin escrúpulo alguno. ¿Porqué iba a ser distinto en la política interior?. Y todo ello, además habiendo desaparecido unos medios de información verdaderamente independientes que pudiesen controlar al menos parcialmente el poder tal y como sucedió en Vietnam o como sufrió Nixon. Veremos.